Enlace Judío México e Israel – Con el fin de intentar frenar el rebrote de coronavirus en curso, el gobierno israelí estaría por tomar una serie de medidas drásticas sobre la población similares a las efectuadas en los pasados meses de marzo y abril durante la “primera ola” de COVID-19.

Durante una reunión extraordinaria este jueves, los ministros habrían acordado imponer un confinamiento nacional durante los fines de semana, cerrar jardines de niños, restaurantes (excepto para ventas para llevar), limitar las reuniones en sitios cerrados a 10 personas, entre otras disposiciones, informó el sitio The Times of Israel.

La reunión, convocada por el primer ministro Benjamín Netanyahu para discutir medidas para frenar propagación del virus, incluyó a miembros clave del gabinete, profesionales de la salud y otros expertos.

Las medidas aún requieren la aprobación total del gabinete, que se esperaba que tenga una reunión programada para la noche de este jueves.

Por medio de un comunicado, Netanyahu notó que la reunión fue convocada en vista del acelerado número de casos registrados por día, que ayer miércoles llegó a un total de 1,780, y el aumento de pacientes con COVID-19 grave, que por el momento se mantiene en 204.

Según los reportes, el confinamiento nacional en los fines de semana sería de viernes a domingo por la mañana. A los ciudadanos se les permitiría salir de casa solo por necesidades esenciales, como comprar alimentos y medicamentos, ayudar a aquellos que requieren asistencia cotidiana y otras tareas específicas.

Durante estos confinamientos temporales, las áreas de playa y los centros comerciales también estarían cerrados, al igual que los sitios de culto, pero estarían abiertos durante el resto de la semana. Las congregaciones a sitios de culto se limitarían a 10 devotos, de los 19 actuales.

No está claro aún si el gabinete buscaría imponer los nuevos confinamientos de fin de semana a partir de este que viene o dentro del próximo.

Otras medidas generales propuestas, respaldadas por unanimidad por los ministros, incluyeron el cierre del sistema educativo desde el domingo, que cerraría jardines de niños, campamentos de verano y escuelas de verano; limitar las reuniones al aire libre a 20 personas y en sitios cerrados a 10 personas; permitiendo que los restaurantes ofrezcan solo comida para llevar; incluyendo también el cierre de gimnasios y albercas.

Las nuevas medidas propuestas no quedaron exentas de críticas provenientes de la sociedad e incluso de los propios funcionarios del gobierno.

El ministro de Turismo, Asaf Zamir, del partido Kajol Lavan, advirtió que esta serie de restricciones podrían ser “un enorme daño a la economía” de Israel.

Dijo que el cese de las actividades escolares fue “de facto, un bloqueo para los padres que se supone que deben ir a trabajar. El cierre completo de los restaurantes es innecesario debido a las bajas cifras de contagios [allí].

“Este es un comportamiento irresponsable y sin lógica”, dijo Zamir y advirtió que las medidas “imprudentes” solo reducirían aún más la fe pública en la toma de decisiones del gobierno.

El comité de salud pública de la Asociación Médica de Israel, el sindicato de médicos más grande del país, cuestionó la propuesta y dijo en un comunicado que “si se toma una decisión de [imponer] un cierre patronal o negar el acceso a espacios abiertos, es una decisión desprovista de lógica epidemiológica”.

“Para mantener la confianza pública y la salud pública, la toma de decisiones debe llevarse a cabo de manera transparente, de manera planificada, sobre la base de la lógica y los datos epidemiológicos y no sobre la base de consideraciones políticas”, dijo el sindicato.

“Existen estrategias alternativas en salud pública que permitirán una respuesta mucho mejor a la epidemia, con todas sus consecuencias”, agregaron.

Por su parte, Shai Berman, director de la Asociación de Restaurantes y Bares de Israel, dijo que la decisión de cerrar lugares y solo permitir el servicio de entrega “significaría el cierre de la industria de restaurantes en Israel”.

Indicó que el gobierno aún no ha encontrado una solución económica para las empresas “que una vez más están indefensas, sin una solución y sin nada en el horizonte”.

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