Enlace Judío México e Israel – En la mayoría de las congregaciones Sefaradíes, antes de la lectura de la Torá del primer día de Shavuot se recita un “acta de matrimonio o Ketubá” muy especial que compara la relación entre Dios e Israel con un matrimonio.

El pacto de amor entre Dios e Israel que recordamos en Shavuot fue formalizado con la entrega de la Torá, de la misma manera que un matrimonio entre marido y mujer se formaliza con la entrega de la Ketubá. Esta comparación entre el pacto Dios – Israel y un matrimonio es muy antigua. Y está mencionada numerosas veces en el Tanaj.

Curiosamente, la Haftará que leímos este último Shabbat (Hoshea 2:21-22) menciona las hermosas palabras que Dios le dice a Israel: “Te tomaré como Mi esposa para siempre. Te desposaré con justicia, derecho, bondad y compasión. Te desposaré y te seré eternamente fiel y así sabrás que soy Tu Dios…”. Estas palabras las repetimos todos los días al vestir el Tefilín, cuando anillamos las tiras de cuero alrededor del dedo mayor, recordando así nuestra “alianza” matrimonial.

Una Ketubá matrimonial comienza mencionando el día de la semana, luego el día del mes, luego el año, el lugar donde se realiza el matrimonio, los nombres del novio y la novia y sigue con las obligaciones de los novios.

El novio también presenta a la esposa generosos regalos y presentes como garantía y expresión de su amor y fidelidad. También se habla de la dote, y se establece dónde residirá la pareja. La novia finalmente acepta todo lo que el esposo le concede y el contrato matrimonial se formaliza ante dos testigos.

La Ketubá de Shavuot sigue este mismo modelo.

EL TEXTO DE LA KETUBÁ DE SHABUOT

“Hoy, viernes, el sexto día del mes de Siván, el día elegido por el Santo Bendito Él para la revelación de la Torá a Su amado pueblo … El invisible, pero Omnipresente Novio salió hacia el Monte Sinaí, brilló desde Se’ir y apareció desde el Monte Parán ante todos los reyes de la tierra, en el 2448 desde la creación del mundo, …en esta Tierra cuyos cimientos fueron por Él establecido, … el Esposo [Dios], Gobernante de los gobernantes, y Rey de reyes …. declara a la hermosa y virtuosa novia [el pueblo de Israel] que ganó Su favor por encima de todas las otras doncellas; que es hermosa como la luna, radiante como el sol: serás mía para siempre y Yo seré tu redentor.

Te desposo de acuerdo con la ley de Moisés e Israel, y Yo declaro que te honraré, te sostendré y te mantendré, y seré tu amparo y refugio en todo momento, eternamente.

He aquí que te concedo Mis preciosos mandamientos que entrego por medio del legislador Yequtiel [Moisés] por tu fidelidad y tu lealtad te entrego la Torá, “un manual de vida”, que al seguirla tanto tú como tus hijos vivirán en paz y tranquilidad. Y la novia [el pueblo de Israel] aceptó y se convirtió en Su esposa. Y así se estableció entre ellos un pacto eterno que los unirá para siempre.

Luego, el Novio acordó agregar a lo anterior todas las lecciones de vida que en el futuro los estudiosos de la Torá aprenderán de las Sagradas Escrituras y la Ley Oral: incluyendo la Sifrá, el Sifré, la Aggadá y la Toseftá…y todo lo que los Sabios de todas las generaciones habrán de enseñar.

La dote que esta novia trae de la casa de sus padres [nuestros antepasados] , consiste en un corazón abierto para comprender [la Torá], oídos que la escucharán y ojos que la estudiarán.

Así, la suma total de la Ketuba y la dote, con la adición de los mandamientos positivos y negativos, se puede resumir en la siguiente [obligación por parte de Israel]: “Respeta a Dios y observa Sus mandamientos; porque este es el propósito de la vida del ser humano”(Kohelet 12:13).

… la herencia que recibiera la novia, será la inmortalidad en el mundo por venir… y la residencia [aunque no esté en la tierra de Israel] se establecerá en cada pequeño lugar donde se estudie la Torá [allí residirá Su Presencia]. .

Y la novia ha respondido afectuosamente a todo lo propuesto por el Novio: «Haremos y escucharemos».

Todas estas condiciones serán válidas y no podrán ser alteradas por los siglos de los siglos. El Esposo ha hecho su juramento a favor de su pueblo y se compromete a serle fiel y que nunca la reemplazará por otra mujer.

El Novio, siguiendo la formalidad legal, hace entrega de este documento [La Torá, que es la Ketubá entre Dios e Israel] … y se invoca al cielo y a la tierra como testigos presenciales [y eternos] de este compromiso.

¡Que el Novio siempre se alegre con la novia a quien ha tomado como Su esposa, y que la esposa se regocije con su Esposo, recitando siempre Su alabanza”.

Esta ha sido una traducción abreviada, pero creo que fiel, del texto de la Ketubá que fue escrito por el Rab Israel Najara z”l (1555-1625. Dicho sea de paso: ¿A que no adivinan en qué ciudad vivió el Rab Najara los últimos años de su vida? Allí también murió y allí fue enterrado.
En la ciudad judía de Gaza.

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JAG SHAVUOT SAMEAJ


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