Pie impreso en 3D permite a un niño israelí caminar nuevamente

Enlace Judío México e Israel – La impresión en 3D, una de las tecnologías más emocionantes y de vanguardia, actualmente está revolucionando los procedimientos quirúrgicos en el Centro Médico Sheba en Tel Hashomer. Utilizada en conjunto con una imagen por resonancia magnética (IRM), realidad virtual y realidad aumentada, la impresión 3D se está utilizando actualmente como una herramienta de precisión para salvar vidas, evitar complicaciones y mejorar en gran medida los resultados quirúrgicos, al tiempo que sirve como una herramienta única de aprendizaje pre-operatoria para cirujanos novatos.

DAVID BRUMMER

Liderando esta innovación está la Dra. Dina Orkin, una autodenominada “doctora de corazón, por educación, en mi alma y por práctica”. Orkin, directora de las 39 salas de operaciones de Sheba, con sus más de 200 intervenciones y procedimientos diarios, no se limita a cumplir con sus deberes oficiales, sino que también sueña constantemente con formas creativas para mantener a los pacientes fuera del hospital, o, al menos, tener una estadía lo más corta posible. Si bien reconoce que la impresión 3D todavía es muy nueva, cree que “no pasará mucho tiempo antes de que se use a gran escala en todas las organizaciones de atención médica”.

Créditos: Roland Metzger.

Aunque Orkin comenzó a aplicar la impresión en 3D a los procedimientos quirúrgicos apenas desde junio de 2019, la tecnología ya ha mostrado algunos logros notables tanto en la preparación para la cirugía como en el quirófano. Por un lado, la impresión de réplicas precisas y específicas de órganos y huesos, medidas con IRM, utilizadas en conjunto con realidad virtual y realidad aumentada, brinda a los cirujanos inexpertos la oportunidad de realizar una especie de “ensayo” en un órgano del paciente en realidad aumentada. Imagine que un cirujano puede examinar una réplica impresa en plástico de la rótula dañada del paciente antes de la cirugía real. Ahora, imagine que el cirujano tiene una vista completa en tercera dimensión de esa réplica en la pantalla de una computadora, y aún más, que puede manipularla de diferentes maneras. “No hay duda de que la impresión en 3D tiene varias aplicaciones que mejorarán enormemente los resultados para los pacientes”, dice Orkin.

Algunos ejemplos: un niño de 5 años con sarcoma de Ewing, un tumor canceroso que se forma en hueso o tejido blando, tenía que someterse a una amputación por debajo de la rodilla. Usando la impresora en 3D, la Dra. Orkin y su equipo lograron producir un facsímil perfecto del hueso que necesitaba ser removido. Usando eso como molde, creó una réplica de cemento para reemplazar el hueso afectado, salvando así la pierna del niño y dándole la oportunidad de llevar una vida normal.

Créditos: Roland Metzger

En otro caso, una chica de 14 años sufría de insuficiencia cardíaca en etapa terminal. Sin embargo, antes de que pudiera recibir un trasplante de corazón que le salvara la vida, su cardiólogo necesitaba realizar un procedimiento que se hizo más complicado debido al agrandamiento del corazón de la paciente. Con la ayuda de una réplica en 3D del corazón de la paciente, el equipo logró diseñar la mejor ubicación y ángulo para la inserción de las cánulas, despejando así el camino para el procedimiento y, finalmente, el trasplante. Hoy, ella está en rehabilitación, en las etapas finales de recuperación.

Créditos: Roland Metzger.

Una niña de 16 años que necesitó una reconstrucción facial correctiva después de un traumatismo fue capaz de lograr resultados sobresalientes con la ayuda de facsímiles impresos en 3D de la mandíbula. La mejora fue tan dramática que una de sus amigas no la reconoció después de que el procedimiento tuvo lugar. “Mi futuro esposo nunca sabrá que alguna vez estuve desfigurada”, dijo llena de felicidad.

Créditos: Roland Metzger.

El Dr. Orkin tiene grandes sueños para el futuro y confía en que estén a su alcance, por ejemplo, piezas impresas en 3D a la medida para reemplazos de rodilla y otros procedimientos similares.

Aunque tiene fe en que será testigo de una inversión a largo plazo en el programa, se da cuenta de que el establecimiento médico todavía tiene obstáculos por el aún enorme costo de la impresión en 3D. A medida que la tecnología se desarrolla más y se vuelve más rentable, dice la Dr. Orkin, podemos esperar grandes mejoras en los procedimientos quirúrgicos y mucho más. Según la Dr. Orkin y su equipo, “el cielo es el límite”.

Créditos: Roland Metzger.

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