Enlace Judío México e Israel – Dice la Guemará (Masejet Rosh Hashaná 18a): “Había dos hombres que padecían la misma enfermedad: uno se curó y el otro murió. Asimismo, había dos personas que fueron llamadas a juicio por el mismo delito: un hombre se salvó del decreto y el otro no”.

Pregunta la Guemará: “¿Cuál es la diferencia entre el que se curó y el otro, que murió? ¿Y cuál es la diferencia entre el que se salvó y el otro, que no se salvó?”.

Y responde que todo se debió a que uno rezó y se le respondió del cielo, y el otro rezó y no se le contestó.

Pregunta la Guemará: “¿Por qué a uno se le contestó del cielo y al otro no?”.

La persona que rezó de todo corazón y con concentración recibió contestación, pero el que rezó sin concentración y no con todo el corazón no recibió respuesta.

Rabí Itzjak dice: “La Tefilá es tan grande que rompe decretos, incluso después de ser firmados”.

La explicación es la siguiente (Sifté Jaim Moadim 1, 77): “Cuando alguien hace Tefilá de todo corazón, es capaz de transformarse en otra persona por completo; y por cuanto que el decreto estaba destinado para una persona específica y ya es otra, ese decreto ya no tiene sobre quién recaer”.

La Tefilá tiene la fuerza para anular los decretos negativos.


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