El Tehilim es uno de los libros más bellos de la historia, escrito por el Rey David y con una poesía que ha cautivado los corazones de millones. El Salmo 16 es uno de los más bellos.

De acuerdo a varias fuentes bíblicas, cada uno de los salmos tienen una función específica, que ayuda a su orador con ciertas dificultades que vivimos normalmente. En este caso, el salmo 16, sirve para purificar el corazón.

También existen salmos para tener éxito en el trabajo, curar y mejorar la vista, agradecer bien a Dios y hasta para conseguir milagros.

Este Tehilim (Salmo) proviene de la traducción del Tanaj de Editorial Sinai y contiene la traducción más fidedigna del Tehilim de la Torá.


Salmo 16

(1) Mitjam de David. Guárdame, oh Dios porque me he refugiado en ti.

(2) Le dije al Eterno: “Tú eres mi Señor. No tengo más bien que en ti”.

(3) En cuanto a los piadosos siervos que están sobre la tierra, son los excelentes en quienes me complazco.

(4) Multiplíquense los ídolos (paganos) de modo que pleiteen entre ellos. Sus libaciones de sangre no ofreceré, ni pronunciaré sus nombres en mis labios.

(5) ¡Oh Eterno! Tú eres la porción de mi herencia y de mi copa. Tú sustentas mi suerte.

(6) El cordel ha caído para mí en lugares agradables. Si, yo tengo una buena herencia.

(7) Bendeciré al Eterno, que me ha dado consejo. Si durante las noches me remuerden mis entrañas.

(8) He puesto al Eterno siempre delante de mí. De seguro está a mi derecha y yo no seré movido.

(9) Mi corazón pues está contento, y mi gloria se regocija. Mi carne también disfruta de seguridad,

(10) Porque Tú no abandonarás mi alma en el sheol (morada de los muertos), ni constenirás que Tu santo vea el abismo.

(11) Tu me haces conocer el camino de la vida. En Tu Presencia hay alegría plena. A tu diestra está la dicha eterna.


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