Enlace Judío México e Israel – Irán, con 80 millones de habitantes, es uno de los países más golpeados por el COVID-19. Al 29 de marzo del 2020 habían infectadas en ese país 38 mil 309 personas y 2 mil 901 muertes, entre estas más de 50 médicos iraníes.

Irán se había resistido a imponer bloqueo a su población, confiando en los llamamientos verbales para que la gente se quede en casa, empero, han sido ampliamente ignorados e incluso cientos de miles de iraníes tomaron las carreteras el pasado fin de semana para pasar las vacaciones de dos semanas del año nuevo persa con sus familias a pesar del gran riesgo de que el virus se propague de las grandes ciudades al campo.

Ante la expansión desbordada del COVID-19, el presidente Hassan Rohani señaló el 25 de marzo pasado que se introducirían nuevas medidas contra la pandemia relacionada con restricciones a los movimientos de la población.

Roani señaló que se necesita que las personas regresen a sus casas lo más pronto posible, “la gente tiene que darse cuenta de que estas son decisiones difíciles que se están tomando para proteger sus vidas.

Las nuevas medidas estarán vigentes por 15 días y se implementarán a fondo hasta el próximo 4 de abril, el día que los niños normalmente regresen a clases”.

En este contexto, no se conoce la extensión de la epidemia en Irán. Se considera que lo que dicen sus voceros oficiales no es la verdad, que están escondiendo la gravedad de la situación, aparentemente la epidemia está descontrolada.

La pandemia que afecta a Irán está propagándose a sus vecinos, hecho que ha incrementado la presión sobre los sistemas sanitarios de Afganistán y Pakistán, entre otras naciones. Irán cometió el grave error al principio de la pandemia de permitir los vuelos entre Irán, China y Beirut, “causando la expansión del virus en el Medio Oriente”.

El secretario de Estado de EE.UU, Mike Pompeo, indicó que solo en febrero pasado la principal línea aérea de Irán realizó al menos 55 vuelos entre Teherán y China, infectando aún más a los iraníes.

“Los primeros casos del COVID-19 registrados en cinco países extranjeros fueron importados directamente por Irán poniendo en riesgo a millones de vidas”. Añadió que “el régimen iraní ignoró los reiterados llamados de advertencia de sus propios funcionarios de salud y negó su primera muerte por coronavirus nueve días”.

La pandemia que experimenta Irán es uno de los principales retos que enfrenta desde la Revolución Islámica de 1979, pero no los únicos.

La situación de Irán ya se había vuelto crítica por las sanciones económicas que le impuso EE.UU, por las protestas de la población contra la tiranía de la autocracia del régimen fundamentalista de los ayatolas, y por las acusaciones del mundo por el abatimiento de un avión de Ucrania por misiles iraníes.

Asimismo, la situación económica de Irán se deterioró sensiblemente por la reciente baja internacional de las cotizaciones del petróleo y gas.

El brote del COVID-19 en Irán esta arrinconando al régimen en su lucha terrorista a través del grupo Hezbolá en Líbano que ha orientado sus atentados contra Israel.

Ante el deterioro de la economía de Irán y la quiebra de la actividad productiva de Líbano, Irán tendrá que reconsiderar sus acciones bélicas contra Israel y sus costosos esfuerzos para establecer su hegemonía en el Medio Oriente.

La Alta Comisionada por los Derechos Humanos de la ONU, la exmandataria de Chile, Michelle Bachelet, pidió revaluar las sanciones aplicadas a Irán, Cuba y Venezuela, “para permitir hacer frente a la pandemia del coronavirus.

Las sanciones deben de atenuarse o suspenderse por razones de salud pública, así como “para reforzar los derechos humanos y defender la vida de millones de personas en esos países”.

Bachelet considera que también es necesario  suavizar o eliminar las sanciones para permitir la importación de equipos médicos y medicinas. A su vez los países afectados deben proporcionar información transparente para que puedan recibir ayuda humanitaria.

Tras el brote del coronavirus en Irán y debido a las fuertes críticas de muchos países y organizaciones de Derechos Humanos, el Departamento del Tesoro de EE.UU anunció a principio de marzo que había autorizado los intercambios financieros con Irán para facilitar el envío de ayuda humanitaria, referido a medicinas, productos farmacéuticos y alimentos. El 26 de marzo el secretario del Tesoro de EE.UU, Steven Mnuchin, confirmó la declaración.

Cabe destacar que la posición de EE.UU en relación al reglamento de sanciones a Irán es diferente a la de Bachelet. Mike Pompeo ha señalado que funcionarios iraníes se han robado más de mil millones de euros de la asistencia europea para combatir la pandemia, “embolsándose los fondos para sí mismos”.

Pompeo agregó “que a medida que los funcionarios del régimen iraní solicitan más fondos, es importante tener en cuenta que desde 2012 Irán ha gastado 16 mil millones de dólares en terrorismo en el extranjero. Los funcionarios continúan acumulando máscaras, guantes y otros equipos médicos que se necesitan desesperadamente, para su venta al mercado negro”.

Por otra parte, Pompeo afirmó que las sanciones de EE.UU a Irán no aplican a la importación de alimentos, medicinas, equipo médico y otros bienes destinados a fines humanitarios.

En el ámbito de las sanciones impuso nuevas contra Irán el 26 de marzo orientadas a 15 personas y 5 entidades iraníes. Las compañías afectadas están vinculadas al sector naviero, comercial y de construcción, así como a una empresa química.

Es de destacar que en medios iraníes se han difundido ideas conspirativas acusando a EE.UU de que el nuevo  coronavirus es fruto de una guerra biológica de EE.UU, de manera que un grupo de médicos iraníes, a través de una carta, han pedido la destrucción total de los laboratorios biológicos estadounidenses en toda la región.

Una idea infundada que se contradice con la existencia de 132 mil 544 casos de coronavirus y 2 mil 346 muertos al 29 de marzo del 2020 en EE.UU.

Asimismo, el gobierno de EE.UU ha destinado cientos de miles de millones en ayudas a personas y empresas para ayudarlos a atenuar los efectos de la crisis del coronavirus.

Por su parte el líder de la revolución islámica, el ayatola Jamenei, ordenó al Ejército de Irán la construcción de un hospital con 2 mil camas en Teherán la capital, en un lapso de 48 horas para combatir la pandemia.

El ayatola enfatizó que la capacidad para implementar esta misión “mostrará la preparación del país para defenderse de un ataque biológico”. ¡No es creíble que se pueda construir un hospital de esa magnitud en 48 horas! Irán no es China.

El Ejército de Irán ha creado 420 centros de control y previsión en todo el país para frenar el brote del coronavirus. Asimismo, el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el General de División Mohamad Hosein Baqueri, anunció que de los 58 hospitales de las Fuerzas Armadas que existen en todo el país, 52 han sido destinados para los contagiados del coronavirus.

En el entorno de la pandemia del coronavirus en Irán, la perspectiva no parece favorable.

 


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