Enlace Judío – El jefe del partido Yamina, Naftali Bennett, dijo este viernes a través de Facebook que ha iniciado negociaciones para formar un “gobierno de unidad nacional” con miembros del “bloque de cambio” opositor al primer ministro Benjamín Netanyahu.

“Desde el momento en que me di cuenta de que Netanyahu no tenía la intención de elegir una de las dos alternativas para formar un gobierno de derecha, comencé con los esfuerzos para formar un gobierno de unidad nacional”, escribió Bennett en una extensa publicación, de acuerdo con The Jerusalem Post.

En la publicación, Bennett también criticó a Netanyahu y al jefe del partido Hatzionut Hadatit, Bezalel Smotrich, diciendo que el primero está arrastrando a Israel a sus quintas elecciones, mientras que el segundo está impidiendo la formación de un gobierno de derecha al realizar una campaña contra el partido islamista Ra’am.

El jefe de Yamina expuso su razonamiento exacto para justificar las negociaciones para formar un gobierno de unidad nacional, entretejiendo las complejidades asociadas con el objetivo de formar un gobierno de derecha, su deseo de ser primer ministro y su oposición a una quinta elección, que, dice, sería un desastre para Israel.

Atacando a Netanyahu, Bennett dijo que el primer ministro “no tiene posibilidad de formar un gobierno de derecha y no tiene la voluntad de hacer lo que sea necesario para formar un gobierno”.

La falta de voluntad de Netanyahu, dijo Bennett, fue más de comprometerse con el líder de Tikvá Jadashá, Gideon Sa’ar, en un acuerdo de rotación de gobierno para el cargo de primer ministro, con este último en primer lugar.

La otra opción, el apoyo externo de Ra’am, la temía Netanyahu debido a que las decisiones del gobierno dependían de un partido árabe, afirmó Bennett.

Sobre las dificultades de formar un gobierno de unidad nacional bajo el bloque de cambio, Bennett dijo que tenía poca confianza en que sería posible, destacando las diferencias ideológicas entre todos los partidos del bloque de cambio y su probable incapacidad para ponerse de acuerdo sobre temas importantes para Yamina, como la anexión de Judea y Samaria y la reforma al sistema judicial.

En el caso de que se forme un gobierno de unidad nacional, Bennett dijo que sus prioridades serían aprobar un presupuesto, renovar las operaciones en las burocracias gubernamentales y crear políticas a largo plazo para problemas económicos urgentes dejadas por la crisis de COVID-19.

Israel está en una crisis extremadamente difícil. En cada crisis hay gente sentada en las gradas criticando y explicando ‘por qué no’. Es fácil ‘tener razón’. Incluso muy fácil. Y hay quienes entran a la arena, se esfuerzan por encontrar soluciones, enfrentan las alternativas difíciles y desagradables y trabajan por una solución. Se les llama líderes”, concluyó Bennett.

El partido Likud respondió a la publicación de Bennett en Facebook, diciendo en un comunicado que Bennett quiere ser primer ministro a toda costa, incluso “a costa de [formar] un gobierno de izquierda”.

El partido de Netanyahu agregó que Bennett, como primer ministro del bloque de cambio, sería un gobierno de izquierda con solo una parte mínima de la derecha.

Las palabras de Bennett llegaron un día después de un reporte que indicó que los rivales de Netanyahu supuestamente estarían impulsando  conversaciones para formar su propia coalición de gobierno.

Las facciones que respaldan un posible gobierno de unidad liderado por Bennett y Lapid habrían llegado a un entendimiento sobre numerosos temas, incluso sobre religión y Estado, pero las partes siguen en desacuerdo sobre la asignación de puestos ministeriales, de acuerdo con el Canal 12, recogió The Times of Israel.

Bennett y Lapid, junto con el partido secularista derechista Yisrael Beytenu de Avigdor Liberman, estarían acordando que un gobierno suyo debería adoptar la posición del grupo rabínico ortodoxo liberal Tzohar en asuntos religiosos, como permitir que los rabinos municipales realicen conversiones y poner fin al monopolio en la certificación Kosher del Gran Rabinato.

El reporte señaló que el esfuerzo por llegar a un acuerdo sobre cuestiones religiosas podría difundir las divisiones entre las facciones dispares que formarían la coalición, que van desde la derecha de Yamina hasta la izquierda de Meretz.

Tales entendimientos probablemente enfrentarían una feroz oposición de los partidos ultraortodoxos Shas y Yahadut Hatorá, miembros clave del bloque antirreligioso de Netanyahu.

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