Enlace Judío México e Israel – Para el rabino Abraham Tobal, la pausa forzada que implicó para millones la epidemia de covid-19 es una oportunidad única para obtener valiosos aprendizajes que pueden cambiar nuestra vida para bien. 

“Hay que armarse de paciencia, de valor, no desesperarse y no hacer nada irresponsable” mientras termina la cuarentena, pero también hay que aprender de lo que nos está ocurriendo. Así lo dijo el rabino Abraham Tobal, de la Comunidad Monte Sinaí, quien ofreció una conferencia en vivo a través de página de Facebook de Enlace Judío, para hablar sobre las lecciones de vida que nos deja, o que nos debería de dejar la pandemia de covid-19 que azota al mundo. Un hecho “sin precedentes” para nuestra generación.

“Sería una tristeza y una pena muy grande que, además del perjuicio que esto trajo a todo el mundo, que esto transcurra y no aprendamos nada de esto”, dijo al comienzo de su charla para los usuarios de este medio. No aprender nada de la contingencia sería una “doble pérdida”, afirmó el rabino.

¿Qué mensaje nos está dando Dios? ¿Qué quiere de nosotros? “En primer lugar, aprender a valorar lo que tenemos. Por lo general, estamos tan acostumbrados y entramos a una rutina: nos levantamos en la mañana, vemos todo normal, volteamos, vemos nuestras casas, nuestras familias, nuestra salud, salimos a trabajar y lo damos todo por hecho”, dijo.

Ahora que estamos aislados físicamente de nuestras familias, de nuestros amigos, debemos aprender a valorar esas cosas que normalmente damos por sentado, recomendó y ejemplificó con su propia vida, al compartir que ahora que no puede ver a sus nietos, su “máximo tesoro”, los aprecia y los valora mucho más.

Es como la luz del sol, dijo, que damos por hecho hasta que nos encontramos en la oscuridad más absoluta y entonces apreciamos hasta la luz de una vela o de una linterna, y recordó las bendiciones matutinas.

“Está estipulado que uno abre los ojos y da un agradecimiento a Dios: ‘Te agradezco que me regresaste el alma, que volví a abrir los ojos, volví a tener vida, a despertarme y sigo viviendo’.” ¿Por qué está establecido así? Por que si no lo hacemos de esa manera, se nos olvida lo que tenemos, la bendición de poder ver, caminar, vivir.

La segunda lección tiene que ver con la pausa. La interrupción forzada del “maratón” que cursamos en la vida cotidiana sin pensar “para qué estamos corriendo.” Para el rabino Tobal, hacerse esa pregunta lleva a respuestas que conducen a nuevas preguntas: ¿Para qué estoy corriendo al trabajo? Para tener mi sustento. ¿Para qué quiero tener mi sustento? Para poder vivir. ¿Para qué estoy vivo? “Estoy viviendo para algo muy importante: para cumplir una misión muy importante, que Dios me creó para algo.”

Descubrir esa misión es imposible si solo vamos por el mundo inercialmente. “Ahorita que estamos obligados a encerrarnos en nuestras casas y tenemos ese tiempo, ahora sí, reflexionar (…), usemos esa oportunidad tan importante de detenernos y pensar y reflexionar, encontrarnos a nosotros mismos. Muchas veces no nos damos cuenta de quiénes somos ni qué queremos ni qué buscamos en la vida ni qué perseguimos porque estamos tan ocupados en nuestra carreras que no somos nosotros, somos lo que hacemos…”

De acuerdo con el rabino Tobal, el mensaje Shabat Shalom (Shabat con paz) se puede hacer extensivo a todos los días gracias al encierro obligado, a la pausa que nos permite reflexionar sobre quiénes somos, qué queremos y por qué estamos en este mundo.

“Estamos encerrados en un gimnasio espiritual y así como desarrollamos los músculos cuando vamos a un gimnasio, ahorita vamos a desarrollar la espiritualidad, la superación personal, la reflexión… Tenemos la oportunidad de cultivarnos, de estudiar algo, de profundizar en las cosas.”

Para el rabino Tobal, esta es una oportunidad única que nos permite aprender, repensar s ir más a fondo: “vamos a mostrarle a Dios que podemos ser positivos.” Y cuando la pesadilla termine, sabremos lo que es amar al prójimo, “lo que nos aporta ir a rezar a un templo, lo que nos aportan todos esos beneficios de vivir en sociedad (…) Si nos vamos con todo ese paquete de aprendizaje, entonces por lo menos, ya que hubo tanto sufrimiento, también valió la pena y sacamos algo positivo.”

 

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