Enlace Judío- El 22 de junio de 1941 Adolfo Hitler ordenó la operación Barbaroja, el objetivo de los nazis era invadir la extensa Unión Soviética.

Los judíos de Lituania fueron de las primeras víctimas en esta invasión, pues comandos nazis especiales conocidos como los Einsatzgruppen llegaron violentamente a Lituania arrestando a judíos y asesinándolos de inmediato de manera masiva, sus cuerpos eran enterrados en fosas comunes que los mismos judíos hacían. A estas crueles matanzas se les conoció más adelante como “el Holocausto de balas”.

Sin embargo, en medio de este escenario caracterizado por una despiadada crueldad, existió un hombre que decidió no mantenerse indiferente, su nombre: Chiune Sugihara.

Chiune era vicecónsul de Japón en Lituania, y cuando los nazis invadieron la URSS, se le dio la instrucción a todos los embajadores extranjeros de abandonar sus embajadas y viajar a sus respectivos países por su propia seguridad.

La mayoría de los embajadores instalados en territorios de la Unión Soviética obedecieron la instrucción pero Chiune pidió permiso para quedarse, su misión era extender el mayor número de visas posibles para que los judíos pudieran escapar del nazismo, y desde ahí, desde Kovno, capital de Lituania la titánica tarea inició.

En agosto de 1941 su embajada se desbordó de judíos pidiendo ayuda de manera desesperada, sin descanso, Sugihara y su esposa Yukiko comenzaron a emitir visas, llegando a trabajar hasta 20 horas diarias.

En cuanto cada judío obtuvo la preciada visa en sus manos logró emigrar a Japón viajando a través de la Unión Soviética, el viaje sin duda sería largo, pero el pánico terminaría, los documentos expedidos por el cónsul japonés se convirtieron en el medio para salvar la vida.
Sugihara fue despedido por actuar por sí mismo como cónsul, aún así, el noble diplomático continuó expidiendo visas.

Cuando finalmente se le ordenó regresar a su país, Sugihara emprendió su regreso sin interrumpir su labor. Regaló el sello y toda la papelería necesaria para que un amigo continuara con la tarea, y es que fue tanta su entrega por ayudar que aún estando en el tren que lo llevaría de regreso a su país, el diplomático japonés continuó arrojando visas hacia los judíos que se encontraban aún buscando una salida.

Chiune Sugihara fue reconocido como Justo entre las naciones, murió el 31 de julio de 1986. Su entierro llamó la atención de los japoneses, pues de manera inesperada un gran número de judíos acudieron a darle el último adiós, fue entonces cuando el pueblo japonés descubrió que aquel simple diplomático era un hombre extraordinario, un hombre que salvó la vida de más de 6,000 seres humanos.


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