Enlace Judío México e Israel.- La comunidad judía en España consta de aproximadamente 45.000 miembros. La presión que ejercen los partidos de izquierda y extrema izquierda, hoy en el gobierno, está enfocada particularmente a Israel y quienes lo apoyan.

ISAAC LEVY BENBENISTE / EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

En un reciente artículo en el Jerusalem Post y traducido y publicado por este mismo medio, el periódico se hace eco de la decisión de un tribunal de distrito de Valencia (España) de declarar ilegal y anticonstitucional la ley promovida por algunos partidos políticos de la izquierda y del movimiento BDS en la Diputación de Valencia que anima a boicotear productos israelíes y a declarar la provincia de Valencia zona libre de apartheid israelí.

Esta resolución judicial ha sido adoptada gracias a la demanda realizada por la organización ACOM (Acción y Comunicación sobre Oriente Medio) que hace una incansable labor luchando de forma constante y eficaz en los tribunales españoles de justicia contra el movimiento BDS, considerado antisemita y discriminatorio en algunos parlamentos europeos como el de Francia o Alemania.

Para aquellos que no lo sepan, el movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), según se definen, es una campaña global que trata de incrementar la presión económica y política sobre Israel para que cumpla los objetivos del movimiento: acabar con la ocupación israelí y la colonización de los territorios palestinos, obtener la plena igualdad de los ciudadanos árabes palestinos que viven en Israel y el reconocimiento del derecho de los refugiados palestinos al retorno. Dicha campaña comenzó el 9 de Julio de 2005 por más de 170 ONG palestinas y se ha ido extendiendo vertiginosamente por todos los rincones del mundo. El eje de dicho movimiento es la comparación de Israel con la Sudáfrica del apartheid y se inspira en campañas anti apartheid en contra de la minoría blanca dominante sudafricana.

Según dicen sus estatutos, el boicot a Israel debe ser completo: comercial, académico, cultural, deportivo, sindical e institucional. Las Desinversiones se refieren al dinero que empresas internacionales retiran de las empresas israelíes. Y las Sanciones son el castigo que la comunidad internacional aplica a los estados que amenazan la seguridad y la paz en el mundo como el régimen de apartheid sudafricano o el régimen sionista (según ellos, claro). Se vanaglorian del boicot de artistas como los británicos Roger Waters, Elvis Costello o la actriz española Pilar Bardem, así como el (difunto) científico Stephen Hawkins a no pisar suelo israelí. Y también se jactan de haber provocado un descenso de las exportaciones de productos fabricados en Judea y Samaria, aunque perjudique a trabajadores palestinos a los que dicen defender tanto. Lo que parece increíble es que no hay otras organizaciones en el mundo que operen contra un país específico y menos a nivel tan global cuando todos sabemos de la existencia de otros países donde se vulneran de forma flagrante los derechos humanos y donde conquistan de verdad territorios que no les corresponden. Israel es el único estado judío del mundo y además la única democracia de Medio Oriente pero el antisionismo es la forma contemporánea del antisemitismo y la propaganda palestina con sus mentiras y manipulaciones ha calado hondo en sectores eminentemente de izquierdas.

En España en los últimos años, el BDS está emergiendo de forma alarmante y muestra su peor cara gracias al consentimiento y el apoyo de varios partidos políticos de izquierda y extrema izquierda, cada vez con más poder municipal y autonómico. La acción del BDS se ha ido extendiendo sobre todo a través de mociones que apoyan el boicot total a Israel y declarar la zona libre de apartheid en ayuntamientos e instituciones locales. Gracias a presiones políticas casi invisibles ejercidas por ACOM y por LICRA (Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo), se han podido anular hasta unas 50 mociones del BDS por reconsideración y rectificación de los votos y los acuerdos que sustentaban estas mociones. Y gracias a las acciones judiciales de ACOM, los tribunales han tumbado más de una docena de mociones del BDS por considerarlas racistas y discriminatorias hacia el colectivo judío.

Por desgracia, en el territorio español hay en la actualidad todavía otros 50 municipios con mociones del BDS. Hay mucho trabajo pendiente por hacer.

El 28 de Septiembre de 2017, el ayuntamiento de Cádiz, ciudad del sur de España, boicoteó un ciclo de cine israelí por adherirse al movimiento BDS y más recientemente un año más tarde el partido del campeonato del mundo de waterpolo femenino entre España e Israel cambió su ubicación original a una piscina a puerta cerrada por la presión ejercida por el BDS y por el partido independentista catalán de extrema izquierda, la CUP. Deporte y cultura, deportistas y cineastas jóvenes boicoteados. LICRA denunció en sus redes sociales y en prensa estos hechos discriminatorios inadmisibles.

El 22 de Agosto de 2015, el Festival Rototom Sunsplash de Benicassim (no muy lejos de Valencia) decidió cancelar el concierto previsto del cantante estadounidense de reggae Matisyahu dentro de la campaña del BDS. El cantante, judío norteamericano, se negó a opinar (ni para bien ni para mal) sobre la política del gobierno israelí y por eso fue boicoteado. Evidentemente este hecho demostró el carácter racista y judeófobo del BDS de forma clara. Y aunque este episodio ocurrió hace casi 5 años, el caso fue llevado a tribunales y hasta 8 miembros del BDS de Valencia han sido demandados y se les pide 4 años de cárcel.

Ha quedado demostrado que el BDS incita al odio a Israel y por ende al pueblo judío en su conjunto, perpetuando la judeofobia de siempre. Pues en Valencia (tercera ciudad más importante de España), a pesar de los disturbios violentos ocasionados y las resoluciones judiciales que les tildan de racistas, el BDS ha rizado ahora el rizo de forma alarmante. Se ha sabido hace menos de una semana que el CEFIRE que es el centro de formación que depende de la Generalitat Valenciana (gobierno autonómico de la Comunidad Valenciana) ha programado para el próximo 8 de Junio 2020 el inicio de un curso de 20 horas que se titula “Solidaridad y derechos humanos. Aprendiendo a enseñar contra el odio y el racismo (judeofobia e islamofobia) y Palestina-Israel” que, atención, corre a cargo y está organizado por el BDS de Valencia. Suena a chiste o broma macabra pero es rigurosamente cierto. ¿Acaso el BDS está capacitado para enseñar sobre solidaridad o sobre odio, racismo o judeofobia? Cuando justamente promueve boicots, enfrentamientos o empobrecimiento de gente sólo por su nacionalidad u origen. Y sobre todo porque fomenta el odio a Israel y a los judíos. Parece evidente pero este lamentable hecho pone de manifiesto la ceguera y el propio odio de la clase política que gobierna actualmente la Comunidad Valenciana, todos de partidos políticos de izquierda o extrema izquierda. Están llenos de prejuicios muy enraizados y se creen mentiras aplastantes y colaboran difundinedo odio y hostilidad de forma totalmente injustificada a Israel y a los judíos.

Se requiere intervención política para parar este grave desaguisado y por fortuna, el diputado y portavoz del partido de centro liberal Ciudadanos, Toni Cantó, ha sido muy valiente y ha formulado una serie de preguntas al respecto a los gobernantes de la comunidad diciéndoles que esto era como si los nazis hicieran un curso de cómo enseñar contra el racismo o como si los maltratadores hicieran un curso de cómo enseñar a comportarse de forma correcta con las mujeres. Bravo por Toni Cantó. No es nada fácil proclamar estas verdades contra el BDS hoy en día.

Esperemos que los gobernantes valencianos rectifiquen y se den cuenta de este gravísimo error de que el BDS organice este curso, además para mayor vergüenza, financiado con los impuestos de todos los valencianos.

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