Enlace Judío México e Israel – Para casi todo el mundo, el año está por terminar. En ese contexto, es imposible pasar por alto la tendencia de hacer recuentos, propósitos y reflexiones sobre el año que termina y sobre el que está por comenzar. 

Se acerca el fin de año, pues el calendario gregoriano, que rige a la mayor parte del mundo, está llegando a sus últimos días. Quien no se prepara para las fiestas por lo menos se prepara para unas vacaciones merecidas, pues después de un año de tanto trabajo anhelamos unos días de descanso; pero antes de vivir esto de manera
atrabancada vale la pena detenerse para reflexionar, es hora de hacer balance, de cuantificar y de hacer cambios si es necesario en el caso de que tengas temas que mejorar.

Aquí te presento tres preguntas básicas que debes formularte. No te apresures a contestar, piensa y analiza, eso te dará más seguridad a la hora de actuar. ¿Estamos listos?

Pregunta #1: ¿Qué tan satisfecho te sientes en tu vida profesional?

En alguna ocasión escuché una frase sumamente confrontativa que decía que el infierno ha de ser el momento en el que, una vez que hayas muerto, alguien te diga todo lo que podías haber logrado mientras vivías. No sé qué tan consciente estés de esto pero te aseguro que tienes capacidades y talentos; pasar una vida entera sin descubrirlos o sin sacarles provecho es como tirar diamantes al basurero.

Sé que la vida es difícil y que muchas veces terminamos trabajando no en lo que nos apasiona, sino en lo que nos permite llevarnos el pan a la boca; si ese es tu caso, aparta un rato de tu semana para alimentar tu pasión. Dedicarle dos horas a la semana a darte el lujo de hacer eso que te apasiona es un acto de justicia con tu propia persona.

Ahora que si tu escenario es distinto y sabes que por amor a la comodidad desperdiciaste todo tu potencial, estás a tiempo de hacer un cambio radical; mientras haya vida hay oportunidad. Una vez que hayas probado la delicia de sentirte útil y capaz te harás adicto a la sensación y no vas a querer renunciar. Realizarte profesionalmente te llena de motivación y te da mayor seguridad. ¿Es cansado? ¡Sin duda! pero vale la pena el esfuerzo. Tristemente te informo que cuando llegue la hora de nuestro final tendremos una eternidad para descansar.

2.-Pregunta #2: ¿Eres feliz con tu pareja?

¿Cómo puede ser que una pregunta tan corta y simple pueda ser tan confrontativa? Es cierto que en el pasado nos enamoramos y que dijimos que sí cuando nos propusieron matrimonio o un noviazgo, pero cada día de nuestras vidas es bueno para evaluar, observar nuestra relación y hacernos esa pregunta cuya respuesta nos arroja una gran responsabilidad: ¿en qué podemos mejorar? ¿Qué nos gusta? ¿Qué nos molesta? ¿Amamos como antes? ¿Queremos continuar? ¿Qué peticiones tenemos? ¿Qué más podemos entregar?

Por naturaleza, la inercia siempre nos lleva a la comodidad, y así como profesionalmente tendemos a quedarnos en una área de confort, del mismo modo en nuestras relaciones perdemos la dirección, los detalles son olvidados y simplemente dejamos de conquistarnos.

Si realmente amas esfuérzate por mejorar; si crees que el amor se ha perdido trata de buscar, incentivar y renovar; si ya no hay nada que hacer atrévete a hacer cambios, nadie merece someterse a una vida en pareja en donde el tiempo pasa en vano. Lo único que está prohibido es acomodarte en la mediocridad de una mala relación, eso es lo único que no es una opción.

Pregunta #3: ¿Quién contamina tu vida?

Sé que es una pregunta agresiva, pero es que en verdad hay gente que contamina nuestras vidas, personas tóxicas con vibra negativa y que después de convivir con ellas sentimos que nos robaron toda la energía. Bueno, pues ante esas personas tenemos dos opciones: o las sacamos de nuestras vidas o las acomodamos en un lugar en donde sean incapaces de afectar nuestro humor y nuestra rutina.

Es cierto, hay familia que no escogemos, pero lo que sí tenemos oportunidad de elegir es la actitud que tomamos hacia ellos. Nadie, absolutamente nadie debe tener el poder de echarte a perder el día, y si eso sucede es porque te equivocaste de estrategia al dirigir tu energía.

Aprende esto como una ley: el vaso siempre está a la mitad, dependerá de ti verlo medio lleno o medio vacío, y así como en esta vida tienes muchas riquezas y muchas carencias, del mismo modo te tocó compartir el camino con personas tóxicas y con personas que realmente valen la pena: tú decides la distancia emocional que
mantienes con cada una de ellas.

Si las personas que te contaminan son personas que puedes alejar de tu vida no dudes en hacerlo, tus días en esta vida están en cuenta regresiva, no desperdicies un solo segundo con personas nocivas.

Pues estos, querido lector, son algunos de mis humildes consejos para este ciclo que termina, y es que si ya nos estamos llevando al próximo año esos kilitos de más y esos objetivos del año pasado que no pudimos completar, por lo menos tengamos el valor de responder las tres preguntas de este texto con sinceridad, pues la buena noticia es que están por iniciar 12 próximos meses en los que podemos mejorar.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío