Enlace Judío México e Israel – Sin duda vivimos en la era de la información. Televisión, radio, redes sociales y prensa escrita nos inundan todos los días, de hecho, multitudes enteras a lo largo y ancho del planeta tierra lo primero que hacen al despertar es mirar su celular.

Eso fue lo que elegimos, nosotros mismos lo construimos y ahora felizmente lo consumimos, sin embargo, en esta era de comunicación desbordada se logra filtrar información falsa, información que resulta más nociva que la misma ignorancia.

¿Cuántas veces a la semana te llegan artículos y noticias de dudosa procedencia? Información que tiene un título espectacular y que sólo por eso nos vemos tentados a reenviarlo a todos nuestros contactos: “Encuentran la cura para el cáncer”, “Únete a esta marcha de protesta”, “Descubren el mayor caso de corrupción”, son títulos simplemente irresistibles, sin embargo vale la pena tomarse un momento para evaluar, pues al reenviar noticias falsas nos convertimos en eslabones de una larga cadena que parece no tener final.

Así que tómate un minuto para leer este texto, aquí te daré algunos pequeños consejos que te permitirán distinguir el contenido falso del contenido verdadero. ¿Estamos listos?

1.- Cuestiónate

¿En verdad crees que si encontraran la cura para el cáncer te enterarías a través de un mensaje por WhatsApp? Cuando noticias históricas llegan a nuestros días solemos enterarnos a través de la televisión, sobre todo por boca de esos líderes de opinión respaldados por televisoras que confirman cada detalle de la información, pues de lo contrario, alguna entidad podría demandarlos ocasionándoles un gran daño. Si, es cierto, en la televisión también podemos encontrarnos con mentiras, pero las posibilidades de que esto suceda son considerablemente menores debido a las agencias de noticias, las que tienen a docenas o incluso cientos de personas trabajando con un mismo objetivo: Proporcionar veracidad en cada contenido.

2.- Observa la fuente

La fuente es la firma que se hace responsable por el texto escrito, ¿Quién está emitiendo dicho contenido? Las fuentes confiables suelen ser ya bastante conocidas, un periódico con larga trayectoria o una respetable televisora. El fácil acceso a la información también nos ha convertidos a todos en pseudoperiodistas, personas que tienen el deseo de dar opiniones o anuncios personales y para ello las disfrazan de noticias. Si no me crees, pregúntate los alcances que tú mismo tienes en este instante; justo ahora puedes crear una pagina de internet, un canal de YouTube o un enorme grupo de chat y desde esas plataformas lanzarte a dar la información que más te plazca, ya sea verdadera o falsa. Habrá quien te de Like, habrá quien te escuche y hasta comparta tu contenido o tu publicación, habrá también quien te critique y te muestre en comentarios su total desaprobación, sin embargo, el micrófono para hablar lo obtuviste sin mayor dificultad y ese es el detalle que se debe considerar con la máxima responsabilidad. Hoy por hoy, todos tenemos un altavoz y todos nos escuchamos, lo que provoca un ruido ensordecedor, revisa bien a qué prestas oídos, pues no todos los que han hablado son dignos de ser escuchados.

3.- ¿El texto tiene referencias?

Todo autor responsable sabe que tiene que sustentar lo que dice, y cualquiera que haya pasado por la universidad lo sabe, pues en una educación de nivel profesional los alumnos aprenden a sustentar cada una de las afirmaciones que escriben, la pesada elaboración de la tesis es prueba de ello. Dicho eso, un texto serio se distingue de un texto informal por las múltiples referencias que agrega entre sus líneas, en aquellas referencias el autor ofrece pruebas de todo lo dicho y es entonces cuando toma valor todo lo escrito.

4.- Investiga un poco más.

La información ha cambiado tanto en nuestros días que hasta las dinámicas en los salones de clases son distintas. Hoy por hoy, los alumnos pueden confirmar lo que el maestro dice en ese mismo instante, lo cual me parece genial, es hora de que todo maestro revise tres veces la veracidad de todo lo que pretende enseñar, así que sé inquisidor, aprovecha que en cuestión de segundos podemos sumergirnos en un mar de información, cuando dudes sobre la veracidad de un texto échate un clavado en páginas serias de internet, en ellas podrás confirmar lo que en ese instante estás aprendiendo o bien, descartarlo por completo.

5.- Ten prudencia con los contenidos.

A veces el morbo de la gente logra que fotografías o videos inapropiados se hagan virales, provocando que lleguen a nuestros hijos contenidos verdaderamente lamentables. Puede ser un video sexual, un video sobre un secuestro o un asesinato, puede ser también un video que muestre un accidente mortal, da igual. Cuando un niño ve algo demasiado impresionante para su edad se queda afectado de un modo que los adultos ni siquiera pueden conscientizar. Cuidemos a nuestros hijos, todos los niños están en todos los dispositivos, los propios, los de familiares y los de amigos, vale la pena cuidarnos entre todos, así que el cuestionamiento es sencillo: antes de compartir un contenido pregúntate si le mostrarías esa imagen o video a tus hijos.

Y finalmente ante la duda no compartas. Si la fuente no es confiable, es más, si no habías escuchado sobre ese autor o sobre ese medio de comunicación no compartas, no todo lo que llega a la pantalla de nuestros dispositivos es correcto, veraz o constructivo. ¿Quedó entendido?

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