A partir del 26 de noviembre de 2008, y continuando hasta el 29 de noviembre de 2008, diez asaltantes entrenados por la organización terrorista extranjera con sede en Pakistán, Lashkar-e-Tayyiba (LeT) llevaron a cabo una serie de ataques coordinados contra varios objetivos en Bombay, India, entre ellos la casa Nariman Jabad, el hotel Taj Mahal, el hotel Oberoi, el Café Leopold, y la estación de tren de Chhatarapati Shivaji, causando la muerte de aproximadamente 170 personas.

Nueve personas murieron en el ataque a Casa Jabad, entre los que murieron el rabino Gabriel Holzberg z’l (29) y su esposa Rivki z’l (28) cuando los fundamentalistas islámicos realizaron una serie de atentados terroristas en la ciudad de la India.

De acuerdo a lo declarado por uno de los terroristas que fue detenido vivo, la seguidilla de ataques tenía como objetivo matar a unas 5 mil personas en el principal centro comercial y financiero de la India, que es permanentemente visitado por comerciantes internacionales por razones de negocios e infinidad de turistas del mundo entero.

Lo cierto es que los terroristas, perfectamente coordinados y fuertemente armados, atacaron dos de los más importantes y lujosos hoteles de la ciudad, Taj Mahal y Oberoi-Trident; la estación de tren CST (antigua Victoria Terminal), el Beit Jabad, el hospital Cama y el café Leopold.

Teniendo en cuenta el objetivo de los terroristas la inclusión del Beit Jabad, sólo puede explicarse como resultado del odio que el fundamentalismo islámico siente por todo lo que sea judío pues era un centro comunitario judío observante de la Halajá (Ley Judía) que además de los oficios religiosos brindaba alojamiento y comida kosher a los judíos, en especial turistas, que lo requerían.

La manera en que fueron encontrados los cuerpos exánimes de los seis judíos asesinados demuestra que fueron torturados en los momentos previos a su ejecución y ultrajados luego de muertos, algo que no ocurrió, por ejemplo, con los rehenes asesinados en los hoteles.

Para los habitantes judíos de Bombay, aproximadamente 5 mil, el ataque fue conmocionante. Salomon Sopher, presidente del Congreso Judío indio, comentó, “nosotros sólo somos una pizca de toda la población en India. Somos una gota en el océano”.

“Los atacantes se enfocaban hacia su ira contra Israel, y no por algún conflicto con la comunidad judía local. No sólo tolerados, sino tratados con amor y afecto por todos los sectores de la comunidad, especialmente los musulmanes. Es esta influencia externa que hace estragos con nuestra vida en este país. La experiencia de 2 mil años no puede ser borrada con un sólo acto” agregó.

En diversas comunidades judías del mundo se realizan cada año actos condenando el ataque terrorista y honrando la memoria de los asesinados en Bombay a 12 años del atentado.

Con información de MFA.

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