Enlace Judío México e Israel – Este fin de semana concluye la temporada de Amor oscuro, la obra de Isaac Slomianski que retrata un perturbador escenario de triángulo amoroso durante la Inquisición.  

En Amor oscuro nadie puede ser quien es, amar a quien ama o vivir la vida que quisiera vivir. Inés, hermana del Gran Inquisidor, funge como mayordoma de un orfanato y tiene una relación oculta con María, una de las chicas que viven ahí. Para hacer la trama todavía más compleja, María es en realidad Miriam, una judía que ha llegado al orfanato para ocultarse de la Inquisición.

El intenso amor que viven ambas mujeres, en una época en la que las relaciones homosexuales son duramente castigadas, se ve amenazado por la inminente inspección que realizarán los inquisidores en busca de Miriam. La única solución posible parece sacar a Miriam/María del país y llevarla a Holanda, donde los judíos pueden vivir libremente, pero la misión le es encomendada a don Rodrigo de Mendoza, el médico de la Inquisición interpretado por el actor Gastón Yanes, que vive enamorado de Inés.

“Siempre me ha atraído el tema de los amores que van en contra de lo que es lógico en la vida de una persona. Porque ahí hay un área para explorar lo que es la condición humana y salen siempre materiales que son fascinantes para explorar”, dice el dramaturgo Isaac Slomianski, quien conversa con Enlace Judío sobre la semilla que dio origen a esta obra.

“Estaba leyendo sobre una idiosincrasia muy particular de los judíos sefaradís cuando dejaron España y se fueron a Holanda. Y en ese estudio —estamos hablando de 1600, 1700— hablaban que el judío sefaradí es alguien muy elegante, muy fino, muy pulcro.”

Según el dramaturgo, la razón de dichos rasgos se debía al carácter subrepticio de la vida judía en una España que perseguía a este pueblo. “Entonces, aprender a manejar el código social a la perfección… un solo error y estabas acabado.”

Así pues, no fueron los personajes de Inés o de María los que motivaron la creación de Amor oscuro sino el de don Rodrigo de Mendoza, el distinguido médico de la Inquisición que amará ferozmente a la primera y salvará a la segunda de sus perseguidores.

“Ahí fue cuando dije ‘¿qué pasaría si las circunstancias llevaran a una persona así a vivir un amor que lo traicione?’”, cuenta Slomianski. Y el resultado fue una trama intensa, capaz de mantener al espectador cautivo como los propios personajes, a los que las leyes de la época les han negado toda posibilidad de vivir plenamente.

El escenario es una tarima blanca que divide el graderío en dos. Sobre ella se proyectan un delicado juego de luces y videos que son a veces evocaciones paisajísticas y, otras, sutiles pero sugerentes entramados de piel, de cuerpos humanos.

Otras veces, los videos muestran el rostro de un personaje mientras se escucha el contenido de una carta. Slomianski escribió una pieza híbrida que mezclaba una gran cantidad de cartas con escenas dramáticas. Pero la obra llegó a las manos de Víctor Weinstock, una gran figura del teatro contemporáneo mexicano, quien comparte con nosotros el proceso creativo que llevó a la obra donde hoy se encuentra:

“Me presentó Isaac esta obra, que eran 24 cartas y ocho escenas, me interesó mucho la historia (…). Dramáticamente, por el tipo de teatro que yo hago, no me atraía que fuera una relación epistolar, necesitaba que se relacionaran más los actores, que hubiera un juego más dramático.”

Así fue que, en conjunto con los actores y el dramaturgo, Weinstock fue convirtiendo muchas de las cartas originales en escenas actuadas. El equipo creativo también quiso explorar lo que había detrás de las cartas, “hasta qué punto los personajes mienten cuando dicen y más cuando escriben, y hasta qué punto exaltan sus sentimientos en esas cartas, pensando que hay una gran distancia de tiempo y de lugar para que llegue esa carta: no es el WhatsApp.”

Así pues, “había que exaltarse, mentir, ser florido, poético, buscar cómo excitar los sentimientos de esa persona para que sienta lo que estoy sintiendo yo ahora”, asegura Weinstock.

“Incluso se aventuró Isaac a jugar con nosotros y explorar otras cosas que no aparecían en esas cartas. Por ejemplo, nos parecía importante a nosotros, en el proceso, ver la relación entre el médico de la Inquisición, enamorado de la hermana del Gran Inquisidor, judío oculto, con la niña acusada de judaísmo, que llevaba de España a Holanda (para salvarla); queríamos saber qué pasaba entre ellos, qué tipo de relación llevaban, y el resultado fue hermoso, es una de las escenas que más me gusta de la obra, de hecho.”

Se refiere a una escena en que la joven María, interpretada espléndidamente por la actriz Fernanda Albarrán, coquetea con su salvador bajo un paisaje nocturno que se proyecta sobre el minimalista escenario. Ambos aman a Inés, personaje interpretado por las actrices Sonia Franco y Ana Karina Guevara (que alternan funciones), pero parecen estar dispuestos a encontrar un espacio conjunto para el gozo de sus cuerpos.

“Queremos que el amor sea platónico y sea algo que nos complete y nos ilumine pero la mayoría de las veces terminamos todos en estos amores oscuros, de intentar devorar al otro, amores caníbales: devorar o ser devorado”, dice Weinstock.

“Y eso es lo que exploramos en el montaje, explorar esa luz y esa oscuridad de los personajes por dentro…” Luz y oscuridad que se vierten sobre el escenario gracias al delicado juego de iluminación que, en conjunto con la música en vivo —un chelo compuesto e interpretado por Natalia Pérez Turner—, consiguen imprimir a cada escena un magnífico marco para que la intensa actuación del elenco se despliegue y mantenga al público tenso, a veces, divertido, otras, y siempre atento. Dicho en palabras de Slomianski:

“Un espectador que se sienta a ver la obra es muy fuerte su experiencia, o sea, es una experiencia emocional, es una experiencia de cercanía al universo de cada uno de los personajes, a la época histórica, al drama de cada uno de ellos…”.

Una función el viernes 27, dos el sábado 28 y una más el domingo 29 marcarán el fin de esta temporada de Amor oscuro, que se presenta en el Foro Lucerna de la colonia Juárez.

 

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