Enlace Judío México e Israel – Uno de los temibles “tiburones” de Shark Tank México, el empresario Marcus Dantus, conversó con nosotros sobre las implicaciones que la pandemia de covid-19 ha tenido para el futuro del emprendimiento en México. 

La quinta temporada de Shark Tank México se grabó en enero, cuando la amenaza del covid-19 parecía más un relato de ciencia ficción que un inminente hecho histórico que marcaría a la humanidad. A razón de ello, conversamos con Marcus Dantus, fundador y director de StarUp México y uno de los “tiburones” que, en la serie, analiza y, en su caso, apoya proyectos de emprendimiento que le son presentados por los concursantes.

¿Alguno de los proyectos seleccionados dejó de tener sentido luego de la pandemia? ¿Alguno cobró más sentido tras los acontecimientos ahora conocidos?

Yo creo que más que sentido o no sentido —porque los proyectos que uno apoya, para uno tienen sentido—, más que bien habría que ver cuáles de estas empresas sobreviven para cuando salga el programa. Porque nosotros, en teoría, no podemos invertirles antes de que el programa salga al aire. Y no sé cómo les esté yendo. Ahorita es una época muy difícil para emprendedores en general y para PyMEs, y pues yo no sé si van a seguir existiendo estas empresas después del programa.

¿Cómo va a afectar la crisis al ecosistema del emprendimiento en México?

Hay dos crisis. La primera crisis es la falta de apoyo gubernamental y la falta de programas para emprendedores, que es una crisis que lleva ya casi dos años, bueno, año y medio; y luego tienes la crisis actual de la pandemia del coronavirus, en donde, ¿cómo se dice?, es echarle agua a lo mojado. Está mucho peor. Echarle sal a la herida, si tú quieres. Pero, en realidad, con la falta de apoyos, la falta de programas, la falta de incentivos fiscales, con cero interés de compra por parte del gobierno a PyMEs, con los corporativos que también andan fregados ahorita, la gran mayoría de ellos, y encima de todo esto, si le echas que las PyMEs están trabajando ahorita con un porcentaje mínimo de capacidad y con poco público y poco poder de compra, pues la situación es brutal.

¿Y en el resto del mundo cómo ves la situación?

En el resto del mundo la situación está igual. Quizá ahora con la excepción de China, que ya arrancó, pero hay programas de apoyo. Por ejemplo, en Chile hay un programa de apoyo a PyMEs muy fuerte ahorita. En Estados Unidos acaban de sacar un programa para SnB’s (Small and Medium Business), lo que serían las PyMEs acá, de billones de dólares para apoyar a la productividad. Inclusive en lugares más recónditos… Por supuesto, en Israel, el apoyo sigue para PyMEs y para startups. En México, la verdad es que no. Entonces, pues la vamos a tener mucho más difícil. Y si le sumas a eso los problemas cambiarios, el precio del petróleo, cómo va a quedar la economía después del covid, etcétera, la verdad es que se ve muy difícil el panorama.

Algunos pensadores han especulado sobre cómo esta pandemia va a cambiar al mundo, desde nuestros hábitos de consumo y nuestras interacciones sociales hasta el propio modelo de la economía globalizada. ¿Qué percibes tú? ¿Cuál es tu pronóstico?

Depende de muchos factores. Si esta es la nueva normal, es decir, si realmente ahora vamos a vivir con enfermedades que no sabemos controlar, con una especulación de contagio, con miedos, con protección, con distanciamiento social, etc., entonces vamos a vivir una nueva normal que nadie sabe qué va a pasar. Yo no tengo ninguna duda de que los humanos nos vamos a adaptar y, con eso, se van a adaptar los emprendedores y demás. Ahora, si por el contrario encuentran una cura rápida para el covid, que parece que por ejemplo en Israel y en Estados Unidos hay muchos avances muy fuertes, y en Alemania, y se puede curar y regresamos a lo de antes, no creo que haya una transformación tan profunda. Ahora, donde sí coincido, es en que tenemos que replantear el mundo en general y esta es una muy buena oportunidad.

Te doy un ejemplo muy burdo y muy básico: hay suficiente comida para alimentar a todo el planeta tres o cuatro veces, fácil, y sin embargo, hay muchísimas poblaciones que no tienen comida, y hay muchísimos que desperdiciamos un montón de comida. Entonces, tenemos que empezar a plantearnos una economía más enfocada en optimización del recurso, en que le llegue a todo el mundo, en los derechos básicos, que son comer, educarse, vivir en un lugar limpio, ese tipo de cosas. La ONU inclusive ya tiene los lineamientos perfectamente planteados, que creo que van de acuerdo a esto. Y creo que una crisis de este tipo va a acelerar la búsqueda de encontrar esos lineamientos, que son (el combate a) la pobreza, la educación, el aire puro y ese tipo de cosas. Creo que es una gran oportunidad pero no creo que todavía haya cambiado tan profundamente la consciencia de todos los humanos. De muchos sí. La mía sí. Pero la gran mayoría de gente, especialmente con una baja educación o mal guiados por presidentes populistas, y no estoy hablando nada más de México, estoy hablando en general del mundo, creo que no han cambiado su nivel de concientización todavía. Aunque creo que es una gran oportunidad.

¿Estará lista la gente que posee el capital para realizar ese cambio?

Creo que los millennials y los centennials traen otro punto de vista y la ventaja que yo veo para esto es que los que tenemos hijos millennials o centennials sí tenemos en la consciencia todavía el cambio, a diferencia de nuestros papás que no tenían esa consciencia. Yo crecí con tecnología cuando se creó la tecnología (digital) y mis hijos viven y nacieron con tecnología, entonces tengo una conexión mucho más fuerte con ellos, con las economías compartidas, por ejemplo. Con ese tipo de cosas, con la ecología. Entonces, en ese sentido, creo que, de nuevo, hay una gran oportunidad que tenemos que ver y creo que en las generaciones que vienen va a ser más profunda esa consciencia.

¿Cómo ha cambiado tu propia consciencia a partir de la epidemia?

Yo siempre he considerado la parte social y la parte ecológica como una parte básica de una empresa. Cuando a mí preguntan, por ejemplo, qué opino de las empresas sociales, mi respuesta siempre ha sido que todas las empresas tienen que tener un grado de apoyo a la sociedad, que todas las empresas tienen que tener la conservación del medioambiente entramada en la empresa, porque yo no le compraría a una empresa que haga daño social o ecológico, por ejemplo. Y si yo no lo haría, pues mucho menos mis hijos, que vienen con otra mentalidad ya impregnada.

Entonces, en ese sentido, yo no creo que he cambiado mucho. Lo que sí creo que he concientizado más es un montón de deficiencias que antes no las tomábamos en cuenta, y que creo que presentan nuevas oportunidades para generar emprendimiento con conciencia social y ecológica pero que resuelvan problemas que antes ni siquiera pensábamos que teníamos.

¿Nos puedes dar algún ejemplo?

Te puedo decir muchos. Por ejemplo, la medicina. La medicina va a cambiar. La telemedicina ni siquiera había llegado a México y ahora es una urgencia. Si yo fuera un doctor, por ejemplo, y tuviera que atender a pacientes, pues sí tendría un poquito de miedo de ir al consultorio a atenderlos, porque puedo infectarme yo e infectar a mi familia, por ejemplo. En la educación, pues ahorita hay muchísimas escuelas que no están operando porque no tienen una plataforma de educación a distancia, y hay muchas otras que sí. Entonces, creo que ahora va a ser un requerimiento tener una plataforma de educación a distancia para volverse operativos.

En ese sentido, cualquier empresa en cualquier industria se está dando cuenta que la transformación digital y la tecnología son esenciales para sobrevivir. Ahorita, por ejemplo, con el trabajo remoto y ese tipo de cosas, pues las empresas se tienen que adaptar y se tienen que adaptar de una manera urgente, y no lo hubieran hecho, y no lo hubieran concientizado si no llegara esto.

Ahora, si quieres iniciativas específicas, pues hay un montón de iniciativas que he visto. Hay gente que está haciendo cupones para que las PyMEs se queden vivas durante el tiempo que no están operando, en donde les precompras cosas; mi empresa, que no tiene nada que ver con el lado médico, pues tenemos una iniciativa de concentrar a proveedores y vender de manera justa, poner el contacto con gente que está ahorita en la burbuja —muchos de los paisanos también— de la compra y venta de mascarillas y de pruebas rápidas y de un montón de otras cosas.

Tienes por ejemplo gente que está haciendo un portal de compraventa o de trueque para diferentes tipos de cosas. Creo que hay un montón de iniciativas que se están llevando acabo y que van a ayudar mucho.

Algunas personas están hartes del encierro pero otras se han acostumbrado, a tal punto que se sienten cómodas trabajando desde casa. ¿Puede pasar que esta crisis acelere el proceso de las empresas a transitar hacia el home office

Es una pregunta que tiene muchos ángulos muy complejos. En primer lugar, el quedarte en casa no necesariamente es más económico. Es más económico en materia de transporte, sin lugar a dudas, y probablemente también en materia de tiempo perdido en el transporte, pero hay otras cosas en las que la gente está como loca, la gente está como loca gastando, comprando cosas en e-commerce, que le llegan a su casa; la gente está gastando muchísimo más en supermercado, mucho más de lo que necesitamos; entonces, tiene sus pros y sus contras económicamente.

Por supuesto que creo que puede haber una costumbre hacia el home office, de hecho, yo no lo considero algo malo. Lo que sí considero algo malo es el distanciamiento social en extremo, que ya no tengas ni que ir a ningún lugar ni ver a nadie y te encierres en tu casa, porque eso va a tener otro tipo de consecuencias.

¿Cómo te ha afectado el distanciamiento social?

No me ha afectado mucho. Mantengo muy buena comunicación con mis cuates, aunque por supuesto no nos hemos visto. Estoy con la familia. Mi hija, por ejemplo, que vive en Israel, ahora está en México y ya no se pudo regresar, entonces es una gran oportunidad para estar con ella mucho más tiempo. Mi hijo y mi esposa… yo viajaba muchísimo (y ahora), llevo dos meses sin viajar… bueno, sin viajar (ni) al súper. Entonces, estoy aprovechando mucho a mi esposa y a mi hijo, que tampoco los veía tanto porque estaba mucho fuera. La verdad es que me ha hecho reflexionar algunas cosas y me ha hecho también valorar mucho a toda la gente que no he visto y pues sí, tengo muchísimas ganas de darles un abrazo y volverlos a ver y de sentarme a jugar póker o de hacer una reunión o de estar en la oficina.

Y creo que esa valoración es muy importante porque a veces toma uno las cosas por sentado, y creo que esta es una oportunidad para cambiar los valores personales y darte cuenta de las cosas que son importantes y las que no.

¿Ha afectado económicamente esta crisis a tu empresa?

Muchísimo. Nosotros somos una PyME, a pesar que todo mundo cree que somos un negocio muy grande; somos una PyME que, además, está distribuida en ocho ciudades. Toda la gente está en casa. Además, nosotros vivimos de venderle a gobierno, de venderle a corporativos y los dos están cerrados. Entonces, ahorita hicimos un giro por completo y ojalá sobrevivamos. Como dicen, ojalá haya una luz al final del túnel pero también con el emprendimiento dicen que la luz al final del túnel normalmente es un tren que viene hacia ti, así que hay que quitarse. Pero claro que nos ha afectado: había muchas cuentas por cobrar que ya no se cobraron; había muchos clientes por cerrar que ya no se cerraron. Estamos tratando de sobrevivir, igual que cualquier PyME.

¿Te gustaría agregar algo?

Sí. Me gustaría agregar que las crisis, así como son de negativas y traen tantas cosas malas, también traen oportunidades muy diferentes. Y creo que la gente tiene que empezar a buscar estas oportunidades. Y aquí hay oportunidades de emprendimiento y hay oportunidades para sobre salir. Mucha de la competencia de muchas gentes va a tronar, lo cual va a dejar el campo abierto para quienes sobrevivan y que acaben más fuertes del otro lado.

Y por otro lado, creo que la conciencia de la gente tiene que cambiar. Tenemos que realmente ver por los demás un poco más. Y creo que en ese sentido, la comunidad judía es un gran ejemplo. Es un gran ejemplo la atención que están dando en el Deportivo (Israelita), es un gran ejemplo los donativos que han dado, es un gran ejemplo los agradecimientos que nos han dado en Cuajimalpa y en Huixquilucan, a la comunidad, por donativos y por cosas de este tipo, y creo que no debemos de olvidarnos de nosotros como judíos pero tampoco debemos de olvidarnos de México como el país que nos ha dado asilo y también tratarlo de ayudar, a pesar de que están muy difíciles las circunstancias sociales, económicas y políticas del país.

 

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