Enlace Judío México e Israel.- Con un crudo y paralizante texto de Thelma Kirsch y bajo la minuciosa dirección de Hernán Galindo, la noche del viernes volvió a su tercera temporada la puesta en escena “Cristales rotos”.

MIGUEL ÁNGEL ARRITOLA

Hay historias que deben de contarse una y otra vez para recordar los valores del ser humano y “Cristales rotos” es prueba de ello.

¿Se suicidó o lo asesinaron?

Cualquiera que haya sido el caso, la historia que escribió el judío Fredy Hirsch jamás nadie la olvidará porque su bondad en tiempos violentos logró salvar la vida de cientos de niños en campos de concentración.
El atractivo fascinante y cautivo de “Cristales rotos” es ese perfecto equilibrio que navega entre lo sutilmente poético y lo tremendamente crudo en su acción.

“Cristales rotos” abre ese viejo libro de historia que en sus páginas habla de la vida de ese exitoso deportista judío, a quienes muchos consideraban un ser iluminado por jugarse la vida misma por la de sus hermanos de dolor y sufrir.

La noche del viernes, Casa Musa volvió abrir sus puertas a unatercera temporada de ésta puesta producida por Vicky de la Piedra en la que se narra una gran historia de lucha de un héroe que peleó a muerte por salvar a cientos de infantes en tiempos del Holocausto.

Foto: Martin Fuentes

“Cristales…” es el relato de Fredy Hirsch, quien cautivo en el campo de concentración de Auschwitz, transformó la barraca 31 en algo semejante a un kinder garden.

De la pluma de Thelma Kirsch y con la minuciosa y espléndida dirección de Hernán Galindo , en “Cristales rotos” se recrea ese ambiente de terror, angustia, dolor, incertidumbre, con actuaciones soberbias a cargo de Armando Lozano, Gerardo Huerta, Eugenia Valdés y Gabriel Angulo.

Lozano asume de manera soberbia a Fredy Hirsch, su actuación es simplemente desgarradora y su entrega es, sin duda alguna, digna de ovación.

Eugenia Valdés como Dita, una joven bibliotecaria del bloque 31, transmite esa angustia y desolación de quien vive en la incertidumbre de un futuro incierto y de quien le tocó ver todo el horror del Holocausto.
Tan espléndido es el trabajo de Gabriel Angulo como el guardia Ludwigz, un capo encargado de cometer por órdenes de los nazis los crímenes más horrendos con cientos de niños, que el público sucumbe ante su justo y dramático trabajo actoral.

Foto: Martin Fuentes

Gerardo Huerta es Jaim, un médico que llega a odiar su profesión al ser obligado a cometer actos abominables y macabros con infantes.

Con Huerta se palpa la frustración, la ira, el odio y la rabia de quebrantar sus creencias para complacer al doctor Josef Mengele, mejor conocido como “El ángel de la muerte”.

“Cristales rotos” es un grito de esperanza y de rabia ante lo acontecido allá en Auschwitz, un lugar donde pareciera que las oraciones se las llevó el viento.

Un lugar donde resaltó la valentía y bondad de Fredy Hirsch, ese personaje que jamás podrá ser un héroe anónimo, sino un héroe que los libros jamás olvidarán.