Enlace Judío México e Israel – Durante la ceremonia de apertura del FICJM, la modelo Celia Lora conversó con este medio sobre su amor por Israel, su exnovio israelí y la familia yemení que los quería casar a los tres meses de iniciada su relación.
“Yo así no me llevo”, dice Celia Lora riendo cuando recuerda a los papás de su último novio, un israelí de familia yemení, que los querían casar cuando apenas llevaban tres meses juntos. Dice que la recibieron “súper bien. Estaban locos. Eran diferentes, muy intensos.”
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La relación con su novio era muy cosmopolita, según nos cuenta en entrevista, antes de desfilar por la alfombra roja de apertura del Festival Internacional de Cine Judío en México. “Entonces él venía aquí, yo iba allá, él venía a verme a Los Ángeles, también íbamos a Cancún.”
Dice que “era buena onda pero nada… pa’ novio no era. Era pa’ cuate. Lo conocí porque era amigo del novio de una amiga mexicana que también estaba viviendo en Tel Aviv en ese momento. Así fue. Porque es muy chistoso cómo todos los israelíes andan con mexicanas, con colombianas… todas las novias de ellos eran de otros lugares, no israelíes, les gustan… hay como mucha combinación de culturas y eso está padre, me gusta mucho de Tel Aviv.”
Su amor por Israel y por el mundo judío es todo menos nuevo. “Yo siempre le encuentro la explicación desde que era chiquita porque los mejores amigos de mi papá siempre fueron paisanos mexicanos o gringos. Porque mi papá grababa sus discos en Malibú y eran Michael Kaplan (…) Y de aquí, Suli Attie, que lo quiero mucho, que todavía por ahí anda pero se hizo religioso, entonces ya no va tanto a oír el rock de mi papá, pero lo queremos mucho, y pues así fue como yo creo que nació desde ahí esa onda, y hasta la fecha, todos mis amigos, casi, son paisanos.”
Además de las amistades de sus padres, Celia dice sentir algo especial por Israel y por la cultura judía. “Siento una conexión muy bonita con la religión, con la comunidad, me gusta mucho el país, las costumbres y yo nunca he sentido lo que sentí la primera vez que fui al Kotel. En ningún otro lugar.”
Visita el país una vez al año desde hace 10 y está planeando una nueva expedición en los próximos meses. “En marzo, se supone que voy con mis papás. Pues para que ellos conozcan, que no conocen, que son necios, y a celebrar el cumpleaños de mi mamá. Voy de vacaciones, a ver a mis amigos, que tengo amigos que ya hicieron Aliyá y viven allá. Entonces, extrañan mucho, le llevo sus Valentinas y cosas así, de comida, que extrañan.”
Celia luce un look casual que contrasta con el magnífico collar de brillantes con su nombre inscrito en hebreo que lleva al cuello. “Tiene muchos años que lo tengo, es el tercero que tengo, el primero me lo hice la primera vez que fui a Tel Aviv hace ya casi 10 años (…).” Ese, el primero, se lo regaló a una amiga, tocaya judía, y el segundo se lo regaló a ella su novio.
Descubre su brazo y muestra el tatuaje del Shemá Israel que se hizo.
Sobre su carrera y planes a futuro, Celia dice que “en febrero empiezo a grabar Acapulco Shore otra vez. Saqué una página solo mía, que son fotos, videos, cosas así. Y voy a hacer una serie que no quiero decir mucho porque, primero Dios, (que) se haga bien, que salga todo bien y luego ya presumo, mejor.”
Su popularidad en Instagram la ha llevado a acumular cinco millones de seguidores, aunque, nos cuenta, la red social la penaliza a menudo por que algunas de las fotos que sube parecen infringir sus normas.
“Luego me castigan, pero así es Instagram. No les parecen, a veces, fotos que subo y te castigan, real, te las quitan y te llegan anuncios de ‘andas muy salsita’, entonces te quitan seguidores. Por foto, te quitan 100,000. A mí ya me quitaron siete.”
Sonriente y sencilla, Lora se niega a revelar el deseo que dejó inscrito en un papelito que dejó en el Kotel, en esa primera visita a Israel que marcó su vida, pero confiesa que desde entonces ha pensado en vivir allá. Sin embargo, “es muy caro”. Además, asegura, “para empezar, mi trabajo está aquí”, así que, por el momento, es un sueño que no puede cumplir.
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