Enlace Judío México – Sarah Aaronsohn (1890 – 1917) nació en Zijrón Yaakov en el seno de una familia romano – judía que se había instalado en la tierra de Israel durante la Primer Aliya. Su familia fue cofundadora del moshav (asentamiento campestre comunitario) Zijrón Yaakov, que más adelante tomaría ese nombre en honor al padre de Edmund James Rotschild, el principal colaborador financiero.

Aaronsohn estudió idiomas; podía hablar hebreo, yidish, turco, francés, árabe e inglés. Se casó con un empresario de origen judeo – búlgaro y vivió un par de años con él en Estambul. Cuando su matrimonio se deshizo, Sara regresó a Israel. Durante su viaje presenció personalmente los horrores del genocidio armenio y fue muy afectada por lo que vio. Dicha experiencia la impulsó buscar fuerzas para evitar que los turcos otomanos continuaran martirizando a los armenios y buscó tratar de evitar que hicieran lo mismo con los judíos, como los rumores del momento indicaban.

Aaronson y sus hermanos crearon un grupo de espionaje llamado NILI (proviene de Netzaj Israel Lo Ishaker “El D-os de Israel no miente”) que trasmitía información importante al ejercito británico. Su grupo creció al punto de incluir 40 operativos haciendo que fueran la red de espionaje británica más grande de todo el Medio Oriente durante la Primer Guerra Mundial. La información que trasmitían era tan importante que el mismo general Allensby admitió que le hubiera sido imposible conquistar Tierra Santa sin ella; y sin la conquista de Allensby tampoco existiría el estado judío en Israel.

Aaronsohn también estaba a cargo de cuidar a los judíos que fueron expulsados por los otomanos de de Jaifa y Tel Aviv. En ese momento trabajaba con Lawrence de Arabia y a la fecha muchos creen que la “S.A.” a quien dirige su libro Los siete pilares de la sabiduría era Sara Aaronsohn.

Desgraciadamente, los otomanos atraparon a uno de los “pájaros mensajeros británicos” de Aaronsohn y la arrestaron poco después. Fue brutalmente torturada por días, pero se negó a dar información alguna, afirmando siempre ser la única espía.

Cuando la transfirieron a una cámara distinta, pidió permiso para detenerse en su casa y cambiarse las ropas bañadas en sangre. Logró conseguir una pistola, con la cual se disparó en la cabeza y escribió una nota suicida deseando la pronta construcción del estado judío. Su valentía y heroísmo la ha hecho ganar el nombre de la nueva “Juana de Arco.”

Fuente: Jew of the Week