Enlace Judío México e Israel.- Hay una frase que los judíos repetimos en la festividad de Pésaj: “En cada generación habrá aquéllos cuyo único propósito sea aniquilarnos”.

ANDRÉ MOUSSALI

Esta realidad se hizo tangible cuando, en el siglo XX, fueron los nazis los que quisieron acabar con el pueblo judío. Y ahora, en el siglo XXI, Irán es el que está amenazando con eliminar al único Estado judío del mundo.

Israel e Irán convivieron en buenos términos durante 30 años, y hasta mantuvieron lazos estrechos durante la dinastía Pahlavi, la última casa gobernante del régimen imperial de Irán, de 1925 hasta 1979. Sin embargo, la armonía entre los dos países llego a su fin después de la Revolución islámica de 1979, cuando la monarquía persa fue derrocada y abolida.

En ese mismo momento, Irán cortó abruptamente todos los lazos comerciales y diplomáticos con Israel, dado que el nuevo gobierno iraní ya no reconocía a su vecino israelí como un Estado soberano más, sino que se refería a él como el “Régimen Sionista”.

El Ayatola Jomeini denominó a Estados Unidos e Israel como “el gran y el pequeño Satán”, y desde entonces ha existido una lucha política del liderazgo iraní contra Israel, ya que éste ha declarado abiertamente su intención de liquidar al Estado judío.

Por su parte, Israel tiene como objetivo evitar que el gobierno de Irán adquiera armas nucleares; y también ha buscado atacar preventivamente a sus aliados y representantes, como el partido movimiento libanés Hezbolá, que cuenta con el apoyo iraní.

Con el aumento de la participación iraní en Siria a partir de 2011, el conflicto pasó de una guerra de poder a una confrontación directa a principios de 2018. Israel sospecha que Teherán persigue el objetivo de crear una ruta de transporte terrestre desde Irán hasta Líbano, a través de Irak y Siria, a la que se opone contundentemente porque la considera una amenaza para su seguridad.

El gobierno israelí está convencido de que Irán en realidad está interesado en crear una continuidad territorial desde Irán hasta el Mediterráneo, y transferir fuerzas militares afines a bases permanentes en Siria, para “libanizarla” y hacer uso de milicias chiitas, como lo ha hecho con Hezbolá en Líbano.

Para la política exterior de Irán, Israel es un régimen sionista ilegítimo que amenaza a toda la entidad islámica del Medio Oriente. Y en el gobierno de Mahmud Ahmadineyad, de línea dura, las relaciones entre Israel e Irán se volvieron todavía más tensas. Durante la guerra del Líbano, de 2006, los servicios israelíes de inteligencia estuvieron convencidos de que los Guardias Revolucionarios iraníes ayudaron directamente a los combatientes de Hezbolá en sus ataques contra Israel.

Inmediatamente después de la Guerra de Gaza, se informó que la fuerza aérea de Israel llevó a cabo tres ataques aéreos contra depósitos de armas iraníes que fueron contrabandeadas a través de Sudán para Hamás. Dos convoyes de camiones fueron destruidos, y se hundió un barco cargado de armas en el Mar Rojo. El 4 de noviembre de 2009, Israel capturó otro barco en el Mediterráneo Oriental, con un cargamento de cientos de toneladas de armas presuntamente enviadas a Hezbolá desde Irán. Y el 15 de marzo de 2011, Israel incautó igualmente un barco sirio que llevaba armas iraníes a Gaza.

Estos ataques por parte de Israel fueron realizados de manera constante en 2012 y 2013, con participación de la fuerza aérea israelí y comandos anfibios. En respuesta a ellos, el ayatola Ahmad Khatami, líder ocasional de las oraciones del viernes en Teherán, al hablar con motivo del Día de Al Qods pidió la aniquilación del “Régimen Sionista”, enfatizando que el despertar islámico en el Medio Oriente así lo anunciaba.

En agosto del mismo año, el general de brigada Gholam Reza Jalali, quien encabeza la organización de Defensa Pasiva de Irán, dijo que Israel debe ser destruido, porque “(el Día de Al Qods) es un reflejo de que no existe otra forma, aparte de la resolución y la fuerza, para destruir a Israel y eliminar por completo su naturaleza agresiva”. Jalali agregó que el mundo musulmán debe apoyar al “pueblo oprimido de palestina” contra los “usurpadores sionistas”.

El 22 de septiembre de 2012 otro general, Mohamad Ali Jafari, comandante de la Guardia Revolucionaria iraní, dijo que eventualmente estallaría una guerra con Israel, durante la cual Irán lo erradicaría como se erradica un “tumor canceroso”.

Irán ha suministrado apoyo político y armas a Hamás, una organización comprometida con la destrucción de Israel a través de la Yihad (la Guerra Santa). Y Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, sugirió que Hamás es financiado por Irán. “Se afirma que es financiado por donaciones; pero estas donaciones en nada se comparan con lo que recibe de Irán.”

En Líbano, Irán no solamente ha suministrado dinero y armas a Hezbolá, sino también le ha dado capacitación política, diplomática y organizativa para que pueda asumir iniciativas y atacar a Israel. Nada más en febrero de 2010, Hezbolá recibió 400 millones de dólares de Irán. Y no satisfecho con apoyar a los movimientos terroristas contiguos a la frontera de Israel, Teherán ha tratado de adquirir armas nucleares de muchas formas, para que, según proclamó Ahmadinejad, “el régimen que ocupa Jerusalén desaparezca de las páginas del tiempo”.

Las repetidas amenazas de Irán contra Israel llevaron a Canadá, un aliado cercano de Tel Aviv, a cerrar su embajada en Teherán el 7 de septiembre de 2012; dando a su vez a los diplomáticos iraníes cinco días para abandonar territorio canadiense.

El 5 de noviembre de 2012, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reafirmó su intención de lanzar un ataque unilateral contra las instalaciones nucleares de Irán, incluso sin el apoyo de Estados Unidos. Y en septiembre de 2013, el mismo Netanyahu dijo que el presidente iraní, Hassan Rouhani, estaba tratando de adquirir un arma nuclear, y que la percepción que se tenía de él como un moderado lo convertía en “un lobo con piel de cordero”.

En mayo de 2018 se reveló que el primer ministro Netanyahu había ordenado al Mossad (órgano de inteligencia externa israelí) y al ejército que se prepararan para lanzar un ataque contra Irán dentro de los 15 días posteriores a la recepción de la orden. Según el jefe del Mossad, Tamir Pardo, Netanyahu retrocedió después de que él y el jefe de Gabinete, Benny Gantz, cuestionaran el derecho legal del primer ministro a dar la orden sin la aprobación del Congreso.

En medio de esas amenazas por parte de dos países que no tienen fronteras contiguas, pero entre los cuales podría estallar una guerra, el jefe de la Guardia Revolucionaria, Mohamad Ali Jaafari, dijo que Israel estaba al alcance de los misiles iraníes, e Irán podría cerrar el Estrecho de Ormuz, cortando 2/5 del suministro mundial de petróleo. “Irán tiene la capacidad de cerrar el Estrecho de Ormuz e interrumpir el tráfico naval durante un mes o más; y cualquier intento de Estados Unidos por reabrirlo sólo intensificaría el conflicto.

Si Irán y sus líderes escalaran sus amenazas de destruir a Israel con la ayuda de sus aliados, posicionados alrededor de las fronteras israelíes, Netanyahu no tendría otra opción más que atacar las instalaciones atómicas de Irán, para eliminar a un enemigo acérrimo que trata de replicar un Holocausto judío en el siglo XXI.

 

 

 

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