Enlace Judío México e Israel – Tras los disturbios provocados en Lod por ciudadanos israelíes de origen árabe musulmán, que causaron daños a sinagogas, colegios y comercios judíos, más de 400 niños que viven en una aldea juvenil se mantienen alerta, listos para ocupar los refugios. 

Illana Tischler, directora de la aldea juvenil de Ben Shemen (que alberga a más de 400 niños judíos), a tres kilómetros de la ciudad de Lod, con una importante población árabe musulmana, vio con asombro cómo, el día de ayer, manifestantes musulmanes salieron a las calles gritando consignas antisemitas, causaron disturbios y prendieron fuego a comercios, autos y sinagogas, en una escena que ha recordado a los pogromos que antecedieron al Holocausto nazi en la Europa del siglo pasado. 

Tischler, quien vive en la zona desde los 13 años de edad, asegura que judíos y musulmanes han convivido pacíficamente durante décadas en Lod, así como en otras ciudades mixtas de Israel. Ahora, ve desde el televisor las imágenes que nunca pensó contemplar, el recuento de heridos y la noticia de una primera muerte, la de un árabe ultimado en presunta defensa propia por un ciudadano judío. 

Aprovechando el mes del Ramadán, que convoca en la mezquita de Al-Aqsa a miles de musulmanes israelíes, Hamás, la organización terrorista que controla buena parte del territorio palestino, azuzó a los visitantes, no solo para que se manifestaran en Israel sino para que cometieran actos de violencia contra los judíos. 

En los últimos días, cientos de cohetes han sido enviados desde Gaza a territorio israelí, causando varias muertes, además de lesiones a cientos de personas. La respuesta israelí ha sido enérgica pero, a diferencia de otros momentos de gran violencia entre Israel y Palestina, ahora el estado judío debe enfrentar también la amenaza doméstica que representan los disturbios provocados por sus ciudadanos musulmanes. 

“En la última hora se mandaron a Israel 120 cohetes”, dice Tischler, entrevistada vía remota por Enlace Judío. “Estoy viviendo en una aldea juvenil. Tengo aquí 405 alumnos que no viven en sus casas: viven aquí, en la aldea juvenil. Tenemos 12 refugios en toda la aldea y si suenan las sirenas, necesitamos abrir todos los refugios” para proteger a los cientos de niños. 

10 minutos o 10 horas

Desde que inició la nueva escalada de violencia, prácticamente todas las ciudades israelíes han escuchado el macabro canto de las sirenas, que anuncian la llegada de cohetes y misiles provenientes del territorio palestino. El estado de alerta se ha vuelto permanente. 

Tischler y sus niños se encuentran preparados para, en caso necesario, ocupar los refugios. Cada dos semanas realizan simulacros en previsión de una emergencia como la que hoy se cierne sobre el territorio israelí. 

“El refugio tiene agua y tiene algo dulce para los niños y muchos libros y cosas que hacer, porque a veces necesitamos estar allá 10 minutos o 10 horas”, dice Tischler, quien explica que la aldea da refugio a niños de todo Israel, de entre seis y 18 años. 

“Puede ser que no tienen dinero, puede ser que hay violencia en la casa, puede ser que su mamá está con un problema médico y por eso llegan a la aldea para vivir aquí, para estudiar aquí, tenemos el colegio, todo está dentro de la aldea.” 

Miedo

Pese a parecer serena, Tischler admite que siente miedo. “Lod es como el lugar que yo vivo, y toda el área donde yo vivo, tengo miedo a entrar allá. Es un riesgo entrar, necesito ir a otra ciudad para” hacer las compras en el supermercado. 

Pero más aún: “tengo aquí a muchos niños que tienen miedo y su situación emocional es muy complicada. Están aquí sin sus padres y muchas veces” sus padres viven en las ciudades que justo ahora se encuentran en conflicto, por lo que están preocupados, asegura. 

Aunque un equipo de trabajadores sociales trabaja para dar apoyo a los niños, Tischler teme que la situación se prolongue por varios meses, y que estos sufran el estrés de una amenaza constante. 

“Yo tengo amigos árabes en Lod”, dice Tischler, quien espera que la relación entre árabes y judíos pueda volver a la normalidad pronto, aunque admite que eso tomará tiempo. “No puedes cambiar esto en un día o una semana. No sé cuándo será la próxima vez que pueda entrar a Lod.” 

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