Enlace Judío México / Martín Buber – Reflexiones. Shenerur Zalman of Ladi. – En una ocasión, uno de los mitnagdim [una corriente del judaísmo que se oponía al jasidismo] visitó al rabino y le hizo todo tipo de preguntas. Como ultimo dato, quiso saber por qué el sabio tenía un sirviente a la entrada de su puerta que le impedía recibir visitas. El rabino puso la cabeza sobre sus manos y después de un tiempo levantó la vista y dijo: “La cabeza y el tronco forman un sólo cuerpo, sin embargo, la cabeza debe ser protegida y cubierta de una forma especial.” El mitnagued quedó satisfecho con la respuesta y partió. Sin embargo, el hijo del sabio no quedo satisfecho. “No tenías que poner la cabeza en tus manos y reflexionar para dar esa respuesta” dijo.

Rab. Zalaman contestó: “Cuando Koraj le dijo a Moisés: ‘Toda la congregación es sagrada, cada uno de ellos, y D-os está entre ellos, porque entonces ustedes se levantan por encima de la congregación de D-os’ Moisés lo escuchó y se postró sobre su rostro. Sólo después de eso le contestó a Koraj ¿Por qué? Pudo haber dicho lo que tenía que decir en ese momento. Sin embargo, Moisés prefirió reflexionar, se dijo: Quizás estas palabras provienen de arriba y Koraj es sólo un mensajero. En dicho caso ¿cómo puedo contestarle yo a él? Por eso se postró y reflexionó si realmente buscaba elevarse por encima de los demás. Una vez que había reflexionado y se había dado cuenta que ni un rastro de ese deseo habitaba su cuerpo (puesto que según las mismas palabras de D-os Moisés era humilde, el más humilde de los hombres) supo que Koraj no le había sido enviado y contestó su pregunta.”

Vista

Un día cercano a su muerte, el rab le preguntó a su nieto: “¿Acaso ves algo?” El niño lo miró con asombro y después el rab dijo: “Lo único que aún veo es la nada divina que da vida al mundo.”

Fuente: Tales of the Hasidim