Aranza Gleason – Uno de los elementos más enigmáticos que aparecen en el Éxodo y la historia de la salida de Egipto es el sacrificio que D-os pide a los judíos antes de salir. Al llegar el mes de nisán D-os le pide al pueblo judío santificar ese mes y les dice que será el primero de todo el año. Les pide tomar un borrego por cada casa, matarlo, asarlo y comerlo en el día catorce. La sangre del borrego sobre los marcos de la puerta sería una señal a D-os para que el ángel de la muerte brincará las casas judías. En base a este sacrificio y a los que se realizarían años después en el Tabernáculo y el Templo es que la festividad de Pésaj se le llama Pésaj

¿Por qué fue tan importante? y cómo explicamos la cantidad de elementos que no son claros en la petición de D-os; por qué pide una seña al ángel de la muerte, y que acaso hay diferencia entre quienes pintan su puerta y quienes no, por qué un borrego o una cabra y finalmente ese ritual puede ser considerado un sacrificio o no, las condiciones del borrego, el hecho que sea asado y el carácter ritual de la cena se asemejan al de los sacrificios, sin embargo, éstos podían ocurrir únicamente en el Tabernáculo o el Templo, cómo debemos entonces considerar dicho evento. Son preguntas que los comentaristas se han hecho a lo largo de los siglos y en algunos momentos ofrecen respuestas. Las siguientes opiniones se basan en el comentario de Rab Samson Rafael Hirsch, uno de los rabinos más importantes de Alemania en el siglo XIX.

Las plagas y los egipcios

Lo primero que es importante resaltar con respecto al sacrificio del borrego es el contexto bajo el cual ocurrió. Constantemente se habla que las plagas en Egipto no fue una Revelación únicamente para los judíos, sino para el mundo entero y los egipcios también; se demostró que el orden y las reglas que rigen el mundo no son el poder y la fuerza sino la moral. Tras la plaga de las langostas D-os le pide a Moisés regresar con el faraón y le dice que ha endurecido su corazón “Por el bien de darles estas señales” muchas veces el pasaje ha sido leído como que D-os se refiere a los judíos, sin embargo el plural de la oración en hebreo es un plural particular usado únicamente para dos grupos.

Rab Hirsch se basa en esta característica para explicar que el pasaje se refiere a las dos naciones que “descansan en Egipto.” El corazón del faraón debía ser endurecido para que los egipcios paulatinamente fueran percibiendo la realidad de lo que ocurría a su alrededor. Vieran que había un poder más grande que el de sus dioses y que el de los recursos naturales. Y vieran a la nación esclava y débil levantarse.

Con la plaga de la oscuridad fue evidente que el poder que se ostentaba apuntaba a una realidad moral. Nada distinguía al egipcio del judío excepto esa cualidad, Hirsch señala que durante esos tres días en que “el hombre no podía ver a su hermano” las riquezas riquezas de Egipto quedaron desatendidas y ni un judío se aprovechó de la situación, ni se vengaron de las ofensas cometidas contra ellos “ni un judío tocó a Egipto ni a las propiedades desde una cuerda hasta un cordón de zapato” (Hirsch). Cuando la oscuridad se disipó y los egipcios se percataron que aun tenían sus propiedades intactas “D-os les hizo entender la grandeza moral de este pueblo… Fue esto lo que hizo al nombre de Moisés grande a los ojos de los egipcios, más que cualquier otro milagro.” Y fue dicha grandeza la que empujó a los egipcios a regalar bienes a los judíos en forma de reparación por los errores cometidos. El sacrificio de Pésaj se realiza después de este evento, para cuando D-os llama a los judíos a hacerlo había varios grupos de egipcios y otros pueblos que decidieron unirse a los hebreos y querían seguirlos en el Éxodo. Muere sólo la gente que decide quedarse en Egipto tanto judíos como no judíos. El midrash habla sobre un número elevado de judíos que murieron por quedarse en Egipto.

El sacrificio de Pésaj

En cuanto al sacrificio propiamente, Hirsch señala que cada uno de los elementos enseñan y construyen el carácter moral que el pueblo que siga a D-os debe tener.

D-os les ordena adquirir un borrego y sacrificarlo. Ello refleja sumisión a D-os; es un animal que no se revela contra su dueño, que sigue al pastor. El sacrificio representa renunciar a la voluntad propia por la voluntad divina, es una parte de nuestro carácter que estamos sometiendo voluntariamente. Sin embargo, dicha decisión debe ser tomada con plena libertad, D-os les pide adquirir al animal con varios días de antelación al sacrificio y esa es la primera vez que los judíos tienen propiedad en su vida, pues apenas dejaron de ser esclavos.

El primer signo de libertad e independencia es la propiedad, tener decisión sobre tu destino y sobre tus cosas, el animal es la primera adquisición de los judíos en libertad, debía ser comprado con tiempo por lo mismo; sin embargo D-os les ordena asistir al prójimo y llevar al animal a su casa. En la independencia debe de prevalecer un sentido de unión y un sentido de responsabilidad comunitaria. Sin embargo ello debe ocurrir a través de los lazos familiares y a través de la noción del deber y la asistencia al prójimo.

La sangre del animal en el dintel de la puerta implica que la casa entera acepta voluntariamente a D-os y que hay unidad entre sus integrantes, sin embargo, no puede ser un acto obligatorio sino escogido voluntariamente. Se acepta también que la protección no viene de los muros y los bienes materiales sino de D-os mismo. El fuego, las hierbas amargas y la matzá, representa la esclavitud que se vivió en Egipto y se deja atrás.