Enlace Judío México e Israel – El placer sexual es un derecho para la mujer y un deber del hombre proporcionárselo.

Al casarse, el hombre judío adquiere tres obligaciones para con su mujer: proporcionarle sustento, vivienda y satisfacción sexual.

La mujer está constituida, física y emocionalmente, para experimentar intensamente el placer sexual.

A diferencia del hombre, posee un órgano al que, hasta ahora no se le conoce otra función que proporcionar placer: el clítoris, que hasta hace poco era un gran desconocido, del que no se hablaba y del que, incluso muchas mujeres desconocían su ubicación y hasta su existencia.

El clítoris contiene más del doble de terminales nerviosas que el pene del hombre, por lo que, de manera simplista, se puede decir que el placer es, por lo menos, el doble de intenso para la mujer que para el hombre –si está bien LOGRADO-.

El orgasmo es el clímax, el punto más alto del placer sexual. Es un proceso físico, químico y mental de intenso placer que produce una sensación final de bienestar y contento.

Es una descarga explosiva de tensiones acompañada de una sensación de placer intenso que altera el estado físico de una persona, además de provocar una sensación mental única, como es el fenómeno llamado la petite mort, que es la pérdida del conocimiento por segundos durante el orgasmo pudiendo llegar a manifestarse otros  acontecimientos como hiperventilación y cambios cardiorrespiratorios

En el hombre, generalmente es acompañado de la eyaculación, la expulsión del semen,  por lo que  se considera que tiene un fin reproductivo, pero en la mujer, su función, aún, es desconocida. Se menciona que las contracciones que ocurren un la vagina de la mujer durante el orgasmo ayudan a que los espermatozoides alcancen más rápido el óvulo y se produzca la fecundación, pero básicamente, es puro placer.

Hace relativamente poco tiempo, se ignoraba la relación entre el orgasmo y la relación sexual, de tal manera que, por ejemplo, en la Inglaterra victoriana, existían médicos cuya especialidad era el proporcionar orgasmos a las mujeres como cura contra la histeria y la fama de estos dependía de su habilidad para estimular el clítoris de sus pacientes.

Durante el orgasmo se producen cambios psicológicos, neurológicos, fisiológicos, vasculares y hormonales en la mujer. Entre otros:

  • Elevación del útero.
  • Lubricación vaginal.
  • Dilatación y aumento de tamaño de la vulva.
  • Aumento en la secreción de las glándulas exocrinas del tracto urogenital.
  • Aumento del aporte sanguíneo a los órganos genitales.
  • Erección del clítoris. En muchos casos alcanza el doble de su tamaño habitual.
  • Contracciones intermitentes en la musculatura de los genitales.
  • Aumento de la presión arterial, ventilación pulmonar y del ritmo cardíaco.
  • “Rubor sexual”, coloración rosa en el rostro o pecho.
  • Elevación de los umbrales de dolor en algunas zonas partes del cuerpo.

Incluso se puede llegar al orgasmo con la estimulación de partes corporales no precisamente genitales.

Este efímero placer, tiene un efecto a favor del bienestar y el mejoramiento de la salud de la persona pues a pesar de ser desarrollado en un tiempo tan corto, la liberación de hormonas y el mecanismo que este increíble proceso abarca son capaces de disminuir efectos contraproducentes en la mujer.

Y ahora, en tiempos del coronavirus y el aislamiento, cuando muchas parejas están impedidas de verse y de gozarse, uno de los agravantes del estado de ánimo es la imposibilidad física de tener sexo, por lo que se tiene que recurrir a prácticas alternativas.

El Departamento de Salud del Estado de Nueva York, en una publicación que dedicó exclusivamente al sexo durante el encierro dice que “en estos momentos, el compañero sexual más seguro eres tú mismo”.

Esto, en lenguaje sencillo, es autoerotismo, el proporcionarse uno mismo placer sexual, lo que incluye la masturbación.

A nivel básico, la masturbación libera dopamina, un neurotransmisor que activa el “centro de placer” en el cerebro y endorfinas que disminuyen activamente la percepción del dolor.

Para las mujeres, significa que masturbarse realmente puede reducir el dolor de los ciclos menstruales. Además se produce un aumento de la hormona prolactina, que ayuda a conciliar el sueño por la noche.

Masturbarse aporta felicidad. Ya sea haciéndolo en soledad o con la persona con la que mantengamos una relación, muchos lo encuentran como una parte agradable de la propia pareja. 

Un estudio del Journal of Sex Education and Therapy encontró que las mujeres que se masturbaban tenían matrimonios más felices en comparación con las que no lo hacían.

La estimulación mejorada, como el uso de un vibrador, puede aumentar la excitación y la función sexual general tanto en hombres como en mujeres.

Diversos estudios han expuesto que las mujeres que usan un vibrador informaron de una mejor función sexual y lubricación

Según las estadísticas, 89 por ciento de mujeres se masturba, y el 53 por ciento de ellas usa vibrador.

La liberación hormonal producida por el orgasmo, unida a la liberación de tensión, mejora el estado de ánimo y favorece la relajación, además de prevenir distintas patologías como la diabetes tipo 2. La liberación de cortisol refuerza el sistema inmunológico y la de endorfinas en el torrente sanguíneo reduce la depresión

El autoerotismo ayuda a superar barreras psicológicas que conducen a disfunciones sexuales como la anorgasmia y la pérdida de deseo sexual, al proporcionar un mejor conocimiento de la propia anatomía y contribuir a la inhibición de la ansiedad.

Reduce las infecciones o enfermedades del tracto urinario. En el caso de las mujeres, ayuda a que se abra el cuello uterino y libere mucosidad y fluidos cervicales, que suelen albergar bacterias.

Ayuda a mitigar el dolor menstrual: las molestias suelen verse reducidas cuando la mujer se masturba antes y después del periodo de sangrado. También presenta ventajas frente al primer parto, ya que, al fortalecer la pelvis, procura contracciones más eficaces.

Otro dato interesante acerca del orgasmo femenino es que, a diferencia de los hombres, que necesitan un tiempo tras un orgasmo para alcanzar otro, las mujeres son capaces de tenerlos de manera múltiple e ininterrumpida.

Finalizaremos con la máxima de Sócrates, conócete a ti mismo, a la que agrego: Y gózate a ti misma.


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