Enlace Judío México e Israel.- Marcelo Rittner es una verdadera fuente de inspiración. Para quienes tenemos el honor de conocerlo, como artífice de la palabra y el pensamiento, de la reflexión (personal y colectiva) a través de la concepción mental entre lo abstracto y lo concreto, Marcelo Rittner es un extraordinario constructor.

YAHIR GARCÍA*

Tómale una selfie a tu alma, publicada por Penguin Randon House en 2018, es una obra más de la mente lúcida y privilegiada de Marcelo, que busca desde su primera página, demostrar al lector con evidencias y a través de una narrativa amena y directa, que el mundo puede ser mejor.

El pensamiento proactivo materializado en la palabra escrita de Marcelo, demuestra su inquebrantable compromiso con la ética, la estética y la moral, como pilares de la sociedad que conoce y se conoce y por lo tanto, se respeta entre sí y para consigo misma.

Y aquí el primer cuestionamiento, ¿cómo ser capaces de conocernos en medio de una vorágine de likes, de perfiles de portada, de exteriorizaciones en muchas ocasiones, vacías? Marcelo Rittner aborda desde su análisis el devenir de una sociedad en la que estamos inmersos, entre la realidad y la virtualidad del ser, entre la definición y el definido, entre el contenido y continente. Es, una realidad articulada entre el imaginario colectivo y la materialización social, de distancia y medianía, sin la importantísima presencia del ser. Tal como Marcelo dice en su texto, “los veo tan cerca y los siento tan lejos”. Y agrega (cito el texto, pág. 40). Recuerdo que una vez me preguntaron: “Rabino Marcelo, ¿cómo ser uno consigo mismo?” Y respondí: “En cierta ocasión el Kotzker Rebe preguntó: ¿Qué es lo más importante en el mundo? Y él mismo respondió: “Lo que estás haciendo en este momento”.

Y de la misma manera, Marcelo Rittner nos responde también en su obra, ante tantas y tantas interrogantes: Lo más importante en el mundo es lo que estás haciendo en este momento. El título del primer capítulo es, al puro estilo de Marcelo, revelador y subversivo: Tu verdadero Yo. Nótese, querido lector de esta breve reseña, que entre el tú, (atá, en hebreo) para llegar al yo, (aní, también en hebreo), la palabra más sublime y elevada de la creación, es concatenada por la adjetivación del ser: el valor de la verdad a través de la palabra, para conocernos a nosotros mismos. Sin verdad, es imposible trascender del tú, como reflejo de mi ser, en la construcción del yo, para llegar a ser.

A través de sus palabras, Marcelo Rittner nos transmite la tarea y el compromiso de ser nosotros mismos, en una melodía colectiva y armónica. Conocerme y conocernos, a través de nuestra historia, y a través del ejercicio personal y colectivo de nuestra conciencia, con la intencionalidad de descubrir quién en realidad somos y hacia dónde de verdad queremos ir.

Para ello, a lo largo de la obra, Marcelo hace alusión a un espejo. Un espejo de significados y significantes, capaz de reconocerse por lo que es: el reflejo de la imagen exterior del ser. Seamos realistas, dice el filósofo Martin Buber, quien enseñó que cada persona debe comprender que es única en el mundo y nadie como ella ha vivido ni vivirá jamás. ¿Por qué? ¿Para qué estar consciente de ello?

Marcelo Rittner responde: Esa es tu tarea, tu desafío en la búsqueda de ti mismo, poder verte no como quien crees ser, sino como quien eres y quien puedes llegar a ser. Y agrega: Si estás buscando a la única persona que cambiará tu vida, échale un vistazo al espejo.

Marcelo Rittner, arquitecto del lenguaje y la metáfora, aborda en el capítulo El Valor de ser tú mismo, con inteligencia audaz y sensitiva, un viaje hacia el interior del lector, con la intención de conocer hacia dónde nos dirigimos y cómo utilizamos el tiempo del viaje de nuestra vida.

Y bajo un ejercicio de congruencia intelectual y espiritual, cita al Profeta Jeremías y dice: El talento es dado por Di-s. Se humilde. La fama es dada por el hombre. Sé agradecido. La arrogancia uno se la otorga a sí mismo. Se cuidadoso.

A partir del capítulo, Por dónde empezar, Rittner a través de una narrativa exponencial, es capaz de transmitir al lector la confianza, primero de tener valor para saber situarse en un contexto social veloz como el de ahora, y ser capaz de buscar mi ser en bicicleta. ¿Por qué? Para que seamos capaces de colocar medallas en nuestra alma, no en nuestra chaqueta. Y cita al profesor Abraham Joshua Hescel: “En una sociedad algunos son culpables, pero todos somos responsables”. Seamos pues, así, responsables, no culpables, de nuestra propia realidad, y de nuestra propia existencia.

A lo largo del libro, el autor reflexiona de la mano con su lector, en una serie de figuras retóricas y literarias, filosóficas y conceptuales, con la finalidad de encontrarnos y reconocernos en un contexto de crecimiento espiritual y personal y dice: No temas, ten fe. No seas un mago de tu vida, sé la magia. Reconoce tu voz y reúne las partes exiliadas de tu vida. Recuerda que no hay nada más entero que un corazón roto.

Nelson Mandela decía “que tus elecciones reflejen tus esperanzas, no tus miedos”. De la misma manera, Albert Einstein decía: “Aléjate de las personas negativas, ellas siempre tienen un problema para cada solución”. Marcelo Rittner dice: “Hoy es el día para que te asomes a ver qué hay más allá de esa puerta. Es tu vida, si tienes el valor de vivirla”.

Además de las profundas reflexiones del autor, el libro posee una serie de citas, menciones, elipsis, hipérboles, voces y emociones, de sus propios maestros, líderes y grandes pensadores que han marcado la pauta del sentir y del pensamiento a lo largo de la historia.

Al inicio del capítulo, Encuentro contigo mismo, cita a Rabí Najman de Bratslav, así:

“De niños aprendemos a hablar, y como ancianos aprendemos el silencio. Este es el gran defecto que tenemos: aprendemos a hablar antes de aprender el silencio”.

Marcelo Rittner, a lo largo de su texto, nos enseña, como una clase del Talmud, que la verdadera esencia de las palabras es el silencio, ya que en el silencio y a través del silencio, es que logramos conocernos y reconocernos a nosotros mismos, para ser capaces posteriormente, de reconocer a los demás, y conocer el mundo en el que habito, para ser capaces de construir la obra de arte a la que hoy, estamos todos invitados a ser.

Puedes sacar muchas selfies de tu cuerpo, pero tómale una sola selfie a tu alma y comienza a buscar en ella. Allí es donde encontrarás el verdadero tesoro de tu vida.

Por todo lo anterior, con beneplácito los invito a leer Tómale una selfie a tu alma, de nuestro querido y admirado Marcelo Rittner, para iniciar la construcción de nuestra propia identidad y comenzar a vivir, con la intencionalidad de darle un nuevo final a la historia de nuestra vida.

Marcelo, debajo de una linda ilustración de un ave enjaulada, cita a Alejandro Jodorowski, y dice: Los pájaros nacidos en jaula, creen que volar es una enfermedad. Y por ello, en las páginas subsecuentes, el autor reflexiona e invita, insiste y persuade al lector, lo obliga, en el más elegante y sutil significado de la palabra, a vivir, vive, vive, vive, grita desde el silencio del renglón, desde la intimidad de la lectura grupal o personal, palabra tras palabra, en una armonía sincrónica como la música se escucha a través del tiempo.

¡Vive! Todas las cosas cambian continuamente.

Finalmente, hago caso a la recomendación del autor, citando así a un gran poeta. Trato de cumplir pues, la intencionalidad de Marcelo. Dice así:

Les recuerdo estas bellas palabras del poeta Mario Benedetti con la esperanza de que las hagan parte de su vida:

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos, retomar el vuelo.
No te rindas, que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo,
porque ésta es la hora y el mejor momento.
Aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Vivir la vida y aceptar el reto, recuperar la risa,
ensayar un canto, desplegar las alas e intentar de nuevo,
No te rindas, por favor, no cedas,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.

 

 

*Director General de SAMEJ, SRL de CV, Soluciones Integrales