Enlace Judío México e Israel.- La ciudad griega de Salónica fue el gran refugio de los judíos sefardíes expulsados de la Península Ibérica en 1492 por los Reyes Católicos. Allí llevaron su lengua: el ladino. 

ISAAC LEVY BENBENISTE EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

El Instituto Cervantes, organización pública española creada en marzo de 1991 con el objetivo principal de la promoción y enseñanza de la lengua española, así como de la difusión de la cultura de España e Hispanoamérica en todo el mundo, ha anunciado hace escasos días que abrirá una extensión en Salónica para promover el legado sefardí, cuya joya más preciada es el ladino.

A partir de septiembre, se impartirán cursos de español a la comunidad sefardí de Salónica y ofrecerá actividades culturales y académicas para revalorizar y difundir el legado sefardí. Igualmente se pondrán en funcionamiento talleres de cultura del judeoespañol, o ladino, que incluirá vocablos de esa lengua, y dirigidos también a habitantes no judíos de Salónica. Si la situación de la pandemia del coronavirus impidiese las clases presenciales, se haría por Internet.

Este es el objetivo principal del convenio que han firmado este martes 28 de Julio la directora del Cervantes en Atenas, Cristina Conde de Beroldigen y el presidente de la Comunidad Israelita de Salónica, David Saltiel, que recientemente adquirió la nacionalidad española por su ascendencia sefardí originaria de España y ha intervenido como testigo de honor la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Lara.

La noticia tiene especial relevancia por el compromiso de esta organización pública por promover la lengua española y la judeoespañola a un colectivo cuyos antepasados no tan alejados utilizaban con mucha frecuencia este idioma judeoespañol, también llamado ladino.

Tras el decreto de expulsión de los judíos de España en 1492, una gran mayoría de estos judíos españoles se establecieron en Salónica que se convirtió durante siglos en la verdadera capital mundial del mundo sefardí y a la que incluso llamaban la segunda Jerusalem.

El judeoespañol o ladino nació de la dispersión geográfica de los judíos de la península Ibérica tras su expulsión a finales del siglo XV. Una lengua a la que se sumaron voces de los países en los que residían: turco, hebreo, búlgaro, griego, francés… Hoy es una lengua heredada por los descendientes de aquellos judíos que intenta recordar un mundo que ya no existe, quizás ello le otorgue “una ermozura especiala” en traducción al ladino de una palabras de Unamuno cuando conoció ese idioma.

Mis abuelos maternos de apellido Benbeniste eran originarios de Salónica que emigraron a España en los años 30 del siglo XX y que fallecieron hace no más de 20 años, hablaban frecuentemente el judeoespañol o ladino, cantaban muchas canciones populares en ese idioma y tenían libros de Pésaj en ladino con letras hebreas. Algunas veces, demasiado pocas, he transmitido algunas palabras y canciones a mis hijos.

La comunidad judía en Salónica fue muy grande en los albores de la Segunda Guerra Mundial llegando a ser casi 50.000 miembros que en su grandísima mayoría, fueron cruelmente asesinados en los campos de exterminio por los nazis, entre ellos mis bisabuelos. Hoy día, la comunidad judía de Salónica cuenta sólo con 1.200 miembros.

Se estima que actualmente practican y hablan el idioma judeoespañol unas decenas de miles de personas en todo el mundo, que podrían llegar a los 100.000, en su mayoría en Israel, pero también algunos en Turquía, Estados Unidos, los Balcanes, el Magreb o Francia. Poco a poco, a pesar de los esfuerzos, sólo los mayores lo usan frecuentemente. Hace dos años, se formó una academia de ladino en Israel para fomentar su uso y en Israel todavía existen un semanario y una pequeña emisora de radio en ese idioma.

Ahora, el instituto Cervantes desea insuflar aire al ladino para que no se pierda este milenario idioma. Y es de agradecer que se haga en una ciudad tan emblemática y significativa del legado sefardí como Salónica.

Esperemos pues que esta iniciativa tenga mucho éxito y que en un futuro pueda extenderse a otros lugares.

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