Enlace Judío México e Israel – Los árabes nunca aceptaron la existencia del Estado de Israel. Desde el nacimiento del nuevo estado en 1948, rechazaron toda posibilidad de convivencia e hicieron todo lo posible para destruirlo y “echar a los judíos al mar”: el eufemismo favorito de los vecinos de Israel para referirse a un segundo holocausto.

LA PROVOCACIÓN

En 1964 Israel creó lo que se llama en hebreo hamobil haartzí, una compañía que administraba el agua y que va desde el rio Jordán hasta el desierto del Negeb.

A pesar de que la cantidad de agua que usaba Israel era la que había acordado en tratados internacionales, Siria comenzó a sabotear la compañía de agua israelí, desviando el caudal del río Jordán, etc., y así comenzó lo que se llamó: la guerra del agua (miljemet hamayim), que duró por un par de años.

En 1967 Egipto, bajo la presidencia de Gamal Abdul Nasser, se unió a Siria y comenzó sus provocaciones contra Israel. El 15 de Mayo de 1967 las tropas egipcias ingresaron a la península del Sinai, violando así los acuerdos previos. Veamos.

En 1957 Israel había conquistado el Sinaí, y al finalizar la guerra hizo –ingenuamente–lo que ni ningún otro país hizo y lo que a ningún otro país se le exige: Israel aceptó retroceder de la zona conquistada en la guerra para llegar a un acuerdo de paz con Egipto (vale aclarar que de acuerdo a la ley internacional, los territorios conquistados en una guerra –y especialmente en una guerra que comenzó el enemigo–son considerados legalmente parte del territorio del vencedor).

Las condiciones para la retirada israelí del Sinai fueron que la zona se mantuviera desmilitarizada y que fuerzas de paz de las Naciones Unidas estuvieran apostadas en la península para evitar el paso de tropas egipcias. Estados Unidos y otras poderosas naciones Europeas también garantizaron este acuerdo.

¿QUÉ ACUERDOS DE PAZ?

Pero ahora en mayo de 1967, las fuerzas egipcias violaban este acuerdo, cruzaban el canal de Suez y entraban al Sinai. Y la gota que colmó el vaso fue que Egipto bloqueó el estrecho de Tirán, impidiendo la salida de embarcaciones israelíes por el Mar Rojo.

Esto, más que una provocación, era un acto de guerra. Nadie hizo nada contra Nasser: ni sanciones internacionales, ni embargos.

Y como si eso fuera poco, las fuerzas de paz de las Naciones Unidas fueron invitadas por Egipto a alejarse y ninguna nación del mundo ¡hizo lo suficiente para impedirlo! Como ya había ocurrido en 1948, la pequeña nación de Israel quedaba otra vez sola y abandonada.

La pasividad de las superpotencias le dio más motivación a Nasser. Al ver que ningún organismo internacional se oponía a las provocaciones de Egipto, y que nadie acudía a la ayuda de Israel, y completamente seguros de su victoria por la impresionante superioridad numérica, los países árabes liderados por Egipto anunciaron la inminente guerra y declaraban a viva voz el final de Israel.

Radio Cairo transmitió el siguiente mensaje: “El presidente Nasser anuncia que nuestro objetivo es apoderarnos de Israel y … liberar Palestina. Oh Sionistas! 100 millones de soldados los destruirán! Prepárense, porque 100 millones de árabes van a cavar vuestras tumbas.“

TSAV SHMONE

En Israel convocaron a todas las fuerzas de reserva a presentarse (גיוס כללי). El estado de ánimo de los Yehudim era muy pesimista. Todos conocían la diferencia de fuerzas entre los países árabes e Israel. Israel contaba en ese entonces con 2 millones y medio de habitantes.

Los países árabes que enfrentaban a Israel Egipto, Siria, Jordania e Irak, con más de 100 millones. Los ejércitos árabes tenían 4 veces más tanques que Israel. Y 3 veces más aviones, entre ellos unos modernos Mig de fabricación soviética que en ese entonces eran invencibles.

Israel solo contaba con aviones franceses que ya estaban viejos. Y nadie ignoraba que esta guerra se definiría en las batallas aéreas…. En Israel preparaban cajones de madera para los funerales y cavaban miles de tumbas en los Kibbutzim y en los parques nacionales, a la espera de lo peor.

LA UNION HACE LA FUERZA

El 22 de Iyar del calendario hebreo, que correspondía al 1 de Junio de 1967, tuvo lugar un evento muy especial, único y sumamente positivo. Tan positivo que me atrevería a afirmar que fue este evento lo que nos hizo merecer el milagroso triunfo en la guerra de los Seis Días: los judíos dejamos de lado nuestras diferencias políticas y nos unimos. No solo en la calle, los cafés y las Sinagogas sino también en la Knéset: el parlamento de Israel.

Por primera vez desde la creación del Estado de Israel todos los partidos políticos, que hasta hoy siguen muy divididos e imposibilitados de formar un gobierno después de 4 elecciones, se unieron en un «gobierno de unidad nacional». Judíos religiosos y no religiosos, Sefaradim y Ashkenazim, de izquierda y de derecha, todos, como dice el Midrash: “como un solo hombre, con un mismo corazón”.

Ese gobierno unido y unificado tomó la decisión de no esperar a ser atacados y actuar inmediatamente. ¡Y HaShem estuvo con nosotros!

Continuará…


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