Enlace Judío México – La forma en la que la vemos el mundo define la forma en la que nos comportamos. Por eso, para un creyente la fe es uno de los elementos más importantes de su vida; porque es a través de la fe que puede relacionar sus acciones con un mundo más bello que el que tiene; es con la fe que puede actuar para acercarse a D-os. Generalmente la fe se compone de tres elementos distintos: nuestras creencias, nuestras acciones y nuestras emociones. En el judaísmo se usan dos palabras para hablar de la fe “emuná” y “bitajón.” Cada una se refiere a una esfera distinta de cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea y la forma en que pensamos; no se refieren únicamente a la relación con D-os.

“Emuná” es la serie de creencias en base a las cuales actuamos. En el judaísmo realmente no se puede separar la creencia de la acción. Para el judaísmo importa mucho más lo que uno haga, que lo que uno piense, porque cada acción en sí misma esconde una creencia básica en base a la cual la persona actuó; incluso si la persona no lo sabe. Muchas veces las personas son poco perceptivas a cómo se comportan, cómo actúan y qué creen; y a veces dicen creer algo y actúan de otra forma. Por ejemplo, una persona puede decir que cree en la importancia de compartir y al mismo tiempo ser profundamente avaro. Por el otro lado, una persona puede aclamar no creer en ningún tipo de orden social, ningún tipo de moral y al mismo tiempo comportarse de la forma más correcta y más justa, incluso más que aquel que aclama creer en ello. Es decir, un hombre puede no hablar de justicia, pero si se comporta de forma justa se considera justo. Eso es la emuná; la serie de creencias que nos llevan a actuar de determinada manera.

Ahora, los pensadores judíos como Maimónides y rab. Saadia Gaón también propone que existen creencias acertadas “emunot emet” y creencias falsas “emunot sheker”. Para el judaísmo, D-os no está lejos de la realidad y del mundo material, sino que se expresa a través de ella, es la fuente de la creación y por eso se encuentra en el seno de todo lo real. Las creencias que son falsas son aquellas creencias que nos separan de la realidad y por ende nos separan de D-os. Las creencias que son verdaderas son aquellas que nos acercan a la realidad y nos acercan a D-os. Para estos pensadores la emuná (creencia) más completa es aquel pensamiento que nos permite ver a D-os en la realidad, en nuestro día a día; que nos permite distinguir entre lo eterno y lo divino de lo finito, y nos impulsa a actuar en consecuencia. Una emuná absoluta, aquella en donde el hombre puede ver a D-os en todo lo creado y actuar en consecuencia sólo la tenía Abraham, él fue el primero en ver a D-os en el mundo y en difundir Su nombre.

“Bitajón,” por su lado, es la respuesta emocional que tenemos frente a los eventos que se nos presentan diariamente. Es la confianza de que el mundo tiene un sentido y todo lo que nos sucede, ocurre para bien. Implica saber que desconocemos una gran cantidad de cosas y no controlamos el mundo que nos rodea. Implica depositar nuestra confianza en D-os, aunque las cosas parezcan adversas. También en esto Abraham destacó por encima de los demás hombres.

Las pruebas de Abraham

En las historias del Tanaj (Biblia judía) a veces leemos que D-os “prueba” a una persona. ¿Qué quiere decir esto? ¿Acaso D-os no tiene el conocimiento suficiente sobre las personas que necesita probarlas para saber su calidad moral? ¿Estamos todo el tiempo puestos aprueba bajo el juicio divino de forma tan brutal? La respuesta es no, las pruebas de D-os no son como las pruebas humanas en donde se busca juzgar y discernir, D-os tiene el conocimiento de quién somos y cómo actuamos, por eso sus pruebas no son para medirnos sino para ayudarnos a crecer. La palabra “prueba” en hebreo se dice de dos maneras “bejiná” que implica un examen y “nisayon” que es la palabra utilizada por la Torá cuando habla de Abraham.

“Nisayón” proviene de la palabra “nes” que es bandera o milagro. Esto es así porque las pruebas de D-os fueron dadas al hombre para que se supere y crezca. Son momentos en la vida en que le ayudan a la persona a conocer a D-os con mayor profundidad porque se obligado a tomar una decisión moral. Es la forma en la que D-os guía al hombre y le revela Su nombre. Con cada prueba de D-os la persona crece porque se conoce a sí misma mejor, conoce una cara de D-os que antes no había visto y tiene la oportunidad de mostrar al mundo esa cara, de ser el testimonio vivo que esa cara existe. Por eso D-os nos prueba en los aspectos que más nos acercan a Él.

De entre todas las características que distinguían a Abraham como un hombre excepcional, la que más destaca era el amor tan profundo que sentía hacia el mundo y la humanidad. Por eso de su generación fue el primer hombre capaz de ver a D-os en la realidad. Porque entendió que todos los hombres están unidos a través del mismo D-os y que ese D-os es ilimitado y se comunica con el hombre. Cada una de las pruebas que vivió lo llevaron a conocer las distintas facetas que dichas premisas tienen en la vida de cada persona. Con las primeras pruebas Abraham vería la importancia de tener congruencia entre las acciones y el pensamiento, de vivir en base a principios; con las segundas aprendería a entregarse totalmente a D-os en cuerpo, alma y acción. Finalmente con la última prueba, con el sacrificio de Isaac aprendería a confiar plenamente en D-os, aprendería que D-os controla el mundo que lo rodea. Cómo se desarrolla cada etapa del crecimiento de Abraham es un tema que en sí mismo merece un artículo completo.