Enlace Judío México e Israel – El analista político Gabriel Ben Tasgal conversó en exclusiva con nosotros para ayudarnos a entender el complejo panorama político que se abre tras la aparente llegada de un nuevo gobierno de coalición a Israel, lo que terminaría con 12 años de hegemonía de Bibi Netanyahu. 

Tras el anuncio de que Yair Lapid ha pactado formar un gobierno de unidad, que reúne a un amplio espectro ideológico de partidos, el mundo ve con asombro la inminente salida del primer ministro Benjamín Netanyahu, quien ha gobernado por 12 años, siempre envuelto en polémica dentro y fuera de Israel.

La coalición incluye a un partido árabe islamista, Ra’am, uno de los aspectos más sorpresivos de esta nueva conjunción política.

Enlace Judío: ¿Qué le prometió Lapid a Ra’am? 

Gabriel Ben Tasgal: Ante todo, una aclaración importante: no se formó gobierno. El sistema israelí es un sistema parlamentario donde el Presidente del Estado, en este caso Reuven Rivlin, por más que hoy fue electo ya Isaac Herzog para los próximos siete años, a partir de julio, el presidente es el que le da a alguien el poder de formar gobierno. Y ese alguien tiene 28 días y puede pedir 14 más. Se lo dio a Netanyahu pero Netanyahu no logró formar gobierno. Entonces se lo pasó a Yair Lapid, y Yair Lapid estuvo 28 días negociando, incluso en el medio de una guerra, y hasta hoy, a las 12:00 de la noche, tenía tiempo para decir “he logrado formar gobierno.” ¿A quién se lo comunica? Al presidente. Los acuerdos que vemos firmados es, entre otras cosas, el compromiso de Ra’am o de Kajol Laban (azul y blanco) o de Meretz para que Lapid le diga al Presidente que formó gobierno.

Ahora bien, ¿formó gobierno de verdad? No. Porque a partir de ahora, el presidente del Parlamento, que es de Likud, va a hacer todo lo posible para que no se concrete ese gobierno. Tiene desde mañana hasta 12 días para citar al Parlamento Israelí y, en una sesión de investidura, ahí va a venir Yair Lapid y va a decir lo siguiente: “Yo, Yair Lapid, he logrado formar gobierno. Y mi gobierno, los primeros dos años, va a ser Naftali Bennett, primer ministro. Y los otros dos años voy a ser yo el primer ministro. Y mi ministro de Economía va a ser este… (…).” Y ahí va a pedir la palabra mágica: “pido un voto de confianza del Parlamento a mi gobierno.”

Son 120 diputados. Ahora bien, uno podría pensar que necesitan 61 diputados para que sean más de la mitad. No. Para formar gobierno, con que dos diputados voten a favor y uno vote en contra, se formó gobierno. O sea que si Yair Lapid logra tener más que lo que lidera el Likud, ganó. Puede ser que los partidos árabes se abstengan y no voten ni a favor ni en contra. No se cuentan. ¿Qué es lo que van a tratar de hacer ahora el Likud y Netanyahu? Desestabilizar esta coalición, que en principio le dijeron al Presidente que sí, y que llegue el día de la votación y no se logre formar gobierno.

Ocurrió una sola vez, en el año 1990. Shimon Peres, en lo que se llama “el asunto que olía mal”, convencer a partidos ortodoxos judíos de que voten con él para vencer a Isaac Shamir como Primer ministro. Pero a la hora de la verdad se fueron para atrás. Y recularon. Cuando Shimon Peres fue muy feliz a formar gobierno, no logró mayoría. Y el poder volvió a Isaac Shamir y ahí formó gobierno Isaac Shamir. Por lo tanto, no sepultemos del todo a Likud o a Netanyahu pero hay posibilidades altas que ahora sí, Lapid forme gobierno en el plazo entre mañana y 12 días.

¿Podría colapsar la coalición antes del día de la investidura?

Totalmente. Imagínate, Dios no quiera, que haya un hecho de inseguridad que afecte a la población de Israel. Eso va a hacer que las coaliciones que ahora se han formado quizás se desestabilicen. Porque ten en cuenta que ¿qué es lo que une a fuerzas políticas tan diversas? ¿Qué es lo que une a Naftali Bennet con un partido árabe islamista? Lo que los une es que todos desean que termine la cadencia de Netanyahu. Pero a la primera oportunidad de que haya un conflicto serio, todo esto se puede desarticular. Por lo tanto, lo que va a intentar hacer evidentemente la oposición, que es Netanyahu y su partido, es que no lleguen a concretar su gobierno. Y si lo concretan, lo que va intentar, evidentemente, es que ese gobierno no funcione y que llamen nuevamente a elecciones para otra vez volver al poder. Yo no creo que Netanyahu se retire de la política.

Y, de concretarse, ¿crees que dure este nuevo gobierno?

A ver, primer escenario: se forma el gobierno y tiene que enfrentar tres tipos de problemas. El primero, Hamás y la Franja de Gaza. Imagínate que empieza otra ola de violencia. ¿Meretz y Bennett van a estar de acuerdo en cómo se trata (el asunto de) la Franja de Gaza? Hay que ver. Lo segundo: la reconstrucción de la Franja de Gaza. Bennett exige la devolución de los cuerpos de los soldados que están en manos de Hamás. En cambio, hay otros partidos que quizás no creen que eso es indispensable. Todo lo que tiene que ver con la justicia, que es un talón de Aquiles terrible. Es un tema amplio pero te puedo decir que los conservadores, la derecha quiere que haya más jueces conservadores y la izquierda quiere que siga siendo un lugar netamente universalista donde la inmensa mayoría de jueces son de izquierda. Y el tercer problema es la relación con Irán y Estados Unidos.

¿Esta coalición podrá hacer frente a estos problemones? Quizá sí. Quizás no. ¿De qué depende, entre otras cosas? Si Netanyahu sigue siendo el líder del Likud en la oposición, y hace lo mismo, por ejemplo, que durante el gobierno de Ehud Olmert, que volvió loco al gobierno con 12 diputados, y es un líder de la oposición muy activo, puede ser que los partidos de la coalición, o sea Bennett, Lapid y demás, digan “a ver, si llamamos a elecciones vamos a perder votos, quizás. Entonces, nos une tanto que no lo queremos a él, que quizás eso es suficiente para mantener al gobierno activo.” Puede ser. Depende de un montón de circunstancias que no sabemos. El punto de partida es que es un gobierno muy, muy, muy heterogéneo. Que lo une, esencialmente, el odio o la incapacidad para poder derrotar a Netanyahu en las urnas.

¿Y qué significa la inclusión de Ra’am ahora?

Es una excelente noticia. Una hermosa noticia. Nosotros estamos viendo ya hace tiempo que los árabes en Israel estaban saliendo del armario, se puede decir. Estaban diciendo claramente que quieren ser israelíes. Lo que vimos durante la guerra, los linchamientos y demás, creo que es como el pataleo de ahogados de los extremistas que quieren que su forma de pensar siga imponiéndose en la calle árabe israelí. Pero digamos, (es) un proceso realmente importante, especialmente por dos razones. La primera: la Primavera árabe. Los países árabes distribuidos alrededor de Israel salen sin ningún problema, un árabe normal piensa: “nosotros estamos en el paraíso acá. Comparados con lo que está pasando alrededor nuestro…” Y lo segundo: la pandemia. Cuando tienes a un país que vacuna a la población rapidísimo, mientras que el resto del mundo no, una persona diría “perdón, nosotros vivimos en un país como la gente.” Entonces eso fomentaba la integración. Ahora vemos más árabes enrolándose en el Servicio Nacional. Veíamos muchos más árabes cristianos enrolándose en el ejército . Entonces, eran buenas noticias. El hecho que Ra’am entre al gobierno es una excelente noticia. Es más: ojalá que nombren un ministro dedicado a la minoría árabe de Israel y que haga lo que realmente hay que hacer.

Entre otras cosas, quitarle las armas ilegales que hay entre clanes de los árabes israelíes, que se matan entre ellos y matan a sus mujeres y hacen venganza de sangre. Todo ese tipo de conductas hay que terminarlo. Un estado de derecho no puede permitir la violencia, y la violencia de género que vemos, por ejemplo, en la calle árabe israelí. Otra cosa: invertir en infraestructura para la población árabe de Israel. No puede ser que haya esos poblados tan chicos y que no se puedan crear nuevos poblados árabes cuando son el 20% de la población.

Es muy importante invertir en la minoría árabe mucho más, por más que el gobierno del Likud invirtió muchísimo. Y también cobrarles impuestos, porque muchos árabes en Israel no pagan impuestos. Ustedes son parte del estado y tienen que recibir y tienen que pagar. Así funciona un estado normal.

¿Qué significará para Israel el fin de los gobiernos de Netanyahu, si es que llega a darse?

No creo que Netanyahu salga de la escena política tan rápido. Es una buena noticia el hecho que es un primer ministro de 12 años que ha cambiado. Yo creo que Netanyahu va a ser recordado, en la historia, no ahora sino dentro de unos años, como un exitoso primer ministro. Por algunos va a ser recordado como un instigador y como alguien que hizo brechas sociales (…) pero, muchas veces, los mismos que hacen las críticas y demonizan a Netanyahu son los que se quejan de que él demoniza (…). Hay incitación de ambos lados, con la diferencia de que algunos tienen medios de comunicación y monopolio en los medios de comunicación para demonizar a todo aquel que no es como ellos. Y estoy hablando de demonizar a los colonos, demonizar a los ortodoxos, demonizar a la derecha israelí (…). Lo que pasa es que la demonización de la derecha a veces se traduce en violencia física y termina asesinando, por ejemplo, a primeros ministros o a manifestantes. Yo considero que la violencia de la derecha es mucho más fuerte que la de la izquierda. La violencia física.

Ahora bien, dicho esto, Netanyahu va a ser recordado como un buen primer ministro, que tuvo varios logros, especialmente desde el punto de vista económico…

Y de política exterior…

En algunos temas sí. En el hecho de que Netanyahu era aliado de gobiernos norteamericanos y también de gobiernos rusos; y que a Israel se le respeta mucho más en la arena internacional de lo que se le respetaba antes. Fíjense por ejemplo, ustedes mismos en México. Hace unos años, que México vote habitualmente en contra de Israel en el Consejo de Derechos Humanos (de la ONU) hubiese pasado desapercibido. Ahora hay una política estatal israelí que (dice) “votaste en contra de Israel, cuando Israel envió soldados a intentar ayudar a tu población en un terremoto… Y no nos vamos a quedar callados. Tú te manifiestas a favor de terroristas, y vamos a quejarnos.” O sea que se escucha diferente la posición de Israel.

Netanyahu tenía dos cualidades como líder, y es que había acumulado mucho conocimiento en muchos temas. Y era también, que sabía hablar. Y los israelíes nos enamoramos muchas veces del carisma de nuestros líderes.

¿Qué pasaría con Netanyahu en caso que termine su gobierno?

Yo creo que va a ser el líder de la oposición. A mí me cuesta trabajo creer que se retire de la política. Se va a dedicar al juicio que tiene en su contra que, dicho sea de paso, es un juicio mucho más débil de lo que nos han explicado durante años.

Para que haya un delito penal tiene que estar tipificado. Significa que debe concebirse en la ley que él cometió un delito determinado. El hecho de recibir una buena cobertura mediática como pago de un soborno no está tipificado, sino que es un invento nuevo que podría crear antecedentes penales. Y la pregunta del millón es si vos llevás a juicio a un primer ministro por un caso que no tiene antecedentes.

Es un caso mucho más problemático porque el caso más fuerte que hay contra Netanyahu es el de corrupción, que es el caso 4000, y no es tan fuerte. Y a medida que avanzan los juicios, se van viendo los agujeros que tienen, que son graves. Por ejemplo, el testigo más importante de la fiscalía acusa a Netanyahu de dominar una página de internet para que dé buena cobertura. Ahora nos enteramos que ese mismo testigo ayudaba a un montón de políticos, y no solamente a Netanyahu. Por ejemplo, a ‘Bugi’ Herzog, actual presidente de Israel.

¿Qué va a decir Netanyahu? Netanyahu va a decir: “a mí me inventaron un juicio para sacarme del poder. Y muchos partidos políticos dijeron que no se sentaban conmigo porque yo estaba en juicio, o sea, me quisieron quitar del poder y me armaron un juicio. Ahora yo voy a ganar el juicio y voy a acusar a todos los demás que me quisieron hacer un golpe de estado legal.” Y va a buscar, en una reelección, castigar a todo esto. En otras palabras: si Netanyahu sale inocente, y sale muy inocente, y todavía el cerebro le funciona, va a volver.

¿En qué se podría diferenciar un gobierno de Bennett a uno de Netanyahu, siendo ambos de derecha?

Que el sustento de Bennett no es en los mismos partidos políticos. Lo que podemos ver, por ejemplo, menos influencia de la ortodoxia. Y algunos van a decir, como yo, que es una buena noticia. El hecho que el ministro de Economía no quiera regalar dinero fácilmente a yeshivot y centros religiosos es una buena noticia para la economía israelí, si quieres fomentar que todos trabajamos y paguemos impuestos. El ministro de Economía va a ser Avigdor Lieberman, que tiene una postura muy antirreligiosa. Entonces, eso puede generar un cambio significativo, no siempre en temas políticos.

Lo que sí está claro es que los nuevos primeros ministros, Bennett y Lapid, van a tener mucha menos experiencia que Netanyahu. Y eso puede ser algo bueno, con una administración como la de Biden, o puede ser algo malo. El tiempo nos lo dirá.

¿Quiénes ocuparán qué posiciones en el nuevo gobierno?

Primer ministro, Bennett (al principio); ministro de Exteriores, Yair Lapid; ministro de Economía, Avigdor Lieberman; ministro de Defensa, Benny Gantz,  y ministro de Justicia (…) va a ser Gideon Sa’ar. Esos son los cargos más importantes. Esos cargos están liderados por los bloques principales de los partidos de centro derecha. O sea que puede ser que no veas en política exterior tantos cambios. Lo que pasa es que (el nuevo gobierno) se va a enfrentar a un gran problema, y es la firma posible de un tratado nuclear entre Estados Unidos y Europa con Irán. Son desafíos importantes.

Algo que te puedo decir es que yo no voté a Netanyahu. Este nuevo gobierno va a transmitir algo que era necesario en Israel, y era un aire fresco de unidad. Y eso ya es bueno. Durante muchos años se creó una brecha muy grande dentro de Israel, justamente por la figura predominante de Netanyahu. Ojalá les dure. Necesitamos un sentido de unidad.

¿Crees que la entrada de Ra’am aplacará la violencia intercomunitaria en Israel?

Puede ser. Yo espero que sí. A Ra’am y a Mansour Abaas lo van a tratar posiblemente de traidor. Espero que él sea el primero que hace algo que otros no han hecho. Porque los líderes diputados árabes israelíes siempre han sido más radicales que la población, en los últimos años. De pronto, un líder que hable de unidad, de “queremos participar en un gobierno de Israel”, que “queremos traer beneficios al pueblo de Israel”. Vos me preguntabas al principio qué le dieron (a Ra’am para que aceptara formar parte de la coalición). Entre otras cosas, la legalización, quizás, de poblados ilegales en el sur de Israel. O por ejemplo, más inversión en infraestructuras y la lucha contra la violencia en la calle árabe israelí. Todavía no vimos, no leímos el acuerdo, cómo sería. Pero yo espero que él sea el primero que, abiertamente —no hay otra forma de decirlo— salga del armario y hable a favor de la necesidad de integrar a los árabes de Israel al gobierno del país.

¿Tuvo algún impacto la confrontación entre Israel y Hamás en el desarrollo de este proceso?

No. Lo único que logró fue posponer la formación de un gobierno que se avecinaba. Tanto fue así, que algunos acusaban a Netanyahu incluso de haber promovido la violencia con Hamás para desacelerar el proceso de unidad. A mí me cuesta creer y no vi ninguna prueba, pero Avigdor dijo algo así, acusó a Natanyahu de haber hecho una guerra con Hamás para intentar boicotear el gobierno entre Lapid y Bennett

Netanyahu calificó a la coalición como “un peligro para Israel”. ¿Será verdad?

No. Ningún peligro para Israel. Los líderes que asumen el nuevo gobierno de Israel son líderes mucho más jóvenes, 20 años más jóvenes que Netanyahu. El único peligro puede ser, quizás, cierta inexperiencia, pero son personas muy sionistas, que aman a Israel, y que el bloque central de partidos políticos, son partidos de centro, centro derecha, centro izquierda. El hecho para mí que en algunas carteras sociales estén diputados del Partido Laborista, a mí me parece una buena noticia.

Un ejemplo: fue el Partido Laborista el que impuso, a través de su ministro Haím Ramón, la ley obligatoria de sanidad, de salud, que nos obliga a todos los israelíes a tener un seguro médico. ¿Cómo salimos de la pandemia más rápido que todos los otros países? Porque todos estamos asegurados por obligación, por ley. Y (de) nuestro sistema de salud, los israelíes se quejan porque es el deporte nacional, pero cuando les preguntaron en la OCDE, los países más ricos del mundo, los más desarrollados, sobre su nivel de salud, Israel está en el sexto lugar a nivel mundial, como los países que consideran que tienen el mejor sistema de salud. Salimos de esto porque tenemos un sistema de salud bárbaro. ¿Y quién fue el causante de todo esto? La socialdemocracia, el Partido Laborista, que tenía un líder muy carismático y muy bueno llamado Haim Ramón, que él nos impuso esa ley. Y hoy estamos agradecidos de tener una ley así.

Si ese es el espíritu de los nuevos ministros del Partido Laborista, súper bienvenidos y va a ser bueno para Israel. Si van a ser de los viejos ministros laboristas, que eran empleados de la CGT, de los gremios, es una mala noticia. Pero no es así. Los nuevos líderes tienen una concepción socialdemócrata.

¿Qué pasa con los ultraortodoxos? 

Tienen pánico. De alguna manera Bennett les hace entender que los va a proteger y les va facilitar fondos para mantener una cierta estructura que hasta ahora habían desarrollado con tantos gobiernos del Likud. Pero él les puede prometer, pero el ministro de Economía es otro. En el año 2002, Israel tenía un superministro de Economía, significa, un ministro de Economía que tenía muchísimo poder. Y él aceptó el cargo, fue un suicida. Su nombre era Benjamín Netanyahu. Lo que hizo fue recortar la ayuda pública a los centros ortodoxos, obligando a muchos ortodoxos a que salgan a trabajar. Eso provocó que Netanyahu, en el 2006, recibiese 12 diputados nada más. O sea, lo castigaron duramente. Y desde entonces, no ha hecho lo mismo, sino que ha hecho coaliciones con los ortodoxos. Por lo visto aprendió. Yo espero que los ortodoxos estén en pánico. Que les muevan el queso donde recordaban que lo tenían.

¿Cómo te sentiste cuando escuchaste que ya había un nuevo gobierno?

Escéptico. Hasta que no lo vea y lo voten en el Parlamento, escéptico. Porque si hay algo que he aprendido con respecto a Netanyahu es que es capaz de hacer cosas que otro político no logra. Algunos dicen que es un mago. Es capaz de un montón de trucos para romper esta coalición.

Ojalá que se forme el gobierno de Israel: necesitamos estabilidad y unidad.

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