Enlace Judío México e Israel – Estos son los siete consejos del rabino Askenazi para hacer que tus oraciones lleguen a su destino. Escúchalos y dale power a tu tefilá. 

“Rezar es una plática diaria y constante con tu creador”, dijo el rabino Raúl Askenazi, citando a Abraham ben Moisés ben Maimón, el hijo del Rambam. Cumplir con la mitzvá del rezo equivale a cumplir con las 613 mitzvot, señaló.

Pero, ¿es posible rezar de tal forma que nuestras plegarias sean escuchadas por el Creador? La respuesta, dijo, es “sí”. Y para hablar del cómo, el rabino preparó siete puntos principales para darle fuerza a la tefilá.

Sobre eso versó la conferencia virtual “Dale power a tu tefilá” que, en esta época de aislamiento social, el rabino ofreció para el público de Enlace Judío a través de una transmisión de Facebook Live.

A continuación, te ofrecemos un resumen de su conferencia, los siete puntos a seguir para darle power al rezo.

Rezar con alegría

“Está escrito en la Torá que cuando la persona reza con alegría, su rezo es imparable, tiene muchísimo poder”, dijo. Explicó que es una costumbre que la gente se acerque a los novios contrayentes para pedirles bendiciones. De la misma manera, cuando alguien celebra su cumpleaños, la gente puede aproximarse para pedirle sus buenos deseos. Esto se debe, dijo, a que las personas que están alegres tienen las puertas del cielo abiertas. Por lo que su consejo es: reza con alegría y, cuando te sientas feliz y pleno, aprovecha para hablar con tu Creador.

Con el corazón

Rezar con amor y con cariño es el segundo consejo del rabino Raúl Askenazi para darle fuerza a la tefilá. Ejemplifica con una historia del rabino Baal Shem Tov, fundador del judaísmo jasídico, quien luego de rezar cada Yom Kipur recibía en sueños la visita del mismo Eliahu Hanavi, quien lo felicitaba por haber realizado el rezo más poderoso del mundo. Así fue cada año hasta que un día, el profeta se le apareció para decirle que esta vez, el rezo más poderoso había provenido de alguien más.

A la mañana siguiente, el gran rabino fue a buscar al hombre en cuestión, solo para descubrir que era un humilde carnicero que no sabía rezar pero que había recitado, con todo su corazón, una y otra vez, las diez primeras letras del alfabeto hebreo para que Dios formara con ellas las palabras y las frases que quisiera.

“Si entregas tu corazón en cada letra y en cada palabra que sale de tu boca, Dios agarrará ese rezo y hará el rezo más poderoso del planeta tierra.”

Cuando actúas de manera extraordinaria

Pese a que, por derecho Divino, el rey David podía haberse levantado todos los días  las 10:00 de la mañana, solía levantarse a medianoche a alabar a Dios. “¿Díganme ustedes si no es esto un acto extraordinario?” Otra de las acciones extraordinarias que caracterizaban a David era su decisión de salir al campo de batalla junto a su ejército. Por eso, “el rey David le decía a Dios: ‘escucha mi rezo porque mi rezo es muy poderoso ya que soy extraordinario’.”

En consecuencia, el tercer consejo del rabino Askenasi consiste en rezar cada vez que hagamos algo extraordinario, como pedir por el otro antes que por uno mismo, o quedarse callado como única respuesta a un insulto o a un agravio. Actuar de manera extraordinaria, dijo, nos abre las puertas del cielo para que nuestros rezos se vuelvan más poderosos.

Pide de verdad

Cuando estamos en un aprieto, explicó el rabino, confiamos en Dios para que nos saque de él. Sin embargo, no solo confiamos en él sino en las personas que podrían ayudarnos: un médico, un abogado… Sin embargo, estos son solo emisarios de Dios, ayudantes a través de los cuales, Dios opera para salvarnos.

“Si la persona de verdad entiende que la salvación plena y completa está en Dios, y cuando reza, reza de esa forma, entendiendo que el único que lo puede ayudar es Dios, sin tener fe en nadie más, más que en Dios, ese rezo tiene muchísimo poder.”

El llanto

Cuando fue destruido el Segundo Templo, dice el rabino Askenazi en referencia al Talmud, Dios cerró los portones del cielo para nuestros rezos. Pero hay unos portones que permanecieron abiertos: los que permiten que por ahí transiten nuestro rezos cuando lloramos.

“Cuando una persona reza con lágrimas, reza con llanto, ese rezo es el más poderoso del planeta Tierra”, afirmó el religioso. Incluso, dijo, si las lágrimas se derraman a consecuencia de una película que nos conmueve y hasta porque picamos cebolla. Su consejo es aprovechar cada momento de llanto para rezar porque, así, nuestro rezo será muy poderoso.

Rezar en grupo

Es más poderoso el rezo conjunto de mucha gente que el rezo individual, explica Askenazi. “Cuando todos los judíos rezan por una sola cosa a la vez, por un mismo fin, la unión, señores, hace la fuerza”, dijo.

En estos tiempos en que juntarse a rezar es peligroso para la salud, los grupos pueden ser virtuales. Organizarse por WhatsApp, por ejemplo, para rezar un mismo texto a la vez en todo el mundo, es la coaj, la fuerza que se necesita para que ese rezo no encuentre fronteras.

Alaba, pide y agradece… luego, vuelve a pedir

El último consejo que dio el rabino Raúl Askenazi en su conferencia virtual fue seguir la lógica de la Amidá: primero, alabar a Dios, es decir, reconocer su grandeza y, por ende, la confianza que en él se deposita; luego, pedirle a Dios (salud, inteligencia, sustento, amor, felicidad) y, por último, agradecer a Dios por todas sus bendiciones.

Pero así como en la Amidá hay un último rezo en el que volvemos a pedir a Dios, el rabino recomienda que, tras agradecerle al Creador por todo lo que sí tenemos, volvamos a pedirle. Pone como ejemplo el nacimiento de un hijo: le agradecemos a Dios tal evento pero luego le pedimos que nos lo conserve, que lo deje crecer y realizarse. Y si se trata de un negocio que nos ha traído grandes utilidades, lo mismo: le damos las gracias a Dios y luego le pedimos que nos deje usar ese dinero para bienestar de nuestra familia.

 

Así terminó la emotiva e interesante conferencia virtual del rabino Raúl Askenazi. Te invitamos a ver el video completo que compartimos contigo.

 

Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico