Enlace Judío México e Israel – Desde tiempos de la Nueva España hasta la fecha ha habido presencia de judíos en México. A veces ha sido más pronunciada y a veces ha sido menor. Sin embargo siempre ha habido un lazo muy fuerte entre quienes viven aquí y conservan su identidad como judíos. Las comunidades se han establecido de distintas maneras y han tenido formas propias de funcionar. Hemos vivido en Monterrey, el Paso cuando Texas era mexicano, la Ciudad de México y Hidalgo y otras partes del centro y el sur del país; lo que ha sido constante siempre es que hemos dejado rastro. No hay forma de evitarlo: un acta de nacimiento, una carta, un discurso, una publicación son cosas que dan testimonio sobre el paso de nuestro en andar en esta tierra.

La historia de los judíos en México es amplísima y uno puede pasar décadas estudiándola. Sin embargo, a veces es importante saber dónde buscar. Entrevistamos a Tamara Gleason, una historiadora judía mexicana que actualmente estudia el rol que jugó la prensa idish mexicana en la difusión de las noticias de la Shoa. Ella nos compartió las dificultades que implican hacer un análisis histórico riguroso y cómo acercarnos a las fuentes que nos dan información sobre esa historia. Específicamente de qué fuentes históricas existen sobre los judíos mexicanos de 1920 a 1947, cómo estudiarlas y dónde buscarlas.

Entrevista realizada el 8 de septiembre 2020

I) Diferencia entre memoria e historia

Lo primero que es importante destacar es que existe una diferencia entre memoria e historia. La memoria la utilizan las comunidades para configurarse identitariamente, no necesariamente requiere de fuentes ni de un análisis riguroso del discurso. Otra cosa es la historia que utiliza fuentes y documentos; los analiza y trata de entender el contexto. Son dos formas distintas de hablar del pasado

II) El tema a tratar

Si uno quiere entender la historia de los judíos en México en la década de 1920 a la década de 1947 ¿qué es lo que tiene que hacer para poder encontrar la información necesaria?

III) Las fuentes

Para la historia, lo mejor es usar documentos que se hayan escrito de manera reciente a los eventos que uno investiga. Por supuesto, siempre va a haber una mirada subjetiva de parte de aquellos que crean los documentos; pero se tiene que hacer un análisis.

Algo que es importante denotar es que en si la memoria misma de las personas que dan testimonio cambia muchísimo y se configura a partir de las nuevas vivencias de quién las cuenta. Adquiere herramientas o formas de entender su propia vivencia que se reinterpreta con el paso del tiempo. Quisiera hablar muy brevemente sobre los diferentes documentos que podemos utilizar para hacer nuestro análisis

A) Fotografías

Cuando uno quiere hacer una investigación histórica puede utilizar fotografías que aportan información que otros documentos no [pueden]. [Es importante] destacar que las fotografías también tienen una mirada subjetiva pues el que toma la foto decide hacerlo desde determinado ángulo y no desde otro. Hay cosas que se esconden en la foto y cosas que no. No es un espejo tal cual.

[Sin embargo] con las fotografías podemos ver más detalles que [en los documentos escritos]. Alguien que escribe un cuento, una narración o una historia no resalta ciertos detalles porque no le parecen relevantes y le parecen cosa común.

B) Registros

Otro tipo de documentos son los registros que dejan las instituciones. Eso te permite analizar cómo era esa institución y ver paso a paso las decisiones que tomaban. Un ejemplo muy claro de esa época es analizar lo que estaba haciendo el Comité Central, pues se empezó a configurar en ese momento, durante la década de los 30 y ellos tenían un registro muy riguroso de todas las actas de reuniones; con lo cual uno se puede enterar de muchísimas cosas que estaban pasando alrededor. Especialmente de problemas que tenían los judíos de la época, de situaciones que involucraban al gobierno, ya que el Comité Central buscaba ser su intermediario. Se comunicaban con el gobierno respecto a ciertos grupos antisemitas, y muchas otras cosas.

Aquí ya nos empezamos a meter a un terreno bastante complicado, porque hay organizaciones cuyas actas no se han encontrado y es difícil entender [a profundidad a] esas organizaciones sin dichas actas.

C) Prensa

¿Qué sucede cuando no tengo fotos y no tengo las actas precisamente? ¿qué hago? Pues una cosa que va a ser muy interesante para entender otros aspectos de la comunidad judía es la prensa y esto es poco estudiado ¿por qué? Porque está escrita en idish. Ahí entonces tenemos un problema del idioma.

La prensa no solamente aporta datos como acciones o medidas, sino también aporta información muy subjetiva que tiene que ver con sentimientos, con el uso de los sentidos o direcciones de personas que no necesariamente eran los más renombrados de la comunidad. Por ejemplo a través de los anuncios en el periódico uno puede sacar información de dónde estaba el panadero, el carpintero, el doctor u otros que vendían cosas. De la prensa también podemos recopilar las prácticas que traían de Europa del Este y qué extrañaban de los países de dónde venían, cosas que no podemos saber de las actas.

Una persona que ha analizado extraordinariamente los anuncios de la prensa idish es Mónica Unikel quien es directora cultural de la sinagoga Justo Sierra.

D) Libros

Otra forma de investigar a la comunidad judía de México y su historia es a través de los libros que se publicaron, la mayoría de éstos también van a estar en idish; pero hay muchas traducciones. Son muy interesantes estos libros, sobre todo en las primeras décadas, porque hablan de cómo ven a México, cómo entienden a México, cómo relacionan a México con su pasado y cómo entienden lo que ven a su alrededor. Es una forma de entender de qué manera se fueron integrando y de qué manera encontraron ciertas estrategias para narrarse lo que pasaba en su alrededor a partir de lo que ellos conocían.

E) Testimonios orales

Una fuente que inicialmente se usó mucho y que dio muchísima información antes de que se tuviera información a ciencia cierta sobre las actas o sobre ciertos documentos fueron los testimonios orales. Especialmente el esfuerzo tan grande que hizo la Dra Alicia Gojman Bacal. El cual básicamente funcionó con un grupo de investigadores, que tomaron un entrenamiento de cómo hacer entrevista de historia oral y empezaron a preguntarle a miembros de la comunidad judía, ya mayores, qué recordaban de las primeras épocas de la comunidad judía de México.

Ahí tienes un sin número de temas: de cómo se configuraron las comunidades, cómo vivieron la migración, cómo se empezaron a adaptar, en dónde vivieron, qué hicieron, todo tipo de temas puede uno encontrar ahí y estos testimonios de historia oral son una fuente riquísima inclusive a nivel de lenguaje.

F) Documentos oficiales

Por otro lado tenemos que otra forma complicada de estudiar ciertos aspectos de la inmigración judía es a partir de documentos oficiales y esto es yéndose a la Secretaría de Relaciones Exteriores, al AGN (Arachivo General de la Nación), [analizando] varios tipos de [elementos]. [Por ejemplo], las fichas de entrada al país y ahí uno puede ver cómo se definían, qué idiomas decían que hablaban. En algunos casos es clarísimo que hablaban idish, pero no lo mencionaban como un idioma que ellos hablaban, preferían decir alemán. Hoy en día se pueden consultar en el CDIJUM y sin lugar a dudas arrojan datos interesantes sobre por ejemplo la edad de los que inmigraban, qué profesiones tenían, de qué países inmigraban, etc

G) Discursos de los rabinos

Otro documento interesante, que a veces sí podemos encontrar y otras no, son los discursos de los rabinos. [Ellos] hablaban de lo que tenían alrededor y eso de alguna o otra manera lo relacionaban a las fuentes sagradas. [A veces] los que no están publicados están escritos a mano y se requiere de cierta habilidad para leerlos y descifrar la letra manuscrita.

H) Diversidad de fuentes

Algo que es muy interesante, que tiene que ver con las fuentes y habla de lo diferentes que eran las comunidades es preguntarnos qué fuentes vamos a utilizar para hablar de los judíos sirios, los judíos sefaraditas y de los judíos ashkenazim. Vemos por ejemplo que al hablar de prensa, los judíos sefarditas y sirios tienen muchos menos periódicos y muchas menos revistas. Entonces se tiene uno que ir a otras fuentes, a las actas o a los discursos de los rabinos para entender un poco de lo que estaba pasando con dichas comunidades en ese momento.

i) Registros fuera de México

Una cosa que no hemos tratado y que va a ser fundamental para entender a las comunidades judías alrededor del mundo es que no estaban aisladas. Había organizaciones que se comunicaban entre ellas, por ejemplo la Organización Sionista en México tenía contacto con el “World Jewish Congress” y con otras organizaciones sionistas alrededor del mundo. Si abrimos la mente podemos darnos cuenta que había grupos comunicándose con otros en Estados Unidos. Es decir, es posible que lo que yo estoy buscando, ni si quiera se encuentre en territorio mexicano, sino que me tengo que ir a un archivo que se encuentra en Estados Unidos para encontrar aquellas cartas. Esto es fundamental sobre todo cuando no encontramos los papeles que necesitamos y son muy importantes. [Cuando uno no encuentra información uno puede preguntarse] con que otro grupo de Estados Unidos tenían contacto y quizás [encuentre lo que busca] en el archivo de Estados Unidos.

[También] es importante saber que no todas las preguntas de un investigador se van a resolver con las fuentes que han quedado porque hay veces que simplemente no nos arrojan eso. [Uno puede pensar] qué preguntas se puede hacer [a partir de las fuentes que tiene]; de qué manera se puede descubrir muchísimas cosas sobre ese pasado a partir de lo que hay.

Cuando hablo de archivo y organizaciones trasnacionales me refiero sobre todo a cartas y telegramas. Hay cosas que sólo se encuentran en estos documentos que no aparecerán en las actas como lo son conflictos ideológicos entre las organizaciones.

VI) El idioma

Algo que es muy importante es ver qué idioma hablaban estos actores. Si uno habla de los judíos ashkenazim que vivían en el centro, el idioma que hablaban era el idish. Ese es un tope con el cual se tocan algunos investigadores al no poder entender el idioma en el cual se encuentran las fuentes más ricas de su tema.

Tamara Gleason Freidberg es doctorante en UCL (University College London) en donde investiga el rol que jugó la prensa idish mexicana en la difusión de las noticias sobre la Shoa así como la creación de narrativas sobre el duelo comunitario. Es Licenciada y Maestra en Historia por la UNAM y Maestra en Gerontología por King’s College London. Ha publicado Di Shvue: los bundistas en México y su participación en la comunidad judía así como artículos académicos sobre literatura y prensa idish en México. Fue coordinadora del Idish Vinkl, el espacio del idish en la comunidad ashkenazi y fue directora de contenidos de Yidishe Shtub México