Aranza Gleason Freidberg – ¿Si las montañas hablaran qué dirían? ¿pueden el perro, el gato y la hormiga alabar a D-os? El Perek Shirá nos dice que sí. Éste es un rezo judío que ha existido en la tradición por más de 2,000 años. Aunque el primer registro histórico que se tiene de él data de la época cabalística, sabemos que era conocido y recitado anteriormente porque el Talmud y textos de distintas épocas aluden a él. Consiste en 84 versículos compuestos de citas del Tanaj y organizados en 6 capítulos, en donde cada uno de los elementos del mundo habla con D-os. El Cielo habla sobre el honor de D-os y la mosca de lo efímera que es la carne y lo eterna que es Su palabra. Desde el más grande como los astros hasta el más pequeño como la hormiga expresan su corazón ante D-os.

Si el texto es literal o metafórico, si habla de un momento futuro o en el presente ha sido discutido por los rabinos a lo largo de los siglos. Sin embargo, lo que es evidente para cualquiera que lo lee es la belleza con la que los diálogos están construidos y la infinita sabiduría que trasmiten. Hoy en día aunque no es un rezo obligado por la halajá, ni se dice en los servicios, es de los más populares entre círculos religiosos, pues su simpleza y belleza lo han colocado en ese lugar. De él se pueden tomar numerosas enseñanzas, sin embargo lo que más destaca es el estado de paz y armonía que lleva a quien lo lee; esencialmente demuestra la importancia de alabar a D-os y la belleza de Su creación manifiesta en el mundo natural. Me gustaría rescatar algunas ideas del judaísmo esenciales que el rezo expresa a través de sus diálogos.

Perek Shirá. La enseñanza moral del hombre

Una de las cosas que más me impacto del texto la primera que lo leí fue su precisión. Los diálogos son tomados de citas del Tanaj hablan sobre la grandeza de D-os, podrían ser todos parecidos o dar enseñanzas similares; sin embargo cada uno de los diálogos fue pensado para que casara perfectamente bien con el animal o elemento que lo dice. Por ejemplo, la gallina dice que D-os alimenta y da sustento a toda carne (4:51), es un diálogo que sólo un animal de ganado podría decir pues nos alimenta también con su carne. Al decirlo la gallina se nos recuerda que la carne de la misma nos viene de la mano de D-os. La paloma dice que prefiere una vida amarga como el sabor de un olivo a una vida dulce como la de la miel si la primera viene de las manos de D-os; antes de ello habla sobre la libertad de volar, en cierto sentido te dice que la paloma escoge servir a D-os y recuerda el olivo porque fue ella quien trajo las hojas de olivo cuando el arca de Noé. Así cada versículo refleja perfectamente bien el carácter del animal que lo dice.

A través de este recurso literario el rezo nos enseña como todo lo creado tiene una función en el Universo, nada fue hecho en vano. Ello viene de la mano con la idea de que el mundo material aunque perecedero en realidad da cuerpo a aquello que es eterno a lo espiritual. El gato, el perro, el mar tienen santidad que D-os mismo les dio y traen enseñanzas eternas al hombre cuando éste sabe leerlas. El texto muestra cómo lo material viste lo eterno y todo lo que existe tiene un sentido más allá de lo meramente material. Las plantas, los astros, los animales y incluso los monstruos marinos dan testimonio de la existencia divina y le ofrecen al hombre un aprendizaje muy particular. Por ejemplo, el ratón nos enseña sobre humildad y el gato sobre cómo D-os maneja las alturas y puede hacer que aquel que se eleva se caiga pues “aunque vueles a lo alto como águila, y tu nido esté puesto en las estrellas, de allí te arrojaré.” En el diálogo que se desarrolla entre ambos aprendemos a responder bajo distintas situaciones y cómo podemos acercarnos a D-os huyendo o conquistando. Mientras que la gacela nos enseña a agradecer cuando hemos sido rescatados.

El hecho de que cada animal nos enseñé un aprendizaje particular nos recuerda la premisa judía de que la existencia total del mundo fue hecha para la enseñanza espiritual del hombre. Para que el hombre se acercará a D-os a través del perfeccionamiento moral y el crecimiento constante. El texto está hecho para que reconozcamos la grandeza del mundo natural y veamos la mano de D-os en ella. La belleza que percibimos en los diálogos de los animales y los elementos es tan sólo un reflejo de la belleza de Dos. El texto nos ayuda a reconocer esa belleza, agradecerla y alabarla. Ayuda a la persona a aceptar el mundo como se le presenta frente a sus ojos y aceptar a D-os como el origen de la existencia y la fuente de toda vida.

Finalmente el texto se basa en las profecías que hay en el Tanaj sobre el mundo venidero en donde se nos dice que toda la Creación dará testimonio de D-os. Ello implica que ya no habrá una separación entre lo espiritual y lo material sino que las características sagradas de todo lo que existe será revelado abiertamente; todo lo creado será un vehículo para llegar a D-os. Cuando los rabinos discuten el Perek Shirá discuten sobre estas bases, los diálogos expresan lo que cada criatura dirá en ese momento. No necesariamente con palabras sino en su existencia, porque el diálogo muestra el corazón y la esencia del animal o elemento que lo dice.