El cine crea ambientes que nos permiten adentrarnos en la imaginación. Alberto Achar es un joven judío de orígen mexicano que dedica su vida a crear estos mundos.

Alberto tenía 11 años cuando sintió la magia del cine por primera vez. Su mamá lo llevó a ver una película de Iñarritu y ahora él se dedica crear las mismas ilusiones que lo inspiraron alguna vez.

El nombre de la película que lo inició en su viaje dentro del cine era Babel y así como cautivó a millones, a él le demostró que el cine no solamente era para divertir, sino para hacer pensar.

Desde entonces, Achar ha dejado el asiento de espectador, recreando historias que han traído la fantasía a la realidad, haciéndose parte de proyectos que abarcan desde cortometrajes que exploran mundos con criaturas de ensueño, hasta largometrajes que se abren paso por realidades alternativas.

El fuerte llamado del cine, hizo que Alberto luchara por involucrarse en el séptimo arte incluso apenas al salir en la preparatoria, participando en el filme mundialmente aclamado “El Incidente”, del espectacular director Isaac Ezban y realizando el detrás de cámaras de la película.

Y aunque este joven judío sabía que en el cine se encontraba su pasión, entendió que la cinematografía no solamente abarcaba el guión y el manejo de cámaras, sino que muchas veces entra en otras temáticas, que se vuelven completamente esenciales para el proceso cinematográfico.

“The Sandman” (2018)

Graduándose del Colegio Hebreo Maguen David en 2013, un poco entrado en la carrera, le fue atrayendo el diseño de producción, un rubro que está íntimamente entrelazado con la arquitectura. Así todo se volvió claro: Alberto se convertiría en diseñador de producción.

Con la decisión tomada, se encargó de ser aceptado por la Universidad Chapman, en California, donde se comenzó la carrera de guionismo, ya que quería ser escritor y director, sin embargo, teminó graduándose de la carrera Film Studies. Pero ese solo fue el inició de su carrera, desde entonces ha participado en varios proyectos en producción detrás de las cámaras y a través de la ambientación delante de ellas.

“Es increíble lo que se puede lograr cuando uno imagina mundos, pero es mucho más satisfactorio armarlos en la realidad”.

Hasta hoy ha dejado su visión en cortometrajes como Intrepid, una pieza de 16 minutos proyectada en el Festival Internacional de Cine de Comi-Con en San Diego, sobre un mundo mágico en el que una bruja que atiende a una prestigiosa universidad de magia. Un proyecto en el que Alberto tuvo que recrear una biblioteca mágica que cuida secretos de el primer mago, Merlin.

Este apasionado filmmaker también recreó una aldea de trolls para el ambicioso corto fantástico The Bugs and the Slugs, dirigido por Greyson Horst, que explora el mundo de un ser humano en un mundo monstruoso, que aborda temas como la inclusión, la sexualidad y el amor.

Asimismo, vale la pena destacar su participación en The Sandman, un filme corto que trata sobre un pequeño hombre que se dedica a llevar a las personas a los sueños, así como a despertar a aquellos que lo necesitan. Una bellísima historia que ha viajado por festivales a nivel mundial y que, con una impactante animación, ha quedado como finalista en el Baja California Film Festival, en rubros como Best Animation. 

Durante el último año, Alberto ha trabajado en varias producciones que muestran su intención de crecer y aportar valor, series de televisión como Younger que ya va por su sexta temporada, así como Manifest de NBC, una serie que estrenará su segunda temporada en la primavera del próximo año.

Su meta a largo plazo es diseñar una película de fantasía entera, que pueda adentrar al público al grado de dejar su mundo detrás.

Este joven judío (originalmente mexicano) no se cansa de adentrarse en la fantasía. Una idea que empezó como un sueño que se dio al lado de su madre, ahora se ha convertido en diversos mundos que incitan a nuestra imaginación a volar.

Se ve que escucharemos más de él en el futuro.


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