Enlace Judío México e Israel – Alemania, 1923. Después de un arduo trabajo el Partido Obrero Alemán se preparó para dar un gran golpe de Estado, fue así como el 9 y 10 de noviembre de 1923, aquel puñado de hombres decididos dieron el paso para tratar de tomar el futuro de Alemania en sus manos.

El putch, fue un fracaso, los ambiciosos manifestantes que pretendieron derrocar al gobierno Alemán fueron detenidos, sin embargo, Adolfo Hitler supo aprovechar muy bien su momento de fama, y su juicio, lo convirtió en un escenario de discurso político que arrancó los aplausos incluso de los que lo juzgaban.

A pesar de ello, la buena oratoria no cambia la ley, un golpe de estado era un delito y se tenía que reprender. Fue así como Adolfo Hitler pasó 9 meses en prisión, tiempo en el cual vertió todas sus ideas políticas en la elaboración de su libro “Mi lucha” que años después se convertiría en un éxito de ventas rotundas.

En 1924 Adolfo Hitler salió de prisión tras cumplir 9 meses encarcelado por su fallido golpe de Estado.

Adolfo Hitler salió de prisión y entendió que el único camino al poder tenía que ser por la vía legal, así que las estrategias comenzaron y las alianzas se convirtieron en algo esencial.

Para muchos, Hitler no era más que un fanático de derecha al que no valía la pena escuchar, pero cuando sus predicciones catastróficas se cumplieron en 1929 con la gran depresión, Hitler se convirtió en el único sabio que había advertido a Alemania sobre la crisis que se avecinaba. El partido obrero alemán nacional socialista ganó muchos votos nuevos y en 1932 los hombres con la esvástica en el brazo se convirtieron en el partido mayoritario del parlamento.

El 30 de enero de 1933 Adolfo Hitler se convirtió en canciller de Alemania y mientras sus seguidores aplaudían el éxito de un hombre tan entregado a su país, el mundo entero ignoraba la tragedia que estaba por venir.


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