Enlace Judío México e Israel – Alejandro Aguilera Castrejón, un científico mexicano que pasó de investigaciones con recursos limitados en México a ser parte de un equipo israelí en el Instituto Weizmann que acaba de alcanzar un hito para la biotecnología mundial, cuando extrajeron embriones de ratones y se trasladaron, con éxito, a úteros artificiales.

Aguilera Castrejón pasó de un mundo donde la agenda científica está priorizadas por la agenda tecnológica gubernamental a otro en el cual abundan los fondos necesarios para hacer ciencia básica, y no existe el “no poder llevar a cabo tus ideas porque no tienes dinero para hacerlo”, reconoció en una entrevista para Expansión.

Gracias a una convocatoria interinstitucional, Aguilera Castrejón de apenas 28 años, logró formar parte del equipo del Instituto Weizmann en Israel que logró extraer embriones de ratones y se trasladaron, con éxito, a úteros artificiales, marcando un hito para la biotecnología mundial actual.

“Mucha gente me pregunta sobre las implicaciones en humanos” del experimento, “pero eso la verdad está muy lejos de lo que el estudio realmente es”, aseguró Aguilera Castrejón.

“Este sistema no funcionaría en humanos, por tamaño y por tiempo: el humano es mucho más grande y el tiempo de gestación es de nueve meses contra apenas veinte días en los ratones”, puntualizó.

El innovador trabajo fue recibido con gran asombro por la comunidad científica y la prensa internacional, donde se destacó que “se cultivó un embrión de ratón en un útero artificial: los humanos podrían ser los próximos”, especuló, por ejemplo, el periódico MIT Technology Review, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, mientras otros reportes hablaron de un experimento “de ciencia ficción”.

El gran logro de la investigación de la que formó parte Aguilera Castrejón, implica que nunca antes un embrión de mamífero había sido mantenido en condiciones artificiales por tanto tiempo y hasta ahora los científicos tenían que conformarse con estudios similares hechos con anfibios, peces o insectos.

“Puede ser que en cien años se puedan aplicar estos descubrimientos” a la medicina con humanos. Por ahora, “lo más importante es que podemos estudiar cómo se generan los órganos en este periodo crítico”, comentó.

“Si logramos entender cómo un solo tipo de células se convierte en tejidos y órganos, si entendemos cómo pasa eso en los embriones, entonces podremos recapitular ese proceso en el laboratorio y, quizás en algunas décadas, se puedan crear órganos in vitro”, resumió.

Las oportunidades de hacer ciencia en Israel son muchas

Luego de experimentar de primera mano el entorno científico en Israel, Alejandro Aguilera Castrejón reconoce la abismal diferencia.

“Cien años”, “algunas décadas”, algunas estimaciones que Aguilera Castrejón hace respecto a cuando podría alcanzar México a Israel en apoyo a la ciencia, un lugar donde todavía le sorprende que la universidad cubra sus gastos para que pueda concentrarse en sus investigaciones en el laboratorio del profesor Jacob Hanna, líder del experimento con los embriones de ratón.

“Las oportunidades de hacer ciencia en Israel son muchas”, detalló el investigador mexicano, originario del  municipio mexiquense de Ecatepec.

Después de recibirse de biólogo por la Facultad de Ciencias de la UNAM, hizo su tesis en el Instituto de Fisiología Celular, siempre en la universidad de la capital, y luego “me quedé un año como asistente de investigación en el área de medicina regenerativa”, concluyó.

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