Enlace Judío México e Israel – Aún con las condenas y críticas encima, el polémico carnaval de la ciudad de Aalst en Bélgica aparentemente promete una vez más irradiar el antisemitismo que manifestó hace un año sin pudor alguno.

El famoso carnaval, con un origen que data desde el medievo en la ciudad ubicada a unos kilómetros al noroeste de Bruselas, atrajo los reflectores en marzo de 2019 cuando un conocido grupo local involucrado en el desfile, llamado De Vismooil’n, presentó una carroza que mostraba dos enormes figuras de judíos jasídicos en vestidos rosas en claros estereotipos antisemitas, como narices ganchudas, junto a bolsas de dinero, cajas fuertes y ratas.

Más de una veintena de personas ataviadas como jasídicos con el mismo color de ropas rosa, entre los que se encontraban niños, daban vida a la carroza que recibió el nombre de “Año Sabático”, bailando al son de una canción electrónica alusiva, en la que se escuchaba el fragmento de un rezo judío y una parodia del habla idish.

Para De Vismooil’n, la carroza se mofaba y hacía burla del paulatino incremento de los costos de vida en Bélgica, que de manera sarcástica hacía referencia a que estos podrían llevar a que el grupo cancelara su presentación anual y tuvieran que tomarse un año sabático, según explicó Pascal Soleme, uno de sus integrantes, al sitio JTA.

La carroza atrajo inmediatamente críticas en todo el mundo judío en contra de los organizadores del festival cultural y el gobierno local, al punto de que se le llegó a comparar con la propaganda nazi. En la respuesta más notoria al respecto, en diciembre del año pasado, la UNESCO decidió retirar al carnaval de Aalst de su lista de patrimonio cultural como medida en respuesta al antisemitismo permitido en el evento.

Pero para De Vismooil’n, las críticas eran y siguen siendo infundadas, y han sostenido que todo se trata de humor. “Creo que la gente que está ofendida vive en el pasado, del Holocausto, pero esto es acerca del presente. Nunca hubo una intención de insultar a nadie. Fue una celebración del humor”, enfatizó Soleme al JTA.

En vísperas de su edición de este 2020, a celebrarse el domingo 23 de febrero, en un aparente intento de burlarse de las críticas, los organizadores del festival han vendido “kits de rabino” para los asistentes, con el fin de que puedan disfrazarse de judíos jasídicos, que incluyen narices enormes, Peyes y sombreros negros, de acuerdo con el periódico The Jerusalem Post.

La intenciones de que las críticas por más fuertes que fueran solo serían tomadas por los organizadores del festival para su propio regocijo, se dejaron ver desde octubre pasado, cuando los organizadores lanzaron listones con caricaturas de judíos estereotipados, de cara a la edición de este año. “UNESCO, pero qué chiste es”, dice uno de los listones con un judío jasídico carcajeándose.

Ante ello, el gobierno de Israel hizo un atento llamado esta semana al gobierno belga local para que impida una nueva demostración de antisemitismo en el carnaval.

“Bélgica, como una democracia occidental, debería de avergonzarse de permitir tal despliegue de virulento antisemitismo. Hago un llamado a las autoridades para que condenen y prohíban este desfile en Aalst”, escribió el canciller israelí Yisrael Katz en un mensaje de Twitter el jueves.

Sin embargo, el alcalde de la ciudad de Aalst, Christophe D’Haese, del partido nacionalista de centro derecha N-VA se negó tajantemente a la idea, a la que calificó de “desproporcionada” y “censura”,  dejando en claro que el desfile saldrá a flote.

“Parece que [Katz] no entiende las bases de una sociedad libre. No debe ser labor de un ministro de Exteriores decidir qué debería ser o no ser en Aalst. Yo decidiré por mí mismo”, declaró D’Haese, según European Jewish Press, citando a medios locales.

Aunando en su oposición a la cancelación del carnaval, el alcalde afirmó que “no es un desfile antisemita”, a la vez de sostener que “no hay lugar para el racismo, pero sí para la sátira y el humor”.

En diciembre pasado, D’Haese aseguró que el carnaval se mofa de muchos grupos de diferente origen, no solo de los judíos, por lo que “no es ni antisemita, ni racista, y cualquiera que diga eso solo actúa de mala fe”.

Por su parte, tres profesores belgas expertos en antisemitismo escribieron una editorial en el periódico local De Morgen, en los que pidieron que no se desplegaran elementos antisemitas.

Pese a que Bélgica tiene una población judía de cerca de 30,000 personas, no se tiene previsto ninguna acción de protesta de la comunidad en contra del carnaval, ya que existe la preocupación de que se pueda llamar la atención de manera negativa y que puedan ser objeto de violencia por su oposición al evento, de acuerdo con The Jerusalem Post.

La del año pasado no fue la primera edición polémica del carnaval, ni De Vismooil’n ha sido el único grupo que ha levantado controversia. En su edición del año 2013, el carnaval de Aalst también generó polémica luego de que algunos de sus participantes asistieron con uniformes nazis y con latas falsas de Zyklon B, utilizado en las cámaras de gas nazis, mientras que otros vestían como prisioneros de campos de concentración.

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