Enlace Judío – Israel, Austria y Dinamarca colaborarán en el desarrollo y la producción de vacunas para futuras pandemias y variantes de COVID-19, informó The Jerusalem Post.

“Debemos hacer esfuerzos para la producción de futuras vacunas, porque probablemente necesitaremos protección para el futuro”, manifestó el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

“Tuvimos el SARS, el Ébola y otras enfermedades, y ahora tenemos el COVID-19. Debemos asegurarnos de que podemos proteger a nuestra gente y también ayudar a otros países y a la humanidad en general”.

“La inversión conjunta en la producción de vacunas refleja el respeto y la confianza que tenemos en trabajar juntos para proteger la salud de nuestros pueblos”, añadió el mandatario israelí.

Netanyahu expresó orgullo por los “realmente excelentes” servicios de salud de Israel y señaló que el Centro Médico Sheba está clasificado entre los 10 mejores del mundo. Destacó el desarrollo de un inhalador en el Hospital Ijilov de Tel Aviv que en los primeros ensayos ha demostrado su eficacia en el tratamiento de COVID-19.

“Queremos tener vacunas y medicamentos para los casos en que las vacunas no funcionan”, dijo.

La iniciativa de producción local de vacunas ha “desafiado la imaginación del mundo”, dijo Netanyahu. “Acordamos que si otras naciones quieren unirse a nosotros, lo discutiremos y daremos la bienvenida a otros”.

La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, señaló que los tres países tienen un buen punto de partida para el proyecto, porque cuentan con industrias de ciencias de la vida muy desarrolladas.

“Podemos aunar nuestros conocimientos en una especie de esfuerzo colectivo para garantizar un mejor acceso y más fiable a las vacunas”, dijo. “También nos gustaría explorar [juntos] una posible cooperación en ensayos clínicos”.

Frederiksen dijo que la reunión “le proporcionó inspiración sobre cómo podemos trabajar más estrechamente en investigación y producción”.

El canciller austriaco Sebastian Kurz elogió los esfuerzos de Netanyahu para negociar una pronta y rápida vacunación para Israel.

“En este momento, el mundo mira a Israel con admiración porque, bajo su liderazgo, Israel es el primer país del mundo en vacunar a su población”, dijo a Netanyahu. “Israel es el primer país del mundo que demuestra que es posible vencer el virus”.

Kurz comentó que conversó con Netanyahu a principios de 2020: “Me dijo que este virus será una gran amenaza para el mundo… Esa es quizá la principal razón por la que reaccionamos bastante pronto en Austria cuando la primera ola nos golpeó con fuerza en la Unión Europea”.

Kurz y Netanyahu mantienen una estrecha relación desde que el primero asumió el poder en 2013, y conversan a menudo.

El canciller austriaco creó un foro llamado “First Movers”, del que forman parte Netanyahu y Frederiksen, así como los líderes de Australia, Noruega, Grecia, República Checa, Singapur y Nueva Zelanda, para la lucha contra la pandemia del COVID-19.

“Esta pandemia sólo puede superarse mediante la cooperación mundial”, expresó Kurz. “Las vacunas nos permitirán volver a la normalidad en el verano, pero tenemos que prepararnos para las siguientes fases de la pandemia”.

Los tres líderes visitaron un gimnasio en Modi’in donde se les mostró cómo funciona el programa de “pasaporte verde”, que permite a los vacunados o recuperados de COVID-19 volver a realizar ciertas actividades en interiores.

Israel no cuenta actualmente con un organismo regulador propio e independiente, y puso la vacuna de Pfizer a disposición de sus ciudadanos tras la aprobación del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos. El proceso de regulación de la Unión Europea ha frenado la distribución de vacunas en Europa. Los países pretenden colaborar en un proceso regulador propio y racionalizado.

Netanyahu dijo la semana pasada que ha mantenido conversaciones con Pfizer y Moderna, dos de los principales productores de la vacuna contra COVID-19, para iniciar la producción local, y ha conversado con los líderes de otros seis países para construir instalaciones conjuntas.

La Unión Europea permite el uso de vacunas de Pfizer y su socio alemán BioNTech, de Moderna y AstraZeneca, que se producen en Alemania, Gran Bretaña, Suiza, Bélgica y los Países Bajos.

En Europa ha aumentado la frustración por la distribución de las vacunas, que ha quedado muy por detrás del esfuerzo de Israel.

El canciller austriaco, Sebastian Kurz, dijo que la Unión Europea adquiere vacunas para sus Estados miembros, pero que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha sido demasiado lenta para aprobarlas y arremetió contra las dificultades de suministro de las empresas farmacéuticas.

“Debemos prepararnos para nuevas mutaciones y dejar de depender de la Unión Europea para la producción de vacunas de segunda generación”, dijo el canciller en un comunicado.

La Comisión Europea indicó en respuesta que los Estados miembros son libres de llegar a acuerdos separados si lo desean. “No es que la estrategia se haya revertido o vaya en contra de ella”, dijo el portavoz Stefan de Keersmaecker.

Varios países de la Unión Europea han hecho pedidos paralelos de vacunas a Rusia y China, aunque la EMA aún debe pronunciarse sobre su seguridad y eficacia.

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