Enlace Judío – Investigadores de la Universidad de Tel Aviv (TAU) afirman que la adicción a las redes sociales o a los teléfonos celulares causa estrés y ansiedad que se manifiestan en dolor de mandíbula, echinar de dientes, falta de sueño, fatiga y somnolencia durante el día, de acuerdo a información de The Jerusalem Post.

En su estudio participaron alrededor de 600 personas de 18 a 25 años, entre ellas judíos seculares (en su mayoría usuarios de teléfonos celulares) y un grupo de israelíes ultraortodoxos (que utilizan teléfonos sin conexión a Internet).

Los participantes fueron encuestados sobre sus niveles de estrés durante el día, su tendencia a despertarse por la noche, la necesidad de estar disponibles al teléfono, rechinar de dientes y dolor de mandíbula.

Los resultados indican que el 54 por ciento de los usuarios de teléfonos celulares despiertan a media noche, en comparación con el 20 por ciento de la población ultraortodoxa.

Además, la mitad de los encuestados seculares (50%) reportaron estrés entre moderado y alto debido al celular, frente a sólo el 22 por ciento entre los ultraortodoxos.

El estudio realizado por Maurice y Gabriela Goldschleger de la Facultad de Ontología de TAU en colaboración con la Dra. Pessia Friedman-Rubin y la profesora Ilana Eli se publicará próximamente en la revista Quintessence International.

Los investigadores explicaron que “en la actualidad la gente vive con una sensación de FOMO (miedo a perderse algo) y por lo tanto busca estar constantemente actualizada y saber “qué hay de nuevo” en cada momento. Esta necesidad crea una creciente dependencia en los teléfonos celulares que provoca estrés y ansiedad: ‘alguien puede escribir algo en las redes sociales, me lo perderé y no estaré al tanto'”.

“No sólo encontramos diferencias entre los grupos, sino también patrones claros que muestran que cuanto más se usa el celular, más probabilidades hay de sufrir dolor de mandíbula, rechinar de dientes y falta de sueño”, explicó Friedman-Rubin.

“Tras un trabajo estadístico muy complejo, observamos que si se separan otros factores como las diferencias culturales entre israelíes seculares y religiosos, el uso del teléfono celular explica mejor los patrones de comportamiento observados”.

A pregunta expresa de si es posible que los teléfonos celulares no sean la causa del estrés, sino una salida del mismo, lo que podría explicar la correlación, respondió que esta hipótesis no coincide con los comentarios proporcionados por los participantes en los cuestionarios. Muchos reportaron que los teléfonos celulares son una fuente de estrés, dijo.

Friedman-Rubin destacó que el estudio no pretende devaluar la tecnología de los celulares, sino que sugiere que se deben poner límites.

“Por supuesto, estamos a favor del avance tecnológico, pero, como todo en la vida, el uso excesivo de los móviles puede provocar síntomas negativos. Es importante que el público sea consciente de las consecuencias que tienen en el cuerpo y la mente”, concluyó.

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