Enlace Judío México e Israel – Rab Yaakov Feldman ha dedicado su vida al estudio y difusión de textos filosóficos judíos. Una de sus principales fortalezas como académico son los análisis y traducciones que ha hecho del Ramjal (Rab Moshe Luzzato) quien es uno de los más grandes cabalistas y filósofos de todas las épocas en el mundo judío. En el siguiente artículo, rab Feldman, resume algunos de los principios que el gran sabio condensa en su libro “Derej Hashem”. Esperamos les guste.

Rab Yaakov Feldman ¿Cómo conocer a D-os?

El siguiente principio expuesto por el Ramjal es que sólo D-os puede comprender su verdadero ser; nosotros simplemente no podemos. Sin embargo, para comprender plenamente en qué radica este pensamiento necesitaríamos señalar que hay dos perspectivas desde las cuales acercarse a D-os: primero, como Él mismo es, dentro de su propio Ser Esencial, donde se dice que es “trascendente” (más allá de nosotros); y segundo, como Él es cuando se relaciona con sus criaturas y se dice que es “inminente” (cerca de nosotros).

Sin embargo, aclaremos rápidamente. No nos equivoquemos: sólo hay un Dios, y Él es quien es dondequiera que esté y desde cualquier perspectiva a la que nos refiramos. Al hablar de ambas caras nos referimos simplemente a cuándo podemos experimentarlo y cuándo no.

Cuando D-os está solo en su propio Ser Esencial, es completamente impenetrable y fuera de nuestra experiencia. Es decir, es tan imposible comprenderlo cuando está en su propio Ser como es imposible comprender plena y verdaderamente lo que está en la mente de alguien más en un momento determinado.

Por ejemplo si te atrapo pensando profundamente, podría asumir que estás pensando en esto o aquello, ya sea porque eso es lo que tiendes a pensar, eso es lo que yo estaría pensando, o eso es lo que la mayoría de la gente en tu situación estaría pensando. Pero realmente no podría saberlo. Y aunque te dijera que estabas pensando en una cosa u otra, podría tener parcialmente razón, pero sólo parcialmente. Porque mientras tu podrías estar pensando en comer, por ejemplo, como yo diría, también podrías estar pensando en el dinero, tu paraguas, margaritas, el color ocre, etc., etc. Y aunque en realidad podrías estar pensando en comer, lo harías sin embargo pensando en una forma totalmente diferente de comer a la que yo nunca imaginé.

En cualquier caso, así como no puedo conocerte tal y como eres, desde adentro en toda tu plenitud, pero puedo conocerte desde afuera en cierta medida por tus acciones – tampoco puedo conocer a D-os desde adentro, aunque puedo conocerlo un poco por sus acciones 3.

Ramjal continúa diciendo que lo que sí sabemos de Él como es, es que es “completamente entero” y no le falta nada. Es decir, que es completamente autónomo y autosuficiente, completamente independiente.

¿Cómo sabemos eso? Por los profetas, por las tradiciones antiguas y por la experiencia personal basada en el alma, Ramjal escribe. Y cita un versículo para ilustrar lo que dice “Ten mucho cuidado… de no olvidar nunca lo que viste con tus propios ojos… y deja que tus hijos y tus nietos (etc.) sepan del día en que estuviste ante D-os tu Señor en Horeb (es decir, en el Monte Sinaí)” (Deuteronomio 4:9-10).

En otras palabras, como dicen nuestros sabios, cada uno de nosotros estaba en el Monte Sinaí a nivel del alma cuando D-os apareció en su totalidad allí; y por lo tanto nos corresponde perpetuar esa “memoria innata” en el aquí y ahora transmitiéndola a través de la tradición.

Curiosamente, sin embargo, Ramjal escucha las objeciones de algunos escépticos de ahí fuera, y ofrece que, de hecho, la integridad total de D-os también puede ser verificada lógicamente en la naturaleza, y puede ser derivada de la física y la astronomía. Y la sugerencia es que los escépticos harían bien en estudiar sus trabajos, o llegar a sus propias pruebas.

Pero declara que no dependeremos de tales pruebas en esta obra, sino de los principios establecidos por la tradición que atestiguan la integridad de Dios, y que por lo tanto presentará en el curso de esta obra.

Hay dos cosas que decir al respecto. Primero, que el punto de Ramjal parece ser que la perspicacia lógica y experimental invariablemente llega a un muro de ladrillos cuando intenta comprender lo insondable. Pero al menos satisface de alguna manera al alma irritable que no se rinde.

Y segundo, que aunque no podamos recordar la “memoria innata” de experimentar a D-os de cerca en el Monte Sinaí por nosotros mismos, estudiar las tradiciones sobre ello y sentirlo en lo profundo del corazón es la mejor manera de hacerlo.

Fuente: torah.org