Enlace Judío México e Israel – Irán con una superficie de 1,745,150 kilómetros cuadrados, una población de 83 millones, constituida mayoritariamente por la etnia persa, es un pueblo de origen indoeuropeo ario. Constituye una potencia regional en el Medio Oriente por sus reservas de hidrocarburo (cuarto lugar mundial en petróleo y primero en gas), asimismo proviene de una de las civilizaciones más antiguas del mundo que ha alimentado el nacionalismo de sus habitantes hasta el presente.

En Irán desde 1979 existe una teocracia republicana autoritaria y antioccidental que reemplazó a una monarquía también autoritaria pro-occidental. A 41 años de la revolución de los ayatolas, el yugo teocrático controla con puño de hierro a Irán, un país clave en la geografía del Medio Oriente, que en el presente se encuentra asfixiado por las diferentes sanciones que le impuso el gobierno de EUA y sus aliados cuando este último se retiró en mayo de 2018 del Plan de Acción Conjunto y Completo (JCPCA por sus siglas en inglés) del 2015 que firmó Irán con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (P5+1). Su objetivo básico es garantizar que el programa nuclear de Irán fuera totalmente pacífico y comenzó a ser aplicado en 2016.

El presidente de EUA calificó el acuerdo “como el peor de la historia”; en este ámbito Israel siempre vió el programa nuclear iraní como una amenaza y puso a sus tropas en “alerta máxima”. Irán, ante la salida de EUA del Acuerdo en 2018 ordenó a sus autoridades atómicas que se prepararan para el enriquecimiento de uranio a niveles industriales, con lo que ese país está preparado para un futuro próximo para fabricar una bomba atómica. Es de destacar que, al salirse del Acuerdo, EUA no ofreció una alternativa para substituirlo.

En este contexto, la pandemia del COVID-19 en Irán ha incrementado el malestar social acumulado contra el régimen de los ayatolas, estos últimos desesperados por la crisis sanitaria y económica y han buscado centrarlo en enemigos del exterior. Analistas militares consideran que por ahora no es probable un enfrentamiento bélico entre Irán y EUA-Israel, aunque si un importante aumento de las tensiones entre los bandos. 

Las sanciones de EUA a Irán no son nuevas, también se aplicaron por el gobierno del presidente Jimmy Carter (1977-1981) después de que en 1979 el Grupo Revolucionario Estudiantes Musulmanes, seguidores del régimen teocrático, ocuparon la embajada de EUA en Teherán (la capital) secuestrando a 52, diplomáticos estadounidenses por 444 días. El gobierno de Carter congeló hasta 12,000 millones de dólares de activos iraníes, algunos de los cuales permanecen suspendidos hoy día.

Los conflictos entre Irán y EUA han estado enmarcados en el ámbito económico, la violencia ha sido parte de la relación entre ambos, sin embargo, el desarrollo de la tecnología armamentista de Irán a través del enriquecimiento de uranio ha detonado una alerta internacional ante el riesgo de una crisis nuclear. Israel podría ser el país más afectado. Ciertamente, desde 1979 con el triunfo de la Revolución Islámica, el primer objetivo de Irán ha sido la lucha contra Israel en virtud de que el régimen democrático representa el mayor obstáculo para la hegemonía de Irán en la región. La rivalidad estratégica es clara, de aquí que Teherán busque establecerse desde hace una década como un actor militar en Siria para consolidar un frente contra Israel y, este último igualmente está determinado a prevenirlo.

Las tensiones entre Irán y EUA se acrecentaron durante las últimas semanas de 2019 cuando Irán atacó con misiles una base iraquí donde varios miembros de las fuerzas armadas de EUA fueron heridos y un civil estadounidense murió. Igualmente, el inicio del abandono de 1,000 soldados estadounidenses en octubre pasado de la frontera norte de Siria en las zonas cercanas de Turquía, que abrió la vía para una ofensiva militar Siria contra las milicias Kurdas apoyadas por Irán, avivando un resurgimiento yihadista en la región, y que se calificó de insostenible para los militares de EUA. El vacío estadounidense en lugares como Kobani o Manbij lo llenaron fuerzas sirias y rusas. Así, Trump dejó la puerta abierta para la masacre de militantes kurdos

El aumento de las tensiones entre Irán y EUA llegó a un punto sin retorno con el asesinato del comandante iraní más importante en la escala del poder de Irán, el general Qasem Soleimani, quien perdió la vida el 3 de enero del 2020 en un ataque de drones ordenados por Trump, en una caravana de vehículos que salía del aeropuerto de Bagdad (capital de Irak). Soleimani fue asesinado junto con varios oficiales de las milicias iraquíes respaldados por Irán.

Cumpliendo la promesa del ayatola Ali Jameni de vengar la muerte de Soleimani, cinco días después del ataque, Irán arremetió con una lluvia de misiles contra dos bases de Irak que albergaban tropas de EUA, Trump dijo que no hubo víctimas de EUA y anunció que impondría nuevas sanciones a Irán.

Un conflicto bélico entre Irán y EUA arrastraría a varios países del Medio Oriente y probablemente a Rusia. Las relaciones de Moscú con Teherán han sido buenas desde la caída de la Unión Soviética el 26 de diciembre de 1991. Los dos gobiernos consideran a EUA como un rival y a veces como el enemigo y ambos buscan limitar la influencia de EUA en Asia Central. Los estrechos lazos entre Irán y Rusia han ayudado al gobierno iraní a sobrevivir a las severas sanciones de EUA. Asimismo, Irán ha encontrado en Rusia un proveedor de armas conveniente. Rusia apoya a Irán a desarrollar su propio programa nuclear.

Por otra parte, el gobierno sirio de Bashar al Assad ha encontrado en Irán un aliado clave desde el comienzo de su guerra civil en el 2011. En este sentido, Soleimani fue una de las razones por las que Assad se mantuvo en el poder. Otro aliado de Irán es Irak, que forma parte de la Coalición Rusa, Siria, Irán, Irak creada en el 2015 para enfrentar los conflictos que afectan a Irak y Siria para combatir a grupos yihadistas como El Estado Islámico y Al Qaeda. El territorio de Irak parece haberse convertido en un campo de batalla entre Irán y EUA. Si bien Irak no ha respaldado abiertamente a Irán en este conflicto, varias de las milicias de Irak son los aliados más fuertes que Teherán tiene en el Medio Oriente. Soleimani era una figura vital de estas milicias y trabajaba muy cerca de ellas. Las tres milicias existentes en Irak forman parte de las Fuerzas de Movilización Popular de Irak, una coalición que agrupa a alrededor de 40 milicias, mayoritariamente chiitas (la religión predominante en Irán) incorporadas en 2016 a las Fuerzas Armadas del país. Se estima que todas las milicias juntas cuentan con alrededor de 50,000 combatientes.

Catar es uno de los países de la cuenca del golfo Pérsico, situado en la Península Arábiga que también es amigo de Irán. En 2017 después de que Arabia Saudita y sus aliados del Golfo Pérsico realizaron un bloqueo económico a Catar, Irán decidió enviarle diariamente suministros alimenticios, toneladas de frutas, verduras y carne de res. Desde el incidente los lazos comerciales entre Catar e Irán se han incrementado. En diferentes ocasiones la Casa Blanca ha acusado a las autoridades cataries de financiar y patrocinar al grupo terrorista Hezbolá.

Hezbola es una organización política, militar y social chiita que ejerce un poder considerable en Líbano. Surgió con la ayuda de Irán durante la ocupación israelí de Beirut, Líbano, a principios de la década de los ochentas y desde entonces ha sido uno de los aliados más importantes de Irán.

Al mando de la Fuerza Quds, Soleimani contribuyó al crecimiento y consolidación del Grupo en Líbano. Hoy la organización es uno de los grupos armados más importantes de la región y es un instrumento que sirve para que la influencia iraní llegue a las puertas de Israel. Hezbolá se proyecta como un representante de Irán en la guerra subsidiaria actual iraní-israelí. Se estima que Irán provee a Hezbolá de más de 7,000 millones de dólares al año. Hezbolá cuenta con un arsenal de decenas de miles de misiles que pueden llegar a Israel y miles de combatientes entrenados.

Igualmente, Irán ha apoyado durante mucho tiempo a grupos terroristas palestinos como Hamás en Gaza y la Yihad Islámica. Hamás hoy día se encuentra en una grave crisis financiera y aparentemente la mayor parte de su ayuda proviene de Catar, por lo que es poco probable que pueda apoyar militarmente a Teherán en un conflicto regional; empero, la Yihad Islámica es mucho menos pacífica y podría estar dispuesta a unirse a la guerra.

Los hutíes de Yemen también reciben apoyo de Irán. Establecidos en el norte de ese país, se dieron a conocer internacionalmente en 2015, cuando realizaron un golpe de Estado contra el presidente Yemení Abd Rabbuh Mansurhadi. El respaldo de Irán a los hutíes ha aumentado con el tiempo, no obstante, se considera que se encuentran entre las milicias menos dependientes económicamente y militarmente de Teherán.  

En este entorno se considera con mayor viabilidad un conflicto directo entre Israel e Irán. Desde 1979 año en que triunfó la Revolución Islámica, el primer objetivo de Irán ha sido su lucha contra Israel. Israel a su vez considera como el mayor patrocinador del terrorismo Medio Oriente y ha calificado a ese país por su potencial atómico como la amenaza más grande del planeta. Israel ha visto con preocupación desde el 2011 el despliegue de tropas iraníes en Siria en apoyo a Bashar al Assad, a quien ha ofrecido armas, asesores militares, crédito y petróleo. 

Si Irán se debilita más con la crisis económica que vive, con la pandemia del COVID-19, tarde que temprano se desatará una guerra entre Irán e Israel con serias consecuencias para el Medio Oriente. 

 


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