Enlace Judío México e Israel – Faltan muy pocos días para Rosh haShaná, el comienzo del nuevo año judío 5781. Comenzar un año nuevo es, naturalmente, un motivo de celebración y alegría. Y este año el día viernes 18 de Septiembre al anochecer nos reuniremos con nuestras familias para festejar Shabat y Rosh HaShaná, y desearnos unos a otros un muy buen 5781.

Pero no todo es celebraciones y festejos cuando se trata del nuevo año judío. Para el pueblo judío Rosh haShaná es también un momento de mucha seriedad. Al punto tal que los Sabios hablaron más, mucho más, del aspecto serio de Rosh haShaná que del aspecto celebratorio. Los rabinos de la Mishná (año 200 de la era común) explicaron que Rosh haShaná es nada menos que el día del juicio (יום הדין). ¿De qué juicio se trata? Del más importante: examinar nuestras propias vidas; si estamos transitando el buen o el mal camino. ¿Y quién nos juzga? Nosotros mismos, ¡en presencia de Dios!

Esta idea, «estar en presencia de Dios», está aludida en el primer Pasuq de la Parashá de esta semana, que en cierta manera anticipa lo que ocurrirá la semana que viene en Rosh haShaná.

Veamos.

El proceso judicial comienza durante el día de Rosh haShaná. Cuando por la mañana ingresamos a la sinagoga debemos sentirnos que estamos ingresando a la corte. El primer desafío, y el más importante, es identificar al Juez que está presente pero no se lo ve así nomás. ¿Por qué es tan importante descubrir al juez? Porque un autojuicio solo tiene sentido si nos evaluamos con objetividad. Y únicamente cuando somos capaces de visualizar que estamos frente a Dios podemos alcanzar la objetividad. ¿Por qué? Porque Él nos conoce a la perfección. No podemos engañarlo, como se podría engañar a un juez humano. «Su Presencia» nos obliga a ser objetivos. Y no engañarnos a nosotros mismos. Si sentimos Su Presencia nuestro corazón se abrirá por completo delante de Él.

Nuestras Tefilot, oraciones, nos ayudan a abrir los ojos y descubrir al Juez. En las oraciones de Rosh HaShana repetimos una y otra vez la palabra clave: «Melej» (Rey, Soberano) o Malkenu» (nuestro Rey). En el pueblo judío el Rey es también el legislador; la autoridad final y la instancia judicial suprema. Entre otros atributos el rey podía condenar a uno de sus súbditos a la pena capital o suspender su ejecución. Y esta es la idea clave de Rosh haShaná. Entender que como Juez , Dios puede sentenciarnos a perder nuestra vida durante el próximo año, ח»ו. O por el contrario, si de alguna manera nuestro «destino» ח»ו es la muerte, Dios puede conmutar esa sentencia.

Hay algo más. El momento más especial de Rosh haShaná es cuando escuchamos el Shofar (cuerno de carnero. Este año, 2020, el Shofar se escuchará solo el domingo 20 de Septiembre, ya que en Shabat la Mitzvá del Shofar queda suspendida) . Al escucharse el Shofar es como que la corte celestial entra en sesión. ¿Por qué? En el antiguo Israel, cuando un nuevo Rey era coronado, se hacía sonar el Shofar para declarar oficialmente su nuevo reinado. De esa misma manera, al escuchar el Shofar en Rosh haShaná declaramos que reconocemos a Dios como nuestro Rey y especialmente nuestro Juez. Si NO nos tomamos esta idea a la ligera, seguramente nos sentiremos como paralizados, en shock o con la piel de gallina (o temblando o llorando). Un poco por temor a que el Juez no considere que merezco otro año de vida y otro poco por vergüenza, ya que quien nos está examinando nos conoce mejor que nosotros mismos. Si esto sucede, si nos estremecemos cuando escuchamos el Shofar, quiere decir que el Shofar está funcionado bien. Y que estamos interpretando correctamente lo que nos quiere decir.

Mientras suena el Shofar NO tenemos que admitir culpa, confesar, arrepentirnos o incluso pedir perdón. Y creo que es innecesario explicar que cuando uno escucha el Shofar no debe «pedirle» cosas a Dios…. Todo esto es muy importante, pero NO cuando uno escucha el Shofar . Mientras escuchamos el Shofar, dice Maimónides, debemos concentrarnos en ”despertar”, es decir, tomar conciencia de que estamos en la corte, de que estamos siendo juzgados y hacer el máximo esfuerzo posible para tomar conciencia de Quién preside la corte.


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