Enlace Judío México e Israel – En 2002, Roman Polanski estrenó una de sus más célebres películas: El pianista, basada en el libro El pianista del gueto de Varsovia, compilación de las memorias de Wladyslaw Szpilman, pianista polaco y sobreviviente del Holocausto. La película ganó tres Oscares, destacándose el de Adrián Brody por su formidable actuación protagónica.

La vida de Szpilman es bien conocida por todos gracias a la película, una adaptación bastante correcta de lo que dice el libro. Hay escenas estrujantes bien apegadas a los hechos históricos, como el momento en el que Szpilman está tocando en la radio de Varsovia el Nocturno en Do sostenido menor Op. Póstumo, de Chopin, y el bombardeo alemán lo interrumpe. Tal y como también se puede ver en la película, cuando Szpilman volvió a su trabajo en la radio polaca después de terminada la guerra, retomó ese mismo preludio y lo comenzó a tocar justo donde lo había interrumpido.

Pero acaso más perturbadora es la escena donde Wladek es salvado de ser enviado a un campo de concentración gracias a la ayuda de uno de sus amigos, y se tiene que tragar la rabia y el horror de ver cómo el resto de su familia no se pudo salvar. La escena en la que él se retira, solo, sumido en las lágrimas y en la más absoluta desolación mientras camina por una calle vacía, es un dardo que se clava directo en el corazón.

El caso de Wladyslaw Szpilman va más allá de su simple anecdotario biográfico, e Irving Gatell nos explica todo lo que implicó la política cultural nazi, que no fue sino un absoluto suicidio para el pueblo alemán. Y es que no hay fenómeno más humano que la cultura, por lo que todo tipo de agresión cultural siempre termina por afectar a aquel que la promueve.

El testimonio de Szpilman, su música, su libro, su memoria, se han convertido en un fuerte mensaje en contra de la intolerancia, la xenofobia y la discriminación, y a nosotros nos toca mantenernos firmes en el compromiso de que una tragedia como la del Holocausto no vuelva a suceder.

Es el mínimo homenaje que debemos rendir a los más de 6 millones de judíos víctimas de los nazis, cuya memoria celebramos hoy.


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