Enlace Judío México e Israel – El exvocero de las FDI para el mundo de habla hispana conversó con este medio sobre las tres revoluciones tecnológicas que están llevando a Israel a liderar la visión de futuro para un mundo urgido de soluciones sostenibles. 

“Israel, desde el punto de vista de su economía y su innovación, está realmente como en un boom”, dice Roni Kaplan en entrevista exclusiva, durante la entrega de premios Shimon Peres, organizada por Israel Latin America Network, ILAN, organización que dirige.

“Tenemos como tres revoluciones que están sucediendo. La primera revolución es la revolución del Big Data, de la masa de datos; la segunda revolución es la revolución de la inteligencia artificial y la tercera revolución es la revolución de la conectividad.”

Para el antiguo vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel para el mundo hispanoparlante, “esas tres revoluciones están ingresando en distintos tipos de tecnología: tecnología de ciberseguridad, tecnología de finanzas, tecnología de educación, tecnología de agricultura, tecnología de agua, tecnologías de un montón de temas más y están realmente transformando a Israel en una de las principales economías de innovación del mundo.”

Al ser cuestionado sobre cómo o por qué Israel ha logrado convertirse en una nación ejemplar en temas de emprendimiento e innovación, Kaplan responde que “la necesidad es la madre de la innovación. Cuando el pueblo judío comienza a regresar a la tierra de Israel después de dos mil años, la tierra de la cual habían sido exiliados sus antepasados y (a la que) tanto anhelaban regresar, se encuentran con que tienen 65% de desierto, no tienen un mercado regional para la exportación, algunos árabes nómadas de la zona son reticentes al regreso del pueblo judío a la tierra de Israel, hay una tremenda malaria acá en el Medio Oriente, y básicamente, no había recurso natural ni recurso de capital, lo único que había era recurso humano, así que eso fue como una necesidad y no había otro lugar para ir, al fin y al cabo. Así que hubo que hacerlo y eso fue lo que se hizo.”

Pero también hay un elemento institucional que explica la actual posición de Israel como líder en innovación. El ” pasaje de Israel de una economía más socialista a una economía más capitalista y la fundación del primer gran venture capital promovido por el Estado de Israel, el programa Yozmá”, de 1992.

A partir de ese momento, “Israel comienza a desarrollar una economía de innovación basada en distintos jugadores: venture capitals, multinacionales, universidades, las empresas tecnológicas emergentes (start ups), la Autoridad de Innovación, lo que era antes el Chief Scientist, o sea el científico general, y un buen ecosistema de innovación que interactúa entre sí y genera sinergia para, al fin y al cabo, crear este tipo de economía.”

Israel, asegura Kaplan, “es el país que está invirtiendo más capital en investigación y desarrollo como porcentaje de su producto interno bruto”, con un 4.3%, “por encima de Singapur y Corea del Sur, que son países que siguieron el modelo israelí.”

“Pero además de eso, toda la cultura israelí está plasmada por ser una cultura de innovación”, dice quien sirvió durante años en el ejército de Israel. Al respecto del papel de éste en el ecosistema de innovación, Kaplan nos cuenta:

“En el ejército hay jóvenes de 18 años que “trabajan en un hábitat altamente tecnológica, tomando decisiones en situaciones de riesgo y liderando equipos de personas. Eso es realmente la materia prima de la economía de innovación de Israel.”

Pero la cultura de innovación se alienta desde la escuela. “Mi hija, de 10 años, viene el otro día con una sopa de letras, y la sopa de letras son las grandes invenciones israelíes, Waze, Mobileye y cada una de las invenciones israelíes.”

Hoy en día, “la ídishe mame ya no quiere más a su hijo doctor sino que quiere a su hijo innovador. Está muy adentro del ADN.”

Durante sus años como vocero de las FDI, Kaplan conoció a Shimon Peres, eje fundamental de la ideología que está detrás de ILAN, y pudo conversar algunas veces con él. “Tenía dichos pintorescos, como ‘lo único de lo que me arrepiento en mi vida es de no haber soñado más en grande’.”

Respecto a cómo llego a convertirse en el vocero de las FDI, Kaplan recuerda que “Israel es uno de los pocos países en el mundo que tienen ejército obligatorio. Hoy en día son dos años, ocho meses para los hombres y dos años, cuatro meses para las mujeres. Me enrolé, hice el servicio y un día recibí una llamada telefónica del portavoz para la prensa en hebreo, en Israel, y me ofreció abrir ese puesto para comunicarnos en lengua madre con un mundo hispanoparlante que tiene 600 millones de personas.”

Su puesto, en un mundo donde la información respecto al conflicto árabe-israelí no siempre fluye de forma imparcial, representó varios retos. Más que abogar por las FDI, la función de Kaplan consistía en brindar “una explicación táctica, tienes una relación muy cercana con lo que está sucediendo en el terreno por intermedio del directorio de operaciones y comunicas lo que está pasando en el terreno.” Se trata de explicar la racionalidad de la actividad operativa, asegura.

Sobre ese tiempo de su vida, Kaplan dice que “en general, fue una época que me marcó pero seguimos adelante en la vida, como quien dice.” Al igual que él, la nación entera parece concentrada en los años por venir:

“Israel está construyendo y está pensando en los principales temas que tienen que ver con el futuro. Cómo en un mundo, dentro de 15 años más, con 1,500 millones de personas más en el mundo, vamos a repartir comida o vamos a plantar comida, como vamos a solucionar conflictos, cómo vamos a dar medicina… Y en ese sentido, Shimon Peres fue como un alma mater en este tipo de casos, y el momento en que Isaac Assa, el fundador de Israel Latin America Network, de ILAN, me llama a este proyecto, realmente como que me conquista el corazón. No le puedo decir que no y es interesantísimo para mí estar de este lado.”

 

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