La obra más profunda de filosofía y pensamiento judío es el libro de Tehilim, los Salmos del rey David. En esta obra el máximo poeta del pueblo judío nos transmite conceptos fundamentales a través de palabras poéticas o metáforas muy elaboradas. Uno de los temas que aborda el rey David en el famoso Salmo 23 es: por qué sufren las personas buenas.

Veamos.

1.Salmo de David. HaShem (=Dios) es mi pastor. ¡Nada me falta! 2. En lugares de delicadas hierbas me lleva a pastar y me encamina hacia aguas tranquilas. 3. Satisface mis necesidades y me guía por sendas honestas, por Su nombre. 4. Y aun cuando me conduzca por el valle de las sombras de la muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me reconfortan.

DIOS COMO PASTOR

Esta metáfora, Dios como pastor, es revolucionaria. Porque no es una metáfora dedicada solamente a enseñarnos que Dios nos cuida como un pastor cuida a su rebaño. Una vez que deja en claro que Dios es el pastor, el rey David continúa su salmo no desde el punto de vista del pastor sino viéndose a sí mismo como una de las ovejas.

√ Lo primero que hace la ovejita, versículos 1, 2 y 3, es reconocer que el pasto y el agua de la cual disfruta, es gracias al pastor que provee todas sus necesidades, y que es él quien la guía por caminos de abundancia.

√ Luego, en el versículo 4, el Salmo cambia de tono. No todo es satisfacción y placer en la vida de una oveja. También hay momentos difíciles. A veces la oveja siente que el pastor la está llevando por “el valle de las sombras de la muerte” y percibe la cercanía de su final. Pero aún en ese terrorífico valle la ovejita no teme ni se desespera. La presencia del pastor la tranquiliza.

√ Inmediatamente después el Salmo menciona la vara y el cayado. “Tu vara y Tu cayado [constantemente] me reconfortan”. La vara es como un bastón recto y más bien corto que se usa para “pegarle” a las ovejas y reencaminarlas cuando se desvían del camino. El cayado, por el otro lado, es un bastón con una curvatura en forma de semicírculo en su parte superior, y bastante largo, que puede ser más alto que el propio pastor. El cayado se utiliza para frenar a la oveja, atrapándola del cuello con el semicírculo superior, y evitar así que siga avanzando cuando se está poniendo en peligro.

Veamos ahora qué nos quiso decir el rey David con esta hermosa metáfora.

APRECIACIÓN

Antes que nada el rey David nos invita a apreciar todo lo que tenemos y practicar el gesto judío de “atribución”. Se podría decir que esta es la lección más importante de todo el libro de Tehilim: percibir a HaShem, descubrirlo, encontrarlo en cada instancia y evento que vivimos. Al igual que la oveja, nosotros también debemos comenzar por apreciar lo mucho que tenemos y declarar nuestra gratitud al Pastor.

LA VARA Y EL CAYADO

El pastor se posiciona detrás de las ovejas, así que al igual que nosotros con el Creador, las ovejas no ven al pastor. El pastor actúa a través de su vara y a veces le da un golpe a la oveja para reencauzarla. Lo mismo sucede cuando el pastor actúa con Su cayado. Imaginemos que la oveja tiene sed y se dirige hacia un río para beber. De pronto siente que algo la frena: ¡Es el pastor, que atrapó su cuello con el cayado y no la deja avanzar! La oveja está confundida y no entiende.… Tiene sed y todo lo que quiere es beber un poco de agua. ¿Por qué el pastor es tan cruel y no la deja beber? Solo el pastor (y el lector) sabe que la oveja fue detenida por una buena razón. Porque las aguas de ese río están envenenadas, por ejemplo, o infestadas de cocodrilos o son aguas turbulentas u otros motivos. El problema, que no tiene solución, es que NO HAY FORMA de que la ovejita pueda saber o comprender los motivos del pastor. El pastor entiende el dolor de la oveja, pero esta jamás entenderá al pastor….

NO HABRÉ DE TEMER PORQUE TÚ ESTÁS CONMIGO

El consuelo de la oveja, y lo único que le quita el miedo en los momentos difíciles y le da fuerza para seguir adelante “es saber que el pastor está presente”, a cargo de la situación. Y siente Su presencia, especialmente (irónicamente), cuando el pastor interviene de una manera dolorosa.

Con esta exquisita metáfora, “Dios como pastor” el rey David nos ayuda a entender que los seres humanos somos como ovejas respecto a Dios. Nos suceden muchas cosas que desde nuestro punto de vista no tienen sentido. Sufrimos “injustamente”: a veces sentimos el dolor de un golpe (enfermedades, pérdidas, sufrimientos) o a veces sentimos que algo nos detiene, que las cosas no nos salen bien, que hay barreras invisibles, injustas e inexplicables, que evitan que avancemos.… y no entendemos por qué.

El mensaje más importante del presente Salmo es que a pesar de que la oveja no tiene idea de por qué el pastor la golpea o la detiene, instintivamente obedece y lo sigue, no porque entiende al pastor, sino porque sabe que está presente y “confía” en Él.

Continuará

 


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