Enlace Judío México e Israel – En una votación del 2 de julio de 2018 el parlamento israelí aprobó una ley que exige a las autoridades de Israel retener una parte de las transferencias mensuales de impuestos que recaudan en representación de la Autoridad Palestina (AP) que gobierna Cisjordania, conforme a los acuerdos de paz provisionales que establecen que Israel recaude ingresos para los palestinos.

La ley trata de aplicar sanciones a la AP, que efectúa a palestinos presos en Israel, a sus familias, a las de aquellos muertos o  a lesionados durante enfrentamientos con israelíes, fundamentalmente en acciones terroristas. Israel y los países occidentales consideran que los pagos, que empezaron en la década de los sesentas, son un incentivo para la violencia y premian al terrorismo.

El dinero recaudado cada mes en representación de la AP asciende a más de 100 millones de dólares, por concepto de impuestos aduaneros a las ganancias de jornaleros palestinos, a comerciantes que viven en territorio palestino pero hacen negocios en Israel y de aduanas correspondientes a las importaciones palestinas que cruzan puertos israelíes. De acuerdo a la legislación, el gabinete israelí puede tomar la decisión de liberar los fondos congelados y de cuando hacerlo únicamente después de que el ministro de Defensa determine que la AP suspendió dichos pagos.

Los líderes palestinos describen los pagos como asistencia social necesaria y ven al llamado Fondo de Mártires como una fórmula para cubrir las necesidades de las familias afectadas por el conflicto con Israel. Asimismo, el Ministro de Relaciones Exteriores palestino ha señalado que la retención de fondos “es un intento por estigmatizar al pueblo palestino como terrorista, se trata de un acto de piratería y terrorismo organizado”. En este ámbito, muchos palestinos consideran héroes a quienes están detenidos, calificados por ellos como prisioneros políticos y a los que murieron en ataques, “Mártires de la Causa Palestina”. La política de la AP de destinar “pagos por asesinatos”, beneficia a decenas de miles de familias, entre ellas a la de los terroristas. Funcionarios palestinos han señalado que suspender los pagos a las familias les causaría a estas un gran enojo y que ningún palestino está dispuesto a abandonar a sus mártires y “prisioneros que se han sacrificado por la lucha nacional”. El gobierno palestino ha afirmado que seguirá efectuando los pagos a las familias a pesar de la crisis financiera que enfrenta.

Ciertamente, la AP se encuentra cada vez más aislada del mundo árabe que ha establecido relaciones indirectas con Israel y por la ruptura que ha tenido con la administración del presidente Donald Trump a raíz del traslado de la Embajada de EUA de Tel Aviv a Jerusalén. La AP se encuentra al borde del colapso.

El primer ministro de la AP, Mohamed Shtayé ha señalado de extorsión a las tácticas de presión del gobierno de Trump, para concretar su plan de paz. Shtayé de 62 años, se ha propuesto tratar de aumentar la confianza de los palestinos en la AP con la esperanza de ser candidato para suceder al presidente de la AP, Mahmud Abbas, quien esta visiblemente enfermo. De aquí su apoyo a la continuidad de los pagos a terroristas y sus familias. Shtayé ha afirmado que “en términos políticos no podemos aceptar que nuestros muchachos encarcelados son terroristas” y en términos legales podría exponer tanto a la AP como a los bancos palestinos a demandas en tribunales israelíes y estadounidenses.

Por las retenciones de pagos de Israel, la AP se ha visto precisada a recortar sus nóminas, por lo que decenas de miles de funcionarios públicos y oficiales de policía de Cisjordania reciben solo 50% de sus salarios.

Por otra parte, existe el riesgo de que la AP despida a elementos de seguridad, lo que afectaría la capacidad de acción de los mismos que trabajan muy de cerca con las fuerzas de seguridad de Israel para erradicar a células terroristas de Hamás que trabajan en Cisjordania para debilitar a la propia AP y evitar los ataques a Israel o perseguir a los perpetradores, así como prevenir conflictos con las redadas militares israelíes en las áreas de Cisjordania que están bajo el control de seguridad palestina.

El conflicto entre Israel y los palestinos por la retención de los pagos y por los planes de Israel de anexar a su territorio en el futuro cercano algunas zonas de Cisjordania derivó en que Mahmud Abbas anunciara el 19 de mayo pasado que ya no se sujetará a los acuerdos que tiene con Israel y EUA, incluso a aquellos en materia de seguridad.

En una reunión extraordinaria de la AP en la ciudad de Ramallah el 19 de mayo pasado se discutió sobre los planes de Israel sobre la anexión de algunas zonas de Cisjordania a su territorio, que el nuevo gobierno de Benjamín Netanyahu y Benny Gantz busca implementar bajo el marco del plan de paz de Trump para el conflicto palestino israelí.

En este ámbito, Abbas afirmó que en vista de que la anexión es una prioridad para el nuevo gobierno de Israel, decide anular los acuerdos de paz de Oslo y todos los acuerdos firmados al respecto y que Israel debe asumir sus responsabilidades como “poder ocupante” sobre el territorio del Estado ocupado de Palestina con todas sus consecuencias y repercusiones basadas en el derecho internacional y en el derecho internacional humanitario. Abbas indicó, además, que buscará complementar acuerdos para que el Estado palestino ingrese a acuerdos internacionales y convenciones a las que aún no se ha unido.

El fin de la cooperación de la seguridad podría tener serias consecuencias tanto para israelíes como palestinos particularmente para las fuerzas de seguridad palestinas que dependen en gran medida de esta coordinación. “Israel ha transferido en varias ocasiones información a las fuerzas palestinas sobre los planes de Hamás o de algún otro grupo de tomar medidas contra la AP, o de dañar a su líder. La oposición en Cisjordania ganará fuerza”.

Independientemente que la AP se debilite, los terroristas palestinos cobran cada vez más una imagen mística entre la población. El Canal Oficial de la AP transmitió recientemente un programa especial de honor al “Día del Prisionero” en el que sugiere a los televidentes que los presos son los “gigantes de la historia palestina”, aunque no menciona que están en prisión por los múltiples asesinatos de ciudadanos israelíes. 

El Día del Prisionero Palestino se celebra el 17 de abril es una fiesta nacional, conmemorado en recuerdo de que en 1974 Mahmud Hidazi fue liberado de la prisión después de ser capturado en un intento de llevar a cabo un ataque terrorista en Israel. El Día del Prisionero se conmemora entre los palestinos para honrar a los que están en cárceles por actos terroristas dirigidos a civiles, que se enmarcan en el llamado “esfuerzo de liberación nacional”. La veneración palestina sobre sus prisioneros trasciende toda reflexión racional. El canal palestino de televisión ha transmitido programas que alaban la calidad liberadora del semen de los prisioneros, que se saca de contrabando de las prisiones para producir niños con esa calidad liberadora, esto suena a los experimentos controvertidos en seres humanos del Dr. Josef Mengele en el campo de concentración de Auschwitz y en otros campos nazis.

La retención de ingresos presupuestales palestinos para pagar a prisioneros terroristas y sus familias aparentemente tiene poca significación en atenuar los atentados contra Israel.


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