Enlace Judío.- Menos de un año después de firmar acuerdos de normalización con Israel, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos se han visto obligados a recurrir a la retórica crítica.
La escalada mortal entre Israel y los palestinos ha avergonzado a los estados del Golfo que forjaron lazos con el estado judío y presionaron sus Acuerdos de Abraham anunciados como un cambio de juego.
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El derramamiento de sangre ha provocado la condena de los nuevos socios árabes de Israel, en un momento en que los musulmanes han estado celebrando el final del mes sagrado del Ramadán.
“Estas declaraciones están pensadas en gran medida como un ejercicio de relaciones públicas hacia una audiencia árabe nacional y regional que continúa apoyando abrumadoramente a los palestinos“, dijo a la AFP Elham Fakhro, analista del grupo de expertos Crisis Group.
Después de la escalada de enfrentamientos entre las fuerzas palestinas e israelíes en Jerusalén Este, la semana pasada Hamas lanzó miles de cohetes contra Israel y el estado judío respondió con ataques aéreos masivos contra objetivos terroristas en la Franja.
Diez israelíes, incluido un niño pequeño, murieron en el lanzamiento de cohetes y cientos resultaron heridos. En Gaza, el número de víctimas de los combates aumentó a más de 100 el viernes, incluidas decenas de niños, con 950 heridos, según el ministerio de salud dirigido por Hamas. Los grupos terroristas Hamas y la Jihad Islámica han confirmado 20 muertes en sus filas, aunque Israel dice que el número es mucho mayor, publicó The Times of Israel.
La violencia árabe-judía se ha extendido por las ciudades israelíes en medio del conflicto, y el viernes también estalló en Cisjordania, con al menos nueve palestinos muertos durante enfrentamientos violentos.
Los Acuerdos de Abraham barrieron con décadas de consenso y fueron condenados como “traición” por los líderes palestinos que temían que socavaran sus demandas de una patria.
Les sorprendió la insistencia del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien elogió el “amanecer de un nuevo Oriente Medio” cuando su yerno y asesor Jared Kushner desestimó el conflicto palestino-israelí como una mera “disputa inmobiliaria”.
Ahora ha vuelto rugiendo a los titulares.
En Baréin, se han realizado manifestaciones diarias en apoyo de los palestinos.
Los usuarios de Internet han compartido fotos propias vistiendo la bufanda keffiyeh a cuadros palestina, y grupos de la sociedad civil han pedido que se corten los lazos con Israel.
En los Emiratos Árabes Unidos, que tiene restricciones estrictas en las redes sociales, muchos usuarios han compartido videos y fotos para denunciar a las fuerzas israelíes.
Mientras se disparaban cohetes contra Israel desde Gaza, otros con vínculos con el liderazgo en Abu Dabi acusaron a los gobernantes del enclave costero Hamas de terrorismo, lo que refleja la tolerancia cero de los EAU con el Islam político.
Está muy lejos de los embriagadores días después del anuncio de los acuerdos, cuando prominentes emiratíes tuitearon “Shalom Aleikum”, una combinación de saludos en árabe y hebreo.
Para Hugh Lovatt, analista del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, la crisis es “la primera prueba real” para Emiratos Árabes Unidos, que durante años había cultivado silenciosamente los lazos con Israel.
“Desde la perspectiva de Netanyahu, los Acuerdos de Abraham reivindicaron su creencia de larga data de que los palestinos podrían ser efectivamente marginados a medida que Israel desarrollara sus lazos con los estados vecinos”, dijo Lovatt.
“¿Están los Emiratos Árabes Unidos preparados para poner en peligro sus relaciones con Israel por el bien de los palestinos? La respuesta parece ser ‘no’ en la actualidad”, dijo, señalando beneficios como las asociaciones tecnológicas y el acceso a hardware militar de Estados Unidos.
“Dado el profundo interés bilateral que sustenta la normalización para Israel y los Emiratos Árabes Unidos, la escalada en Palestina es probablemente, a lo sumo, un obstáculo, no una pared de ladrillos”.
Después de la firma de los Acuerdos de Abraham en septiembre pasado, los ojos se volvieron hacia Arabia Saudita, el peso pesado de la región y el custodio de los sitios más sagrados del Islam.
Pero el reino se apegó al antiguo consenso, rechazando cualquier normalización sin una resolución del problema palestino.
El rey Salman ha expresado una “enérgica condena de las medidas israelíes en Jerusalén y los actos de violencia llevados a cabo por Israel“, y destacó que su país “apoya al pueblo palestino”.
Si bien las críticas son silenciadas en los Emiratos Árabes Unidos, las cosas son más complicadas para los otros estados árabes que se acercaron a Israel debido a los grupos activos de la sociedad civil que apoyan a los palestinos.
La normalización es un tema estratégico para Marruecos, vinculado al reconocimiento de Estados Unidos de su soberanía sobre el territorio en disputa del Sahara Occidental.
Ante la presión de la calle, el país norteafricano condenó las acciones de las fuerzas israelíes en Jerusalén Oriental que desencadenaron el intenso lanzamiento de cohetes desde Gaza y la respuesta de Israel a los mortíferos ataques aéreos.
“Marruecos debería jugar un papel de mediador … Si no lo hace, sería preferible que se distanciase del proceso de normalización sin llegar a romper relaciones”, opinó Tajeddine Houssaini, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Rabat.
Sudán, que estableció vínculos con Israel a cambio de su eliminación de una lista estadounidense de patrocinadores estatales del terrorismo, ha condenado a Israel y advirtió que sus acciones perpetuarán “un ciclo de violencia”.
“Toda la estrategia de Israel con los Acuerdos de Abraham se basó en el argumento de que el problema palestino ya no era relevante”, tuiteó Vali Nasr, de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.
“Ahora, gracias a una serie de errores israelíes, vuelve a estar vigente”.
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