Enlace Judío – El siguiente martes por la noche se conmemorará Yom Hazikarón, día en el que los israelíes recuerdan a sus soldados caídos.

En Israel, Yom Hazikarón es uno de los eventos más solemnes del año, pues el Ejército es una parte importante de la vida diaria. Más allá del rol que las fuerzas armadas jueguen para preservar la supervivencia de Israel, el servicio militar es un asunto personal para muchos ciudadanos. La mayoría de la gente ha militado en el Ejército en algún punto de su vida, por lo que les es fácil conocer y empatizar con personas que hayan tenido desenlaces trágicos. Recordar es esencial.

Hay distintas formas de recordar. Existe gente que va a la ceremonia en el Muro de los Lamentos, otros que atienden al panteón y algunos más que viven su luto en casa. Asimismo están los que optan por atender a algún tipo de ceremonia alternativa.

Un ejemplo de ceremonia alternativa es la que anualmente organiza la ONG Combatientes por la Paz en Tel Aviv. Esta es peculiar porque familias israelíes y palestinas recuerdan juntas a sus familiares fallecidos en el conflicto, recordando el doloroso lado humano de la confrontación entre las dos naciones.

Entre los asistentes frecuentes a esta ceremonia alternativa, se encuentra el célebre escritor David Grossman, quien perdió a su hijo Uri en la guerra de Líbano de 2006. En 2018, recitó un discurso memorable en el que afirmó que los israelíes y los palestinos tenían que vivir bajo la realidad de una herida abierta que deja poco espacio para ilusionarse y empatizar unos con los otros. Sin embargo, recalcó que ambos estaban marcados por el mismo dolor, que eran una “familia en duelo”.

Del otro lado, uno de las intervenciones más icónicas fue por parte de Mohammad Darwish, un niño de catorce años proveniente del campo de refugiados de Aida, quien recordó que cuando tenía 8 años vio a su mejor amigo Abd el-Rahman Shadi Abdullah morir por una bala perdida. Entre lágrimas y emociones le dedicó a su amigo las siguientes palabras: “Prometo que estoy diciendo la historia de tu muerte para regresar la vida a un camino humano, y en los años recientes he elegido conmemorarte por la vía del activismo pacifista”.

Por 16° año consecutivo, la ceremonia conjunta de Yom Hazikarón da esperanza en medio de un mar de dolor. Derrumbando las barreras del odio y de la enemistad, dos pueblos en conflicto se unen para empatizar a través de un sentimiento universal: el dolor de perder a un ser querido.

Igualmente, nos recuerdan la tragedia de la guerra y de la violencia, que arrasa con seres humanos. Como dijo David Grossman aquella noche en 2018: “Dentro del dolor hay también aliento, creación, el hacer el bien. Ese dolor no aísla sino que también conecta y fortalece. Aquí, incluso los viejos enemigos, israelíes y palestinos, pueden conectarse entre sí más allá del dolor e incluso por causa de él”.


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