Enlace Judío México e Israel – Escapó de Europa tras el ascenso del nazismo, dirigió el primer partido de un equipo alemán en tierra israelí, pitó en Copa del Mundo y Juegos Olímpicos. A sus 85 años, Klein sigue formando árbitros para la FIFA. En entrevista, nos cuenta varias de sus interminables aventuras. 

En septiembre de 1969 Abraham Klein fue invitado a arbitrar un duelo en Nahariya, Israel. Se trataba de un duelo amistoso entre el club de la segunda división alemana Bayern Hof y un equipo de estrellas israelíes que incluyó al goleador Mordechai Spiegler. Los alemanes ganaron 2-0.

Klein era un joven referee de 35 años que acababa de vivir su primer gran torneo internacional en los Juegos Olímpicos de México 68 y no tenía ni idea de la importancia del juego. 

Alemania e Israel habían establecido relaciones diplomáticas en 1965 y este duelo fue la primera vez que un equipo alemán jugó en Israel.

“Hace 10 años participé en un documental sobre este juego y me enteré que había sido el primero, yo en ese entonces pensaba que habían disputado otro antes. Fue importante por que abrió las puertas de las relaciones, hay que recordar que los alemanes no eran bienvenidos en ese entonces en Israel”, cuenta Abraham Klein en entrevista telefónica desde su casa en Israel.

La próxima semana viajará a Nueva York para participar en una conferencia por el 50 aniversario de este encuentro.

A pesar de la importancia histórica de este juego, Abraham es más conocido por haber arbitrado el duelo entre Inglaterra y Brasil de la fase de grupos de la Copa del Mundo de México 1970 ,que se disputó en Guadalajara.

Hasta ese momento había oficiado sólo cinco duelos internacionales en seis años pero la FIFA lo eligió por su buena condición física y su actuación en los Juegos Olímpicos de México. Sabía de las dificultades tanto físicas como mentales, por eso se preparó de igual forma para soportar la altitud que para conocer a los jugadores. “En la vida y el deporte siempre te da una ventaja conocer a la persona que está frente a ti.”

Durante dos semanas estuvo entrenando en el Centro Deportivo Israelita. “En los Juegos Olímpicos del ’68 conocí a la familia Grabinski, cuando regresé para el Mundial me ayudaron en la preparación llevándome todos los días al Deportivo.”

Klein inició el juego como un árbitro desconocido y terminó con elogios de los propios jugadores. 

“Fue un juego complicado, pero siempre mantuvo el control de las acciones”, recordó Pelé años después.

A lo largo de su carrera, su preparación siempre fue más allá, se dio tiempo de conocer las mañas, tácticas de los jugadores y el idioma. “Antes del Mundial de México no había tarjetas, entonces te tenías que comunicar con el jugador para decirle por qué había sido sancionado.” 

Aunque en México ’70 fue elegido para arbitrar el duelo de cuartos de final entre México e Italia, tuvo que declinar por problemas de estomago. Tras la Copa del Mundo de México se quedó unos días para vacacionar. “La familia Grabinski me llevó a Acapulco. En 1986 regresé como instructor y me quedé en su casa durante el Mundial. Establecí muy buenas relaciones”.

Sus orígenes

Cuando Abraham era joven no pensaba que sería árbitro. Desde niño jugó futbol, quería seguir los pasos de su padre, quien jugó en el MTK Budapest, que a principios del siglo XX dominó el futbol húngaro. Aunque amaba el deporte no era lo suficientemente bueno.

Klein nació el 29 de marzo de 1934 en Timisoara, Rumania. A los 13 años logró huir del nazismo y llegó a un pequeño pueblo en los Países Bajos llamado Apeldoorn, asegura que ahí pasó el año más feliz de su vida. Después llegó a un Kibutz, antes de reunirse con su familia en Haifa. “El Kibutz no fue lo mío”, cuenta.

En la década de los ’50 conoció a un sastre llamado Jonas, quien lo invitó a verlo oficiar un partido. A la mitad del duelo el árbitro se torció el tobillo y Klein entró en su lugar. Al poco tiempo se graduó como árbitro.

En 1958, con 24 años de edad, dirigió su primer duelo de liga en Israel, seis años después brincó al futbol internacional en un amistoso entre Holanda e Israel. En 1965 fue árbitro central por primera ocasión en el torneo clasificatorio europeo, en un encuentro entre Polonia e Italia celebrado en el Estadio Olímpico de Roma.

Los Juegos Olímpicos de México fueron su gran prueba oficiando dos partidos en el Estadio Azteca, Brasil vs Italia del Grupo B y por la medalla de bronce entre Japón y México que ganaron los asiáticos. “Por supuesto Mexico era el favorito, pero Japón ganó con dos goles de Kunishige Kamamoto a pesar de tener a la afición en contra”, recuerda.

La sombra de la guerra y el terrorismo

Tras los elogios que recibió en en la Copa de México ’70 parecía inminente su participación, cuatro años después, en Alemania. Para el inicio de la Copa del Mundo del ’74, el atentado de los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 aún pesaba y el gobierno israelí no le permitió asistir.

Para Argentina ’78 no había ningún impedimento para su participación. Fue asignado para el duelo entre los locales e Italia, que ganaron los azurri con un único gol de Roberto Bettega. 

A pesar de que fue considerado el árbitro más destacado, quedó fuera de la final entre Argentina y Holanda. 

Años después se especuló que lo habían dejado fuera por su conexión con Holanda pero Abraham aseguró que en ese entonces nadie sabía que había vivido en Apeldoorn. La única razón que quedó en pie fue su actuación en el duelo entre Argentina e Italia.

Cuatro años después, su participación estaba en duda. Kuwait y Algeria habían calificado y la televisión árabe amenazó con un boicot si se incluía a un árbitro israelí. Aún así Klein fue elegido por unanimidad y la FIFA acordó que no se mostraría su nombre en las transmisiones en la región.

Lo que parecía un Mundial tranquilo terminó siendo el más estresante. Días antes de que viajara, terroristas palestinos dispararon contra Shlomo Argov, embajador de Israel en el Reino Unido, lo que desató una guerra en el Líbano. El hijo de Klein, quien estaba en el ejército, fue llamado a combate.

Abraham habló con el Comité de Referees y pidió que no le asignaran ningún partido, pues su mente estaba en otro lado. Klein pasó la primera ronda como abanderado hasta que por fin recibió una carta de su primogénito que le imploró volver a arbitrar. Para la segunda ronda le fue asignado el Brasil vs Italia.

Dos años después Abraham Klein, de 50 años, se retiró. Desde entonces ha sido presidente de la Asociación de Referees en Israel, así como instructor en la FIFA. En 2014 donó al Museo de la FIFA en Zúrich más de 100 artículos entre los que están tarjetas, cartas y fotos que consiguió en 20 años como árbitro internacional. A pesar de tener 85 años sigue dando cursos, consejos y pláticas.

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