Enlace Judío México e Israel – Durante 2018, el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) autorizó en nuestro país 11 mil 711 patentes; en ese mismo año la UNAM aumentó su número de patentes a 53 y el Instituto Politécnico Nacional a 36 patentes y el Tecnológico Nacional de México a 28. De acuerdo a información publicada en la revista Expansión, el IMPI reveló que el año pasado fueron realizadas 22 mil 39 solicitudes de patentes, de las cuales solamente fueron autorizadas 11 mil 711; es decir, un 53%.

Como punto de comparación, la empresa de tecnología IBM registró a nivel mundial el año pasado cerca de 9 mil 100 patentes; lo que representa 2 mil 600 menos que en México.

Siendo un apasionado y admirador de la innovación; estas cifras no me sorprenden, pero si comprueban una vez más, el enorme talento que existe en nuestro país y, lo difícil que es convertir ideas en acciones.

La innovación es el motor de crecimiento que tiene una sociedad, es la forma más efectiva de mejorar las condiciones de vida y socioeconómicas de la población.

Ser innovador va mucho más allá de ser creativo, es necesario que “la idea” tenga la capacidad de transformar una realidad, incorporándose a la vida cotidiana y beneficiando a las personas; que verdaderamente sea útil y solucione uno o más problemas; es esencial que genere un valor medible.

Gustavo Guillemín, que cuenta con una Maestría en Ing. Electrónica y un doctorado en administración con experiencia en investigación y desarrollo, mercadotecnia, manufactura, entre otros sectores; tiene una conferencia en TEDxGuadalajara titulada “La innovación y sus ingredientes” en la que comenta “hace 25 años salí de una Universidad Local y me fui a vivir a EUA a trabajar en el desarrollo de la primera impresora láser a color. ¿cuáles son los ingredientes que hacen que estos equipos sean exitosos en tecnología? me di cuenta que en dicho país tienen ya un proceso tan práctico como una receta de pan y, yo era un ejemplo de ello;  los mexicanos tenemos un talento a la par que cualquier profesional en el mundo” y hay muchísimos casos, por ejemplo, un joven tapatío había desarrollado y tenía una patente de lo que conocemos ahora como un iPod; muchos años antes de que la marca Apple lanzara al mercado su dispositivo disruptivo de música; la diferencia es que la idea del mexicano quedó en un registro y la idea de Steve Jobs se plasmó y se compartió con el mundo entero.

La innovación ocurre cuando emprendedores crean nuevos productos que generan más empleo, abren nuevas áreas de negocio y soluciona grandes problemas brindando oportunidades que permean en la sociedad y equilibran el sistema.

Es en realidad una evolución y se puede dar no solo en áreas de ciencia y tecnología como muchos piensan, sino que en servicios, procesos, modelos de negocios y cualquier nicho donde su aplicación sea útil y tenga el poder suficiente para romper barreras.

Ya lo decía Albert Einstein “la mente que se abre a una nueva idea, jamás volverá a su tamaño original”.

Para que una idea creativa sea innovadora, es importante evaluar la competencia y el impacto que tendrá en los problemas que se dan en determinado contexto, pues es ahí donde se generan las verdaderas transformaciones positivas; justo lo que tanta falta desde hace años en nuestro país y en Latinoamérica.

Algunos pasos a seguir, sin que aplique de manera única o general;  para  que la idea pase a ser una solución son: detectar el reto, investigar las causas a solucionar, crear una nueva idea y probar que funciona. La propuesta de valor sucede  cuando lo posible y lo deseable se unen; donde la idea se convierte en una realidad.

Es difícil más no imposible que suceda en nuestra región; por ello la importancia que tiene detectar, aterrizar, promover e impulsar ideas innovadoras.


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