Enlace Judío – El gobierno de Israel planea tener vacunados contra COVID-19 a alrededor de 5.2 millones de sus ciudadanos para finales de marzo, de acuerdo a un supuesto plan elaborado por su Ministerio de Salud.

Funcionarios del Ministerio de Salud de Israel citados por el Canal 12 israelí habrían sostenido que, en base al reciente acuerdo alcanzado por el gobierno israelí con la compañía farmacéutica Pfizer, cada semana llegarían envíos de cientos de miles de dosis de vacunas a Israel, recogió The Times of Israel.

Bajo este reportado esquema, se esperaría que un millón 300 mil israelíes adicionales reciban la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, que se sumarían a los que ya la han recibido hasta el momento, que son poco más de un millón 800 mil y que comenzaron a recibir la segunda dosis desde esta semana.

Para febrero, en el marco de este plan, los israelíes mayores de 40 años comenzarían a vacunarse, lo que representaría que un millón 450 mil personas reciban su primera dosis y un millón 750 mil personas reciban su segunda dosis.

En marzo, la población restante mayor de 16 años podría comenzar a vacunarse, y estaría previsto que un millón 700 mil personas reciban su segunda dosis.

De cumplirse los envíos de vacunas de Pfizer, unos 5.2 millones de israelíes estarían vacunados para el 20 de marzo, según el presunto plan, en vísperas de las elecciones para la vigesimocuarta legislatura de la Knéset.

Según la cadena pública israelí Kan, Israel habría acordado pagar 243 millones de dólares a Pfizer y 100 millones de dólares a Moderna para dosis suficientes con las cuales poder vacunar a alrededor a cerca de 5 millones de sus ciudadanos.

El Ministerio de Salud también estaría planeando introducir un certificado de vacunación y un “pasaporte verde” una propuesta que ha sonado desde hace semanas.

El certificado de vacunación sería dado a todos los israelíes que reciban la segunda dosis de la vacuna. Este certificado eximiría a los ciudadanos de tener que ponerse en cuarentenas dependiendo las restricciones, incluso después de entrar en contacto con un portador de coronavirus o después de regresar de un país con altas tasas de contagio.

Mientras que el “pasaporte verde” se otorgaría a determinadas empresas una vez que se cumplan determinados parámetros de referencia. Esto les permitirá reabrir a grandes multitudes de personas, siempre que los que ingresen hayan sido vacunados o puedan producir un resultado negativo a una prueba de detección de coronavirus.

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