Enlace Judío México e Israel.- Queridos amigos, esta semana, el siempre importante estudio de la Torá nos llevará a la Parashá Vayeshev y ¿por qué digo que es un cambio trascendental?

EDUARDO HADJES NAVARRO

A partir de la Parashá Lej Lejá, cuando Hashem le dice a Avram en Génesis XII, 1 “Vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré”, nos estamos introduciendo en la historia del pueblo de Israel, gracias a las virtudes de nuestros 3 Patriarcas, Avram/Abraham, Isaac y Jacob.

Igualmente, a partir de ese instante, la Torá nos relatará nuestro inicio como pueblo, marcando una diferencia importantísima con respecto a los otros pueblos de la época. Si nos vamos a la historia (o fábula) de egipcios, griegos, romanos etc. nos encontramos que todos ellos, habrían partido de seres superiores, semidioses, los cuales, por obra y gracia de ellos mismos, dan origen a sus propias naciones.

En contraposición a esto, nosotros vemos nuestro origen gracias a hombres comunes y corrientes, pero dotados de cualidades morales tales, que llevan al Creador a destinarlos a ser los fundadores de “su pueblo elegido”. Ya en otras oportunidades, hemos visto que el ser los elegidos de Dios, no nos da privilegios ni nos hace superiores a los otros pueblos. Muy por el contrario, nos da una responsabilidad extraordinaria, al determinar que mientras los otros deberán cumplir con 7 mandamientos, luego del diluvio y el pacto entre El y Noé, para nosotros nos tiene reservadas las 613 Mitzvot, ya que iniciándose Lej Lejá, en su primer diálogo entre nuestro Patriarca y Dios, este le dice en este mismo capítulo, v 3: “Y bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren, maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.

A continuación, en sucesivas Parashot, iremos estudiando las vidas de nuestros patriarcas con sus virtudes y defectos. Todo girará en torno a Abraham, Isaac y Jacob, sus peripecias, triunfos y sinsabores, hasta que esta semana, en Vayeshev, veremos aparecer un nuevo personaje: José. No se trata de otro patriarca. Siendo el onceavo hijo de Jacob, pasará por altos y bajos asombrosos, preparando, gracias a su formidable inteligencia, la transformación de una tribu pequeña, Génesis XLVI 27: “Todas las almas de la casa de Jacob que vinieron a Egipto fueron setenta” para transformarse, luego de 400 años, acorde a lo indicado en Éxodo XII 37 “Y los hijos de Israel partieron de Ramesés a Sucot; como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar (las mujeres) y los niños”

Toda la Torá es importante. Incluso, cada letra es indispensable, al punto que una sola de ellas que se altere, hará que dicha Torá en su totalidad, no pueda ser usada. Así como con Lej Lejá se inicia nuestra historia como una tribu, destinada a ser tan numerosa como las estrellas en el cielo, a partir de Vayeshev, iniciamos el estudio de lo que será ese numeroso pueblo, ya anticipado por Hashem.

 

 

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